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Uruguay despide su carnaval... el más largo del mundo

MONTEVIDEO. Desde cualquiera de sus variantes, si algo tienen en común sus protagonistas es la dedicación que, más allá de cantos, bailes, y color, destila pasión.
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Agencias

Quien nombra Uruguay piensa en mate, dulce de leche, carne, tango y fútbol. Sin embargo, en este pequeño país constitucionalmente laico, la fiesta pagana de la murga y el candombe es religión y dura casi tres meses. El carnaval uruguayo es el más largo del mundo.

Tal es la pasión de los uruguayos por esta fiesta que sus protagonistas afirman que, mientras dura, asisten más personas a los espectáculos que a los partidos de toda la temporada de fútbol, algo inusual en un país aficionado al balompié.

El carnaval montevideano acaba de bajar su telón, después de empezar en enero con su desfile oficial por la principal avenida de la capital uruguaya y de continuar en febrero con las Llamadas, en las que cientos de comparsas de candombe, el ritmo de tambores autóctono de Uruguay, que tiene su raíz en los esclavos africanos que llegaron hace 270 años, desfilan por el Barrio Sur.

Pero, sin duda, el epicentro está en los "tablados", esos templos aconfesionales en los que murgas, humoristas y parodistas muestran con sátira e ironía la actualidad política, social y económica del país.

La murga uruguaya

"Una expresión similar al teatro musical con una dramaturgia, con actores y actrices que cantan mientras actúan". Así lo define Yamandú Cardozo, director de una de las murgas más tradicionales de ese país, Agarrate Catalina.

Para Cardozo, el carnaval de su país es "una manifestación popular muy grande y muy horizontal", en la que "un pueblo entero" se siente representado.

"Es la fiesta más grande de comunicación que tiene Uruguay (...). Estas óperas irreverentes se construyen bajo ningún mandato de obediencia a nada. Todas las instituciones, hasta la más sagrada, son posibles de ser caricaturizadas por la murga: ni el Presidente ni el Papa ni la iglesia ni la santísima nada y eso me parece que es súper saludable", comenta.

Así, la Catalina desfila de barrio en barrio en un promedio de cinco presentaciones por noche en un autobús característico en el que a cada "tablado" que se avecinan el público vitorea y aplaude. En promedio cada agrupación tarda de seis a ocho meses de preparación previa a las presentaciones en el famoso Teatro de Verano de la capital uruguaya, en el que 20 conjuntos compiten por obtener la primera posición y en el que se cierra cada edición con la "liguilla" de las murgas.

También está la comparsa que puede estar integrada por unas 150 personas, entre bailarinas, vedettes, banderilleros, portaestrellas, mamaviejas, gramilleros, escoberos, bastoneros y lanceros, todos ellos personajes típicos de una fiesta sin igual.

Ritmo con raíces africanas

Hace unos 270 años llegaron a Uruguay decenas de esclavos que fueron traídos desde África, quienes introdujeron en el pequeño país el ritmo de tambores típicos de sus tierras. A medida que el tiempo avanzó estos ritmos cobraron una identidad propia, que fue bautizada como candombe, que fue declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en 2009, y que bajo el sonar de cada repique los uruguayos adoptaron como suyo. "El tambor es parte de la identidad del uruguayo", afirma Mathías Silva, director de una comparsa.