Propuesta de zonas autónomas porteñas
¿Quién regulará todo esto? ¿Quién se encargaría de la seguridad en los puntos críticos, ahora desplazados desde el plan a los cerros? ¿Carabineros? ¿Las Fuerzas Armadas? Tal parece ser el principal condicionante. La idea del alcalde Sharp no es tan disparatada como podríamos creer. ¿Le alcanzará para convencer al Gobierno para llevarla a cabo?
En el actual escenario de una dimensión extremadamente centralizada como la chilena (para qué hablar de las políticas sanitarias respecto de la actual pandemia por el covid-19), no deja de llamar la atención la propuesta de territorios autónomos levantada por el alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp, quien postula un modelo de confinamiento comunitario que pretende modificar patrones de desplazamiento y evitar las aglomeraciones, viajes y riesgos de contagio innecesarios. El diseño se basa en 15 zonas basadas en los polígonos de jurisdicción de cada Centro de Salud Familiar (Cesfam) en reductos tales como Placilla, Plaza de Justicia, Quebrada Verde, Reina Isabel II, Marcelo Mena, Barón, Esperanza, Las Cañas, Padre Damián, Rodelillo, Puertas Negras, por nombrar algunos, en los cuales se hallan inscritos 262 mil habitantes de Valparaíso, y que estos puedan tener acceso a abastecimiento, bienes, servicios trámites y otros quehaceres sin necesidad de bajar al plan de la ciudad, funcionando esta medida como primer escudo de resistencia al contagio para evitar el atochamiento hospitalario y la demanda de camas críticas.
De esta forma, propone Sharp, podrían provisionarse los servicios básicos, la entrega domiciliaria de medicamentos por parte de la farmacia popular y el acercamiento de las ferias a los sectores altos, satisfaciendo la demanda de miles de familias que no pueden planificar compras de largo aliento por motivos económicos.
Los problemas que saltan a la vista también son lógicos: ¿cómo llevar los trámites bancarios a los cerros? ¿De qué manera evitar las largas filas de gente en Errázuriz y la zona de las cajas y los bancos? ¿Alcanzan los Cesfam para cubrir todas las necesidades sanitarias de la población? El Registro Civil sí tiene la capacidad de atender en terreno, como también podría implementarlo la propia Municipalidad para aligerar la congestión de sus oficinas en la avenida Argentina.
Ahora, ¿quién regulará todo esto? ¿Quién se encargaría de la seguridad en los puntos críticos, ahora desplazados desde el plan a los cerros? ¿Carabineros? ¿Las Fuerzas Armadas? Hasta el minuto, en vistas de la seguidilla de balaceras y asaltos en Playa Ancha, Placeres Bajo y la consolidación del narco en varios otros puntos de la ciudad, tal parece ser el principal condicionante a la hora de llevar a cabo el experimento. ¿Estará el Gobierno dispuesto a transferir recursos para ello, permitiendo que el joven alcalde tenga la posibilidad de lucirse en un año preelectoral? ¿Estará él dispuesto a no convertir esto en una campaña en terreno con fondos estatales? Pensar el territorio es quizás una de las formas más inteligentes de aproximarse a la ciudadanía. Que no sea un desperdicio. No están los tiempos para jugarretas ni mezquindades