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Menor afluencia y alta demanda de delivery en el "Día de la Madre"

REGIÓN. Prácticamente todo el mundo vivió una celebración atípica a raíz de la emergencia sanitaria por coronavirus.
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Equipo Crónica

No fue un "Día de la Madre" normal en la Región de Valparaíso, tampoco en el país y menos en el mundo. La emergencia sanitaria ha provocado -en teoría- que las personas se tengan que confinar en sus domicilios, algunos de manera consciente y preventiva, y otros de forma obligada al haber dado positivo o haciendo cuarentena por un posible contagio.

Prueba de ello fue lo desolado que estaban algunos de los lugares más visitados por las familias cada domingo, en especial en una celebración como la de ayer. La costanera o el Reloj de Flores, en Viña del Mar, o las distintas plazas de Valparaíso estuvieron con una baja afluencia de personas, como también las zonas más frecuentadas los fines de semana, como Limache y Olmué. Y quienes llegaron a pasear lo hicieron -en su mayoría- usando mascarillas, tal como lo dispuso la autoridad sanitaria.

Pero más allá de lo llamativa de la celebración -que incluyó saludos de las autoridades en los puntos de prensa y en forma online-, la emergencia sanitaria también ha provocado una grave crisis para el sector turístico y gastronómico, que acostumbraba a sacar cuentas alegres en el "Día de la Madre", uno de los mejores del año en materia comercial.

De hecho, los restaurantes de la zona, como los que están ubicados en la avenida San Martín, permanecieron cerrados ayer y sólo algunos realizaban delivery. Y si bien algunos lograron un importante número de pedidos, nada comparable a como si estuvieran atendiendo presencialmente.

Al mismo tiempo, el sector hotelero y quienes poseen departamentos en arriendo también sufrieron las consecuencias, luego que la autoridad dispusiera estrictas aduanas sanitarias en los accesos vehiculares a la región para evitar un arribo masivo de santiaguinos.

Además, cabe recordar que los cementerios -altamente frecuentados en esta fecha- debieran permanecer cerrados.

Adaptación a pandemia

"Como Cámara Regional del Comercio de Valparaíso (CRCP) sabemos que la emergencia sanitaria ha obligado a las personas a cambiar sus rutinas debido a la implementación de una serie de medidas que apuntan a proteger la salud de todas las personas. Y ha sido este contexto el que generó una celebración especial y diferente del Día de la Madre", admitió la gerenta general de la entidad, Marcela Pastenes.

Pese a ello, la personera agregó que "el comercio se ha ido adaptando a esta nueva realidad, especialmente para esta celebración que es considerada la segunda fecha comercial más importante del año y que esperamos haya servido para reactivar las ventas en este sector". "Por lo mismo, muchos negocios implementaron la venta online, permitiéndole a las personas comprar sus regalos sin necesidad de salir de sus casas", destacó la representante de la CRCP.

En el caso de los restaurantes, Pastenes precisó que "a pesar de no poder atender público, ofrecieron preparaciones especiales que hicieron llegar a las familias a través del delivery, llegando incluso a colapsar con tantos pedidos, pero convirtiéndose en una buena opción para disfrutar de un rico menú pero en casa".

"Como gremio sabemos que fue un día diferente, donde muchas familias no pudieron celebrar como en años anteriores, pero es importante recordar que el esfuerzo que estamos realizando hoy de cuidarnos entre todos, es también una gran muestra de cariño", insistió la gerenta de la Cámara, agregando que "debemos protegernos y cuidar no sólo nuestra vida, sino también la de los demás". "Hoy enfrentamos una emergencia sanitaria sin igual y solo el esfuerzo colectivo y colaborativo nos permitirá salir adelante", dijo a este Diario Marcela Pastenes.

"El comercio se ha ido adaptando especialmente para esta celebración, que es la segunda fecha comercial más importante del año".

Marcela Pastenes, Gerenta general de la CRCP

"Les enviamos un saludo en particular a las madres jefas de hogar, a las que trabajan en la salud, a las más vulnerables".

Jorge Martínez, Intendente de Valparaíso

Las madres en tiempos de pandemia

Académica de la Facultad Eclesiástica de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso
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El Papa Francisco, en la exhortación apostólica Amoris laetitia, señala que una sociedad sin madres sería una sociedad deshumana, porque ellas siempre saben testimoniar, incluso en los peores momentos, la ternura, la dedicación y la fuerza moral.

Hoy, cuando la humanidad se ve enfrentada por la pandemia de enfermedad por coronavirus, muchas de ellas han respondido a lo señalado. Lo vemos por ejemplo en las madres, que han compartido sus bienes con personas en situación de calle, y preparan cada día una comida para ellos, sin ninguna intención más que la del amor que las mueve; aquellas que están dando su vida en los hospitales, que con toda su dedicación y conocimiento atienden a los que allí acuden en busca de salud. Mujeres que hoy deben delegar su rol de madres porque brindan un aporte invaluable al mundo de la ciencia, buscando incansablemente la vacuna contra este virus, o trabajan diariamente sin parar en laboratorios de análisis clínicos.

No puedo dejar de mencionar a todas aquellas madres profesoras que desde sus hogares dan no solo los aprendizajes que el currículo les exige, sino que la contención a cada uno de sus estudiantes en cada situación en particular. Hay muchas "madres" que están ahí, de pie, al lado de ese hijo o hija que puede ser ese enfermo, indigente, migrante, estudiante, cesante, embarazada o adulto mayor, al cual transmiten todo su cariño y ternura, respondiendo a la escucha y puesta en acción del Evangelio del amor a Dios y al prójimo.

Muy ciertas son las palabras del Papa, de que "las madres son el antídoto más fuerte a la difusión del individualismo egoísta. Individuo quiere decir que no puede ser dividido. Las madres, en cambio, se dividen a partir del momento en el que acogen a un hijo para darlo al mundo y criarlo".

No obstante, precisamente debido a la condición natural de la mujer, de la posibilidad de la maternidad, hemos subsistido con una amplia brecha entre hombres y mujeres producto del escaso incentivo y apoyos efectivos provenientes del Estado y de la sociedad en general (cf. PNUD 2019). Por ejemplo, en el limitado acceso de las mujeres al mercado del trabajo. Según la OIT en Chile, el 50,6% de las mujeres en edad activa forma parte de la fuerza de trabajo nacional versus un 74,4% de hombres. Asimismo, respecto a la previsión social, según el Informe GET (2018), al no tener la mayoría de las mujeres un trabajo remunerado, atribuyendo su inactividad al peso de las tareas domésticas y de las responsabilidades de cuidado familiar, surge esta condición de desventaja permanente durante su ciclo de vida activa, que se suma a las diferencias que hace el sistema previsional en el cálculo del monto de sus pensiones, porque tienen una mayor esperanza de vida que los hombres.

Todo eso resulta en que, al momento de jubilar, ellas reciban pensiones más bajas que ellos. En suma, todo esto se confabula para la escasa valoración de la maternidad en nuestra sociedad y que la postergación de ella, o más aun su negación, sea vista como una opción de vida.

Ser madre no significa solo traer al mundo un hijo, sino es también una elección de vida. Por eso, hoy más que nunca, en este momento de crisis mundial por la pandemia de coronavirus, cobran fuerza las palabras del Sumo Pontífice: "Un mundo que mira al futuro sin mirada materna es miope. Podrá aumentar los beneficios, pero ya no sabrá ver a los hombres como hijos. Tendrá ganancias, pero no serán para todos. Viviremos en la misma casa, pero no como hermanos. La familia humana se fundamenta en las madres. Un mundo en el que la ternura materna ha sido relegada a un mero sentimiento podrá ser rico de cosas, pero no rico de futuro".

Alicia Sanhueza Estay