Reginato y la madre de todas las batallas
El gremialismo ha dejado entrever, así como que no quiere la cosa, que la alcaldesa de Viña del Mar podría perfectamente destronar a Sharp de su sillón en Valparaíso. Se abren las apuestas... El joven abogado ha perdido buena parte de su apoyo territorial y nacional desde el 18 de octubre a la fecha, básicamente por un sinfín de errores no forzados.
La negativa del Presidente Sebastián Piñera a vetar la ley de reelección electoral puso en un duro aprieto a varios partidos, principalmente a la UDI, que deberá sacrificar numerosas alcaldías en todo Chile, siendo la más relevante y especialmente dolorosa la de Viña del Mar, ciudad donde Virginia Reginato se verá impedida de postular a un quinto período.
Acaso por ello, en un escenario político inéditamente revuelto, todas las miradas se han dirigido hacia los municipios, bastiones en los cuales -según la interpretación que se le da hoy a la ley- podría hallarse una salida para nuevas candidaturas en las cuales confluir la enorme popularidad y caudal de votos de varios alcaldes que, necesariamente, deberán dejar sus sillones, entre ellos la incombustible alcaldesa viñamarina.
Si esta semana fue el actual jefe comunal de La Florida, Rodolfo Carter, quien sin necesidad alguna de dejar su cargo, se permitió deslizar que había sido sondeado para convertirse en un rival de peso para aspirar a la alcaldía de Valparaíso en competencia con Jorge Sharp, esta vez toma fuerza en el gremialismo la inesperada idea de que Reginato no se reduzca a un simple cupo en el Concejo Municipal de la Ciudad Jardín, a un trasnochado escaño parlamentario, o a esa entelequia que aún sigue siendo la gobernación regional, sino que apueste por la madre de todas las batallas: desafiar a Sharp, el niño bonito del Frente Amplio, e intentar reconquistar para la derecha una de las comunas más emblemáticas del país y desde la cual se ha conseguido torpedear consistentemente la segunda administración del Presidente Piñera.
De más está advertir que el joven abogado ha perdido buena parte de su apoyo territorial y nacional desde el 18 de octubre a la fecha (de hecho, salió de las preguntas sobre el próximo presidente de Chile y preferencia de candidatos a la presidencia de la última encuesta Pulso Ciudadano, desplazado por Daniel Jadue e Izkia Siches), básicamente por un sinfín de errores no forzados y una administración que, pese a las buenas intenciones iniciales, su grandilocuencia y feble preparación y pulcritud de sus colaboradores terminaron por hacer caer en vicios y actitudes que enlodan todo el "proyecto" en el cual los porteños confiaron hace cuatro años, desde aquel lluvioso día de las inéditas primarias ciudadanas, misma fecha que hoy todos quieren olvidar para no aceptar que fueron "estafados" en sus propias narices. Valparaíso, ya no es ningún misterio ni opinión antojadiza, está hecho pedazos desde que se espantó la inversión privada, se combatió cualquier atisbo de idea que no naciera desde las bases del frenteamplismo, y se entregó la ciudad a los saltimbanquis, operadores políticos y desalmados que desolaron cada esquina de su bello patrimonio, mientras la autoridad municipal hizo vista gorda e incluso protegió tales conductas.
Que Reginato quiera o sea o no una mejor opción ya es otro tema. Pero en el momento de polarización que viven el Puerto y el país, su nombre en una papeleta es una alternativa que haría temblar a cualquiera. ¿Alguien tiene alguna duda?