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Estudio UPLA-PUCV revela preocupante estado ecológico del humedal El Yali

RESULTADOS. El muestreo de agua y suelo, que se realizó en 17 estaciones, evidenció un deterioro bajo a intermedio de contaminación y salinidad con exceso de nutrientes, debido a los altos niveles de nitrato y fosfato.
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La Reserva Nacional El Yali, ubicada en la comuna de Santo Domingo, en la Región de Valparaíso, no está ajena a la realidad que afecta a nivel mundial a muchos de estos ecosistemas naturales, tanto por la acción humana asociada al crecimiento urbano que los comprime y transforma en pozas temporales receptoras de basura, como por el cambio climático que afecta a su tamaño, estructura, hidrología y comunidades biológicas.

Se trata del humedal más importante del centro del país, el cual está protegido como sitio RAMSAR, es decir, tiene importancia internacional al integrar una red mundial de áreas protegidas para su conservación.

El Yali está compuesto por diversos cuerpos de agua y es uno de los sitios de mayor concentración de aves de la zona central de Chile. Frente a ello, investigadores de las Universidades de Playa Ancha (UPLA) y Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) evaluaron la calidad del agua y concentraciones de metales pesados del humedal, con el objetivo de proporcionar una idea del estado actual de contaminación y, con ello, ayudar a controlar la acumulación y extensión de metales pesados en las redes alimentarias de la reserva.

Mala calidad

"Los resultados del estudio se publicaron en la revista internacional Marine Pollution Bulletin, donde se presentaron los análisis de parámetros físico-químicos y el índice de calidad del agua, además de los análisis de suelo. Los resultados arrojaron que el estado ecológico de la red de humedales de El Yali es de mala calidad y presenta un deterioro bajo a intermedio de contaminación, lo que finalmente resulta tóxico para la red alimentaria acuática. Se debe destacar que este ecosistema presenta una amplia gama de salinidad con exceso de nutrientes, debido a los altos niveles de nitrato y fosfato", explicó la académica de la Facultad de Ciencias Naturales y Exactas de la Universidad de Playa Ancha, Dra. Cecilia Rivera, quien lideró la investigación.

El muestreo de agua y suelo se realizó en 17 estaciones ubicadas en las lagunas Colejuda, Matanzas, Albufera y en el río Yali, en verano e invierno. En las muestras de agua se midió la temperatura del agua superficial, la profundidad, el ph, su dureza, la alcalinidad, conductividad y salinidad. Del mismo modo, se midieron metales pesados, encontrándose concentraciones de plomo y cobre en niveles de contaminación que variaron de baja a intermedia, lo que resulta un riesgo, porque puede transferirse a los organismos vivos, acumularse y afectar a las redes alimentarias.

La investigadora Rivera, que integra también el grupo experto UPLAguas del Centro de Estudios Avanzados (CEA) de esta casa de estudios, afirmó que si se permite que esta tendencia continúe, es probable que los complejos de redes alimentarias en este humedal tengan mayor riesgo de contaminación inducida por metales pesados.

Estrés oxidativo

Durante el verano se registraron concentraciones más altas de cobre y plomo en el suelo, lo que se vincula, probablemente, con la desecación de las lagunas en este periodo, así como con la actividad agrícola local y urbanización. Aquello puede resultar letal para peces u otros organismos acuáticos si la duración de la exposición se prolonga.

Y es que estos metales pesados, según precisó la decana de la Facultad de Ingeniería de la UPLA, Verónica Meza, podrían provocar un estrés oxidativo en los organismos vivos y en las plantas y, por lo tanto, afectar la cadena trófica que llega a productores y consumidores.

"Esto constituye un riesgo para las especies acuáticas que habitan en los ecosistemas de estuarios costeros. Por eso es tan importante que los humedales que son declarados zonas RAMSAR se mantengan, se cautelen y se cuiden, porque de esa manera mantenemos la diversidad y un ecosistema estable. Se detectaron -en el estudio- 56 puntos de descargas de aguas residuales asociadas a explotaciones ganaderas y agrícolas ocasionales, que están produciendo cambios ambientales importantes en las reservas de agua afectando su calidad. Es por eso que debe tenerse en cuenta medidas estrictas de gestión para proteger la sostenibilidad ecológica de la Reserva Nacional El Yali".

A considerar

Los humedales sostienen una importante biodiversidad de flora y fauna, incluida especies raras y amenazadas.

En la Reserva Nacional El Yali se han registrado más de 110 especies migratorias.

Los humedales aportan muchos servicios al ecosistema, como el almacenamiento de agua, mitigan inundaciones y tormentas, controlan la erosión y evitan la acumulación de carbono orgánico a largo plazo.

Son extremadamente sensibles con respecto al cambio climático por los impactos del aumento del nivel del mar o la inundación de tsunami.

17 En 17 estaciones, ubicadas en las lagunas Colejuda, Matanzas, Albufera y en el río Yali, se realizaron muestreos de agua y suelo.

Los neandertales podían fabricar cuerdas

DESCUBRIMIENTO. Científicos hallaron filamentos en una herramienta de 50.000 años de antigüedad.
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Bruce Hardy, del Kenyon College en Gambier, Ohio, y sus colegas reportaron el descubrimiento de una herramienta de piedra de un neandertal en una en un artículo publicado en la revista Scientific Reports, que presentaba una característica fundamental que abrió un nuevo campo de conocimiento.

Un microscopio reveló una mancha blanca en la parte inferior del utensilio que llamó la atención y en un examen más exhaustivo se determinó que era la primera evidencia directa de que los neandertales podían hacer cuerdas y la evidencia directa conocida más antigua de la fabricación de cuerdas en general, aseguran los investigadores. De esta forma, el hallazgo deja entrever la posibilidad de otras habilidades, como la creación de bolsos, tapetes, redes y tela.

El hallazgo implica que nuestros primos evolutivos tenían cierto entendimiento de los números y los árboles que proporcionaban la materia prima, según los científicos. Se trata del descubrimiento más reciente que demuestra que los neandertales eran más inteligentes de lo que suele asumirse en la actualidad.

La muestra provino de un sitio arqueológico en el valle del río Ródano, en el sureste de Francia, y tiene entre 40.000 y 50.000 años de antigüedad. Los investigadores no saben cómo es que los neandertales utilizaban la cuerda o incluso si originalmente estaba unida a la herramienta para cortar piedra.

Tal vez la piedra cayó encima del cordón, preservando el segmento de 6,2 milímetros (0,25 pulgadas) mientras el resto se deshizo con el paso del tiempo, comentó Hardy. La cuerda tiene un ancho de unos 0,55 milímetros (0,02 pulgadas).

El cordón fue hecho con fibra de la corteza interna de los árboles. Los neandertales entrelazaron tres fibras en dirección contraria a las manecillas del reloj y, posteriormente, las hicieron girar en dirección opuesta para crear la cuerda. El proceso de ensamblaje muestra un cierto conocimiento de los números, asegura Hardy.

6,2 milímetros tiene el fragmento hallado a través de un microscopio digital que analizó la pieza.