Concurso Wistuba, la obra
Recordado escritor de cartas a los diarios por causas como la conservación de Sewell o la inclusión de Valparaíso en la visita de Juan Pablo II, está dedicado a una de sus iniciativas más queridas.
Abocado de lleno al Concurso de Acuarela Hardy Wistuba, que este año presenta una serie de cambios en concordancia con la crisis sanitaria, y que recibe obras hasta el 12 de septiembre, se encuentra el arquitecto, acuarelista y escritor Alberto Collados Baines -el recordado autor de miles de cartas a las tribunas del lector de los diarios-, quien lo dirige desde 2010.
En esta oportunidad, el certamen -bases en www.dcb.cl/wistuba-2020- considera la evaluación de las obras en forma virtual por el jurado, la entrega de por lo menos siete menciones honrosas, está dotado de un premio de US$3.000 y no puede declararse desierto.
El concurso se realiza en homenaje al artista chileno de quien lleva su nombre, fallecido en 2010, y busca tanto relevar la figura del connotado acuarelista, como incentivar el cultivo de esa disciplina, y en él pueden participar artistas profesionales o aficionados con obras realizadas únicamente con la técnica de la acuarela, sin limitaciones en el tema ni en el formato.
Certamen fundamental para acuarelistas
"Se ha convertido en un certamen fundamental para quienes desarrollan la técnica de la acuarela. Este es un año especial por toda la situación que estamos viviendo, pero también puede ser un buen momento para quienes no han participado antes. Nos sentimos honrados de seguir realizando el concurso y de generar un espacio único de encuentro y reconocimiento para quienes desarrollan esta técnica", dice Alberto Collados, quien fue alumno y ayudante de Wistuba.
"La parte medular de mi trabajo está vinculada a la profesión de arquitecto, en el ejercicio directo de la arquitectura, en la docencia, en lo gremial. La literatura y las artes plásticas fueron inquietudes paralelas. En cuanto a la acuarela, hace ya unos buenos años fui alumno de Hardy, me entusiasmé, expuse en varias ocasiones, luego de unos años él me pidió ser su ayudante, cuando se enfermó lo sustituí como profesor, y en eso surgió la idea del concurso en 2010, del que Hardy iba a ser el presidente del jurado, pero falleció justo antes", refiere.
"Este concurso, del que soy su director desde entonces, tuvo un inesperado éxito, recogió la inquietud sobre todo de miles de acuarelistas aficionados que no tenían oportunidades reales frente a consagrados y profesionales, y hoy, en su versión undécima, es el concurso público de acuarela más importante del país", agrega.
Cartas en defensa de sewell
Alberto Collados, en todo caso, es un hombre multifacético, ya que ha publicado el poema Cuando venga el Papa a Valparaíso (1988); Señor Director (2017), selección de las cartas que durante cuatro décadas envió a los diarios, y Surtido para caldillo (2018), que reúne cuatro cuentos escritos desde los años 70.
Una de sus iniciativas editoriales más singulares es la que resume Señor Director. Partió en los años 70 como una denodada defensa del campamento minero de Sewell, la Ciudad de las Escaleras, que había sido dado de baja y que se precipitaba a una muerte segura.
"Las cartas al director, unas tres mil publicadas, partieron tal vez remotamente en el poema del Papa, en eso de tratar de conseguir un efecto positivo, que en el caso del salvataje de Sewell de la picota fue sorpresivamente un logro impensado y extraordinario. El envío de cartas se inició con un fin bien concreto y práctico, para salvar a Sewell de la picota, campaña que me propuse y encabecé, en una primera etapa muy solitario, enviando cartas breves y al callo a los diarios, con un resultado a la larga maravilloso: Sewell, a punto de ser demolido enteramente, llegó a ser declarado Patrimonio de la Humanidad en 2006".
Así, recuerda, "partió el juego de las cartitas breves, que al cabo de cuarenta años se concentran en el libro Señor Director, en una primorosa y elegante edición (albertocollados.cl)". Pero también al fragor de sus campañas y opiniones, se dio un cúmulo de apoyos y críticas. ¿Cuál fue la respuesta de otros lectores que todavía lo tiene picado? "Lo de otros lectores me tiene sin cuidado", dice. "Vino el Papa a Valparaíso, Sewell no se habría salvado de la picota y ahí está, en Chile se erradicó la pena de muerte y la integración urbana empezó a ser realidad".
Juan pablo ii no iba a pasar por aquí
Otra lucha epistolar fue por la inclusión de Valparaíso en la visita del Papa Juan Pablo II, ya que la Región no estaba considerada. ¿No estábamos incorporados al programa? "En 1986, cuando se gestaba la visita, fui invitado al Club de la Unión a una reunión de profesionales para informar sobre el tema y solicitar aportes, y ahí supe del vertiginoso itinerario, que en ese primer apronte no incluía la Quinta Región. Muy ligado a Valparaíso, concebí esos versos. Al final el Papa fue a Rodelillo, y luego el poema obtuvo en 1992 el primer premio en las XXVI Justas Poéticas de Dueñas, Palencia, España".
Alberto Collados no sólo tiene nexos profundos, familiares y de amistad, con Valparaíso. Es hijo de Modesto Collados, ministro de Obras Públicas y de Vivienda de Frei Montalva y coordinador general de la construcción del edificio del Congreso, quien al observar cómo mucha gente hacía agujeros en los paneles de madera que cercaban la obra para observar las gigantescas faenas, ordenó que se levantara un extenso mirador para satisfacer la curiosidad porteña. Pasaba lleno. 2