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ENTREVISTA. Gloria Hutt Hesse, ministra de Transportes y Telecomunicaciones:

"Mi marido no está muy bien, creo que me he focalizado más en que él no se contagie"

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Federico Grünewald

Confinada en su casa, desde una habitación adaptada para el trabajo a distancia y con el 90% de las tareas del ministerio digitalizadas, Gloria Hutt Hesse contesta el teléfono de su marido, Felipe Cossio, y en su hablar no se percibe ninguna señal de ansiedad o preocupación. Si bien los días de contagio y pandemia podrían tenerla como mínimo inquieta, ella explica que ha extremado las precauciones, que solamente ha ido a algunas actividades a La Moneda, cuando ha sido necesario.

La ministra Hutt, 65 años, casada y tres hijos, ha hecho de la cuarentena algo más que un escudo para protegerse del coronavirus. Dice que no es precisamente miedo lo que siente frente al covid-19. Sabe que puede contagiarse y por eso se ha dedicado a levantar mecanismos de prevención, "porque tengo a mi marido de alto riesgo en la casa. Entonces, somos bien rigurosos en todas las medidas de sanitización, desinfección, lavado, todas las recomendaciones básicas y también de aislamiento".

Felipe Cossio "tiene cáncer bastante avanzado y además diabetes y además tiene 68 años. Se encuentra en los grupos de riesgo", dice Hutt acerca del hombre con el cual se casó cuando ella tenía 22 años y que ya en los años 70 superó un primer cáncer.

- ¿Cómo se encuentra él, ministra?

- Está no muy bien… muy débil, y como justamente el virus afecta al sistema inmune es que tenemos que tener todas estas precauciones. Creo que me he focalizado más en que él no se contagie. Por eso hemos todas las precauciones en la casa, hacemos aseo muy profundo y permanentemente.

- Entonces lo ha podido cuidar.

- Él lleva un tiempo largo enfermo, desde el año 2018, cuando tuvo la primera operación, así que ha sido bastante difícil todo este tiempo. Ahora está un poco más deteriorado y por eso también ha sido positivo trabajar desde la casa, desde un punto de vista, a pesar de que casi no salgo de mi escritorio. Pero por lo menos termino la jornada y estoy ya lista en la casa y puedo preocuparme de sus medicamentos.

Hay días en los cuales Gloria Hutt se pasa el día entero en su escritorio. "Empiezo a las siete de la mañana, a veces son las diez de la noche y he bajado apenas 20 minutos para comer algo y he vuelto. Es muy intenso, una reunión detrás de otra", menciona desde un espacio que califica como "adecuado y cerrado", que le permite desaparecer del resto de la casa para concentrarse en el trabajo.

- ¿Cómo está el transporte en el país a nivel de empresas y a nivel de servicio público?

- Las cifras que tenemos tienen que ver con las bajas de demanda, bajas de ingreso. El impacto en empleo no está todavía completamente dimensionado. Uno de los rubros que ha tenido el peor golpe es el transporte aéreo. Hay compañías, como Sky, que todavía no reinician operaciones y los movimientos que hay están en el 10% o 15% de la demanda cuando mucho, con una perspectiva de recuperación bastante lenta. Se supone que la recuperación no va a ser antes de fines de 2022 para tráfico internacional.

- Dos años más…

- Es muy fuerte, más de 90% de pasajeros perdidos. Estuve mirando unos gráficos y veía las estadísticas internacionales y decían que en los vuelos domésticos en el mundo vamos a volver a niveles de 1996; y en los vuelos internacionales, a niveles del año 2006. Eso es terrible, porque nunca en una crisis, que recuerde, habíamos tenido un retroceso de esta magnitud.

- Chile, además, iba en la otra dirección, agrandando aeropuertos, con nuevas aerolíneas.

- Y tasas de crecimiento enormes, de 10%. Después, en el transporte interurbano todavía hay compañías que no recuperan la operación. En el transporte urbano hay una baja de demanda muy fuerte, pero en general se ha mantenido la operación, porque hay una parte de la ciudad que se sigue moviendo. Esos son los sectores que más han sufrido. La carga se ha mantenido un poco más cerca de los niveles normales, con un descenso, pero no tan grave como los otros sectores.

Latam y servicios

- ¿Cómo es la situación de Latam?

- Es la única empresa que ha reportado un número de despidos, que es bastante grande (alrededor de 4.000). Ellos están en una situación distinta del resto, se acogieron al Capítulo 11 de un mecanismo de Estados Unidos, en el que un juez determina la administración, ellos pueden reestructurar toda su deuda previa a la crisis, como borrón y cuenta nueva. Dejan toda esa deuda atrás, empiezan un proceso de reestructuración de esa deuda y de ahí en adelante siguen operando. Una de las ventajas de este mecanismo es que no para la operación, no es como las quiebras tradicionales que uno conoce en que se cierra la empresa. Aquí se nombra un comité de administración y la empresa sigue dando los servicios igual que si estuviera operando normalmente.

- ¿Puede salir sola adelante Latam o el Estado tiene que prestarle ayuda?

- Todas las aerolíneas han planteado la necesidad de que el Estado las ayude, no sólo acá, también en el mundo. Los países han tomado distintas opciones, dependiendo de la situación económica de cada uno. En Alemania, por ejemplo, el Gobierno compró acciones, puso capital a Lufthansa y se quedó con acciones a cambio. Entonces, entró en la propiedad. En otros países han puesto fondos de garantía; en otros, préstamos directos. Acá, todavía es una conversación abierta. Se está conversando es la posibilidad de que estos mismos paquetes económicos que ya se han definido, alguno que vaya específicamente a las empresas más grandes, pero no a una empresa con nombre.

- ¿Debería mantenerse como una empresa más pequeña?

- Sí, la expectativa que ellos nos han transmitido es seguir operando en un tamaño más reducido y con operaciones más controladas, pero la instrucción es seguir operando.

- En la Ley de servicios básicos aprobada la semana pasada hay un componente de telecomunicaciones. ¿En qué consiste?

- Es una muy buena solución para las familias que van a tener interrumpidas sus conexiones a internet, telefonía móvil o fija en caso de no poder pagar. En este acuerdo, si las personas llegan a 60 días, que es el plazo de corte, se corta el plan, pero antes de eso puede pedir que lo pasen al plan solidario, que es un plan de conectividad gratuita. Ahí su deuda queda congelada.

- ¿Cómo van otros proyectos de su cartera que pueden estar afectados por la pandemia?

- Entre los proyectos más grandes, la Fibra Óptica Nacional debiera empezar a instalarse el próximo año. Por otro lado, tenemos en curso la licitación del proveedor para renovar flota de buses en Santiago y esperamos recibir ofertas en septiembre.

Cuarentenas y el futuro

- Un estudio mencionó que desde que se anunció el Plan Retorno Seguro, los flujos aumentaron y las cuarentenas dejaron de ser efectivas. Con las cifras que tienen ustedes, ¿se puede llegar a esa conclusión?

- Hay distintos datos. El flujo durante las cuarentenas es el más preocupante de todos, que dice que, a pesar de la cuarentena, mucha gente está circulando. Lo hemos podido comprobar con los datos de la Unidad Operativa. A nosotros nos preocupa además otro fenómeno muy importante para las ciudades en el mediano plazo: vemos que cuando se levantan las cuarentenas, como ocurrió en Las Condes, crecen mucho los viajes en auto, pero muy poco en transporte público. La preocupación que nosotros tenemos es que las personas vuelvan a usar el transporte público, porque no hay ninguna evidencia que indique que es más peligroso en términos de contagio que usar otros modos. Consistentemente, vemos que cuando hay un aumento de viaje porque bajan las restricciones de confinamiento, el transporte público se vuelve a quedar abajo y eso es un foco de trabajo importante: recuperar la confianza de las personas en el transporte público.

- El Colegio Médico dijo que era muy probable que el virus hubiera llegado desde el sector oriente al poniente de la capital en Transantiago.

- De eso en realidad no hay evidencia. Incluso estuve leyendo algunas investigaciones sobre los riesgos de contagio que se hicieron después del virus SARS el año 2003. Contra todo lo que uno podría esperar, decían que el transporte público como riesgo de contagio era del orden del 5%. En cambio, el riesgo de contagio en los lugares de trabajo era sobre 20% y en la casa, en el entorno familiar, era del orden de 25%.

- ¿Cómo será el transporte poscovid? No se ve que las actuales condiciones den para estar separados un metro.

- Sí, efectivamente, pero uno debería asumir que cuando se levantan restricciones de confinamiento es porque hay menos riesgo. Cuando empieza a circular más gente en las calles y en el transporte público, también es porque el riesgo ha disminuido. Debería haber una armonía en eso. Aun así, las personas siguen sintiendo mayor riesgo de viajar más compactos con otro dentro de los vehículos. Esto pasa también en los aviones. Es un miedo muy poderoso, a enfermarse y a morirse. Lo que tenemos que hacer es tomar algunas medidas y una de ellas es el control de la densidad de pasajeros, en estaciones, en paraderos. Una de las medidas en el mundo es habilitar rutas paralelas a los puntos más cargados del transporte público, que sean por ejemplo ciclovías temporales, de manera que los viajes más cortos puedan hacerse en vehículos no motorizados.

- A nivel de movilidad en las ciudades, ¿cómo ve el futuro poscovid?

- Creo que va a haber cambios importantes. Uno, el teletrabajo nos ha mostrado que uno podría quedarse un par de días en la casa sin ningún problema y hacer el trabajo igual. Creo que eso va a ser una tendencia. Otra: posiblemente se va a tender a los modos no motorizados. Es una oportunidad para un transporte más sustentable.

"Veía las estadísticas internacionales y decían que en los vuelos domésticos en el mundo vamos a volver a niveles de 1996; y en los vuelos internacionales, a niveles del año 2006".