Campo argentino reafirma en paro su malestar por impuesto a la soja
MOVILIZACIÓN. Acción de fuerza se realiza en protesta por el aumento del gravamen a la exportación del grano.
En el tercer día del paro de comercialización de granos y hacienda, los productores agropecuarios argentinos manifestaron ayer su determinación de defenderse del incremento aplicado por el gobierno al impuesto a la exportación de soja, el principal cultivo del país.
Más de un centenar de productores se reunieron en las cercanías de Expoagro, la mayor muestra agroindustrial del país que se celebra en la localidad de San Nicolás, a 240 kilómetros de Buenos Aires. Allí, rodeados de tractores y banderas argentinas, expresaron su malestar por la reciente decisión del Presidente Alberto Fernández de aumentar en tres puntos porcentuales la alícuota a la venta externa de la oleaginosa.
Conflicto de 2008
Sobre la asamblea sobrevolaba el recuerdo de la larga protesta del campo en 2008 contra el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) -actual vicepresidenta- por haber dispuesto un esquema de impuestos móviles a la soja según su cotización en el mercado internacional que, de acuerdo con los productores, era confiscatorio de sus ganancias.
"El campo no pelea, se defiende de los ladrones" y "Nosotros nos fundimos y el Estado sigue gastando" eran algunos de los carteles exhibidos en la asamblea, a la que también asistieron miembros de las cuatro principales asociaciones agropecuarias que convocaron al paro que culminará el jueves.
Jorge Josifovich, titular de la Sociedad Rural de Pergamino, dependiente de Confederaciones Rurales Argentinas -una de las asociaciones que promueve la huelga-, se quejó en declaraciones a The Associated Press de que "siempre que los gobiernos necesitan recursos pare cerrar el déficit recurren al campo", el sector que más dólares genera, y no toman otras medidas como reducir el gasto público.
Los productores pronunciaron encendidos discursos contra la dirigencia política y la vicepresidenta, con la que mantuvieron el ríspido conflicto de 2008.
El Presidente Alberto Fernández cuestionó el paro diciendo que es "para beneficio" de los mayores productores de soja y lo calificó de una medida "muy violenta" que responde a "dirigentes opositores disfrazados de chacareros".
US$ 500 millones anuales le reportaría al Estado el ingreso adicional por el incremento de la alícuota a la soja.