"La pandemia vino a mostrar una cara que estaba más tapada, de subsistencia diaria, de pobreza"
"Me dieron el dato de que ustedes me pueden ayudar con una cajita de mercadería y gas… Mi esposo y yo nos quedamos sin trabajo". Mensajes como estos se acumulan por estos días en las distintas redes sociales en Hogar de Cristo. Son la prueba más concreta de aquello que dicen todos los expertos: los pobres en Chile se están multiplicando, con la misma velocidad que el coronavirus en los ambientes hacinados. Y al, igual que el virus, la pobreza daña y puede llegar a matar. De hambre. Como sucedía en la recordada crisis económica de 1982, en que se masificaron las ollas comunes.
En la región el coronavirus lleva más de cuatro meses y las cuarentenas ya cumplieron el mes, a excepción de Quillota que lo hará el próximo domingo. Uno de los impactos negativos más grandes de estos confinamientos es en el bolsillo de las personas de menos recursos y de la clase media. Carolina Gonzáles, directora regional del Hogar de Cristo, aborda esta dura realidad.
"Desde el inicio de la pandemia, y con las ciudades aún sin cuarentena ya se vieron impactadas las personas más vulnerables. Fueron perdiendo, de a poco, trabajo, el comercio se fue cerrando, que ya venía con un impacto importante desde el estallido social. Entonces, esto vino a nuevamente impactar las pymes que estaban surgiendo, y en muchas de ellas trabajan familias que son más vulnerables en la región. Entonces, desde el inicio se ve un impacto económico importante, comienza a resurgir mucho la pobreza, a endurecerse mucho más, y las personas en situación de calle, por sobre todo, se ven muy impactadas", aseguró.
Sobre lo último ejemplificó que "la gente, al tomar sus resguardos aún sin cuarentena, por ejemplo, no permitía que le limpiaran los vidrios del auto, que son cosas con las que la gente en situación de calle va obteniendo sus recursos diarios. Ahora con la cuarentena, eso se endurece críticamente. No tienen ninguna posibilidad de ingresos pequeños para subsistir en el día a día, pues eran plumilleros, limpiadores de vidrios, un montón de actividades así, pequeñas, que ahora ya no tienen, definitivamente. Y en las familias que no están en calle, pero que también son parte de nuestra población más vulnerable, se empieza a visibilizar la pobreza extrema, de falta de alimentación, de poder pagar servicios básicos, de poder pagar medicamentos".
- ¿Esta pandemia por el covid-19 ha visibilizado o ha abierto los ojos respecto a una realidad que muchos no ven o no querían ver, como lo es la pobreza?
- Evidentemente, sí. Hay una pobreza crítica, dura, crónica que siempre ha sido bien invisible, o como dices tú, a lo mejor no se quería ver, y que la vemos finalmente los actores que trabajamos más con esas poblaciones de riesgo o más vulnerables, y que hemos históricamente buscado mostrar, visibilizar y hacerlos parte, para incluirlos como sujetos de derecho, sobre todo a las personas en situación de calle, como con igualdad de oportunidades. Esta pandemia viene a mostrar más públicamente eso que se ha sostenido más invisible por años y hoy se revela. Se ven ollas comunes, se ve la gente con mucho menos trabajo, los ingresos ya no alcanzan... porque nunca alcanzaron en realidad. La gente vivía siempre al debe, entonces, claro, la pandemia viene a mostrar una cara que estaba más oculta, que estaba tapada, tal vez, con esta subsistencia diaria.
- ¿Cuáles son las particularidades que hay acá con respecto a lo que ocurre, por ejemplo, en Santiago?
- Acá en Valparaíso pasa lo mismo. Sólo que acá, geográficamente, se esconde más. Hoy la gente está más aislada del plan de Valparaíso. La gente de mayor pobreza está en cerros de difícil acceso para los equipos sociales que trabajan para el Ministerio de Desarrollo Social y para las distintas ONGs en las rutas, en Noche Digna, organismos que han visibilizado más el problema pero que con cuarentena ven más difícil su labor. Yo creo que geográficamente eso nos diferencia de Santiago. Efectivamente siempre ha estado más tapado, la gente no lo ve en las noticias nacionales, pero Valparaíso tiene mucha pobreza. En el Barrio Puerto, en el borde costero, hay mucha gente en situación de calle y hoy eso se ha agudizado. La gente se viene más al plan, porque acá están más visibles para obtener alimento. O sea, en las rutas se nos hace súper difícil -no sólo para nosotros sino para todas las ONG, y quienes son de Desarrollo Social- llegar a los cerros donde hay pobreza muy dura. Entonces, en el Barrio Puerto están aumentando las personas en situación de calle porque bajan y hay más dispositivos de ayuda social.
- Hay un fuerte debate sobre las ayudas para la clase media, que incluso llevó a discutir sacar dineros de la AFP y otro bono estatal. En cuanto a las cajas de alimentos, se darán más, pero la primera entrega tuvo algunos problemas, llegó a quienes no tiene que llegar y en algunos casos no a los que la necesitan. ¿Debería actualizarse el mapa de quienes necesitan estas ayudas, para sumar a personas que antes tenían un mejor pasar y ahora están con problemas para subsistir, como los independientes?
- Los datos son pre-covid. También creo que hay iniciativas buenas, plataformas donde la gente se inscribe, donde se les da ayuda a independientes. Creo que se ha ido avanzando, pero al no ser una política pública instalada la de visibilizar estos casos, se vuelve muy difícil entregar ayuda a todos porque hoy la necesidad es muy grande, muy mayor a las cifras probablemente. Eso, si nos fijamos en los datos concretos, no en una pobreza multidimensional, tal vez. Y hoy hace falta más. Yo creo que se avanza con estas ayudas de emergencia, pero sin duda generan una ayuda para un rato, para un momento, y la gente está desesperada porque esto avanza, y aunque se acabe el virus de acá a un mes, no van a tener trabajo ni opción de trabajar. Ellos no tienen un colchón de donde afirmarse desde antes. Se les acaba el sueldo de ese mes y se les acaba la casa, la posibilidad de arrendar y de comer, así de grave. Entonces antes no cabían en la estadística, porque en el momento de ser evaluados probablemente sí tenían ese sueldo precario, pero que les alcanzaba para comer precariamente y pagar un arriendo básico. Hoy se les acabó el ingreso y se les acabó todo. Entonces necesitamos trabajar y seguir trabajando en conjunto con el Estado, sea cual sea, para generar políticas públicas que permitan que esto no siga pasando a este nivel. Porque yo creo que efectivamente se les entregan beneficios a personas que no estaban en esta estadística antes del covid. Se abrieron posibilidades de bonos para pymes, para gente que tiene algún ingreso, pero las ayuda de emergencia no alcanza para tener lo que realmente se necesita.
- ¿Qué llamado hace a algún tipo de política más de largo plazo, ahora que el tema de la pobreza a nivel nacional y regional está al descubierto públicamente? ¿Qué lección hay que sacar?
- Se puede acabar el virus, ojalá, pero los efectos de la pandemia van a ser muy de largo plazo y luego de que se acaben esos efectos, se mezclan con los que tiene por sí sola la pobreza. Entonces, hay que trabajar en distintos temas: en inclusión laboral, en formación, recuperación de trayectoria educativa, acceso a los servicios, prestaciones de seguridad social. Se están desplegando un montón de ayudas de emergencia, lo que está bien. Nosotros estamos con nuestra campaña, la "segunda línea" que le llamamos a nuestros socios y a quienes nos puedan aportar. Es lo que hay que hacer porque nos tiene que movilizar ahora. Pero luego de eso necesitamos seguir trabajando, aportando. Siempre vamos a apoyar esas ideas, y si nos vamos a unir a los distintos servicios y si vamos a trabajar con quien haya que trabajar, lo hacemos para buenas políticas sociales de largo plazo, porque no hay ningún sector que esté ajeno. Esta pandemia viene a pegarnos en la cara por lo que ya venía arrastrándose hace mucho, desde siempre.
"Acá en Valparaíso pasa lo mismo (que en Santiago). Sólo que acá, geográficamente, se esconde más. Hoy la gente está más aislada del plan. Hay cerros, y la gente de mayor pobreza está en cerros de difícil acceso para los equipos sociales". "Se puede acabar el virus, ojalá, pero los efectos de la pandemia van a ser muy de largo plazo y luego de que se acaben esos efectos, se mezclan con los que tiene por si sola la pobreza".