Cartas
Figura porteña del acordeón
A poco de cumplir 100 años de edad, nos ha dejado la Sra. Helga Neisius de Junge. Su admirable historia, su vida dedicada a la música y a sus alumnos aprendices del acordeón merecen que la Sra. Helga sea incluida entre las figuras estelares de Valparaíso.
Al término de su educación media en el Colegio Alemán de Valparaíso se aprontaba para atender en Alemania una beca para el estudio del piano, instrumento que dominaba con su talento musical innato. Hubo de renunciar a ella debido a un infausto accidente sufrido mientras rendía el examen de gimnasia en el colegio. En la rutina de las mancuernas recibió un golpe que dañó irreparablemente la articulación de la primera falange de su dedo índice.
Frustradas sus esperanzas, en plena juventud, esta hermosa, atractiva y emprendedora muchacha hizo del pequeño acordeón (un juguete de 8 bajos) que su padre le regaló tras el accidente, el fundamento de su dedicación como profesora de este instrumento a niños de corta edad, iniciativa que desembocó en la creación de un conjunto de acordeones que alcanzó fama internacional. Tras la visita del grupo a la fábrica de acordeones Hohner, en Trossingen, Selva Negra alemana, y numerosas presentaciones en diversos lugares de ese país, el grupo de acordeones fue popularmente conocido en Chile como Conjunto Hohner de Valparaíso.
Los actuales integrantes del Conjunto Hohner de Valparaíso brindan este sentido homenaje a la Sra. Helga Neisius de Junge, de quien algunos de ellos fueron sus alumnos, con enrome cariño y admiración.
Valparaíso ha quedado sin su figura rutilante.
Conjunto de Acordeones de Valparaíso
Mañalich
Desde lo más profundo de mi corazón, gracias Dr. Mañalich, el país queda en deuda con usted. Su entrega, profesionalismo y calidad humana sólo generan gratitud de quienes queremos lo mejor para nuestra patria.
Leonardo Cabrera C.
Factores
En el último número de Foreign Affairs, Francis Fukuyama analizó la relación entre el manejo de la pandemia y los tipos de regímenes, concluyendo que esto no juega una variable fundamental. Democracias como Taiwán, Corea y Nueva Zelandia lo han hecho excepcionalmente bien, mientras que Estados Unidos o Brasil están lejos de tener seguidores. Lo mismo vale para autocracias: Vietnam es un caso extraordinario y Venezuela es exactamente lo contrario. Es por ello que para Fukuyama los factores claves en una respuesta exitosa son la capacidad estatal, la confianza social y el liderazgo.
Chile presenta una capacidad estatal importante, una mayoritaria desconfianza ciudadana al Gobierno (sin olvidar a partidos políticos, parlamentarios, Iglesia Católica y Carabineros) y un liderazgo que intenta hacer lo mejor que puede, en un escenario político tóxicamente polarizado tras el 18-O. No sorprende, visto así, que no nos esté yendo bien en el manejo de la pandemia.
Con dos factores menos, es en extremo difícil que la capacidad estatal funcione de forma más efectiva, a pesar de evitarse exitosamente los dilemas de última cama e implementarse rápidamente planes económicos de emergencia. Los serios desaciertos (e.g. politización de las cajas de alimentos) y el persistente cuestionamiento a nuestras autoridades (herida de octubre), lo hacen todo cuesta arriba, no cuesta abajo, en un escenario que racionalmente necesitaría de mayor cooperación para evitar la estagnación, el empobrecimiento y la inestabilidad.
Estamos viviendo los peores días de la pandemia y cómo logremos pasar esta tragedia definirá cómo se seguirá escribiendo la historia de Chile.
Camilo Barría-Rodríguez
Centralismo
Esta pandemia ha reflejado lo importante que es dotar a las regiones de mayor autonomía. Sólo un gobierno centralizado puede decretar una cuarentena en sólo dos comunas del Gran Valparaíso, sólo una autoridad que desconoce el funcionamiento de nuestra región puede dejar fuera de esta a Quilpué, Villa Alemana y Concón. Eso es desconocer cómo funciona la Región de Valparaíso y cómo los habitantes de estas diferentes comunas se enlazan con las demás.
Esta pandemia ha demostrado que la regionalización debe tomar mayor fuerza. El escenario sería otro si nuestras autoridades locales tuvieran mayores atribuciones.
Cristián Carvajal Mallegas
Educación
"¿Se escucha?, ¡sí profe, se escucha!, ¿ven bien la presentación que compartí?", han sido frases repetidas en el contexto de educación online.
En esta nueva modalidad de docencia a través de plataformas digitales, también se ha vuelto recurrente ver situaciones que restringen la interacción entre estudiantes y profesor: pantallas en negro, micrófonos apagados.
Al principio estas frases y situaciones se entendían en la adecuación a la forma emergente de impartir docencia, pero se configuró en un escenario repetitivo, habitual e incluso incómodo, pero no generalizable.
¿Por qué la mayoría de las dinámicas comunicacionales de clases online están ausentes de vista en cámara?, ¿por qué evitamos mostrarnos o mirarnos? A veces, las condiciones de espacios o infraestructura convienen no mostrarse. Pero ¿qué pasa con los que pueden mostrarse y mirarse y lo evitan?
Situaciones como estas dejan a docentes, alumnos y a los procesos formativos sumidos en una comunicación distópica, con ribetes ficticios, sin certezas de bidireccionalidad comunicativa, hablando sin lenguaje a un espacio-pantalla, un cuadro inerte.
¿Entonces, cómo resignificamos y recuperamos la mirada online en el contexto educativo?
Recordemos y cultivemos que un signo de respeto es mirar a quien nos habla, que el mirar acompaña, contiene, emociona y que hoy ronda en nuestros pensares acallados frases como "qué ganas tengo de verte". No extraviemos el sentido que escucharnos, respetarnos, mirarnos, es parte del tratarnos.
Boris Cajas Luna Académico Psicología UDLA Viña del Mar, Doctor en Educación
Situación de inmigrantes
Cae de "maduro" que el Presidente de Venezuela se está cobrando revancha de aquellos compatriotas que salieron de Venezuela en busca de mejores condiciones económicas y sociales y no quisieron apoyar su régimen. Es por eso que han quedado totalmente desamparados. De paso, han puesto a nuestro país en una incómoda posición, pues debe hacerse cargo de una situación que humanamente no puede negar.
Jorge Valenzuela Araya