Cartas
Distintas realidades
Meses atrás, mientras personeros de izquierda atacaban el supuesto mal actuar de nuestro país respecto al covid-19, hablaban de nuestros vecinos argentinos como si ese país se tratara de un paraíso terrenal. Sin embargo, la realidad ha tocado la puerta y Argentina está lejos de ser lo que se planteaba.
Comparemos. Al 12 de agosto, Chile había realizado más de 1.867.367 exámenes de covid-19, con 97 mil pruebas por 1 millón de personas, en una población de 19 millones de habitantes, mientras que los trasandinos registraban tan sólo 856.055 exámenes, con 18 mil test por 1 millón de personas, en una población de 45 millones. Ello sumado a que Argentina recientemente entro al top 10 de muertes diarias en el mundo y registra un 53% de positividad, número altísimo entendiendo su pobre nivel de testeo.
Algunos siempre intentan hacer ver que el pasto del vecino es más verde, pero la realidad es porfiada, pues hoy están al borde del colapso y sus aduladores chilenos brillan por su ausencia.
Nicolás Martins Fundación para el Progreso
Plebiscito
Resulta difícil entender cómo seres racionales, con miles años de historia, viviendo en el siglo 21, pensando en conquistar Marte, estemos entrabados en algo cuya solución es de suyo fácil. ¿A quién obliga? ¿Para quién es de vida o muerte? ¿Por qué tanta tozudez en querer realizar un plebiscito, sabiendo que las condiciones democráticas no están dadas? ¿Qué cuesta esperar y primero solucionar lo inmediato, la situación de salud de los chilenos y su situación económica? El 17 de octubre de 2019 nadie, pero absolutamente nadie, ni siquiera soñaba con la desesperante o urgente necesidad de hacer un cambio de nuestra Constitución.
¿Qué costará esperar el tiempo apropiado para efectuarlo en condiciones de plena democracia, entendiendo por ello el que todos puedan participar, sin miedo, sin limitaciones, con una participación asegurada? ¿Por qué tanta tozudez?
Héctor Salazar A.
Estado de derecho
Se dice que la violencia engendra violencia. Se sabe que la situación de ella en la zona de La Araucanía va in crescendo. Se comprueba que la autoridad administrativa y ejecutiva está actuando livianamente. Se tiene certeza del abandono y descuidos de la misma en la zona. Se cree que se están generando las condiciones para que cada cual deba tomar su defensa por sus manos. Se piensa que si ésta situación continúa terminaremos muy mal como sociedad. Se espera ahora la restauración del orden, el respeto, la seguridad pública y, con ello, el Estado de derecho, única receta válida conocida para llegar a ser una mejor nación, pues no existe otra conocida.
José Manuel Caerols Silva
Salud mental
En los tiempos que hoy estamos viviendo cuesta no referirse al impacto que ha sufrido la salud mental de nuestra sociedad. Se trata de una situación con una característica particular de que no nos expone tan sólo a un enemigo desconocido, un virus, sino que justamente a aquello que nos cuesta tanto enfrentar: el fin de la vida.
En medio de este contexto emergen las formas más certeras de abordar este conflicto existencial, las que van de la mano con vivir un día a la vez, incorporar aprendizajes milenarios como el sentido de la respiración, el contacto con el presente y otros consejos que entregan expertos en la materia. Por otra parte, está la realidad dolorosa y vastamente analizada sobre el impacto de la desigualdad en la forma de vivir la pandemia, pero también en la inseguridad que esta genera sobre el futuro.
Un tercer elemento (de los muchos que podrían analizarse) es que la "nueva normalidad" nos ofrece desafíos desconocidos asociados a incorporar hábitos protectores en términos de salud, lo que podría aumentar las prácticas sociales basadas en la desconfianza y el miedo.
Por lo tanto, ante este escenario, al menos nebuloso, sigamos hablando de salud mental. Pero ¿dónde comenzamos?, ¿por los grupos más vulnerados en términos económicos?, ¿los cuidadores de personas en situación de dependencia que han debido asumir todos los cuidados sin apoyo?, ¿por los niños y niñas que han internalizado un cambio de rutina forzado sin comprender cabalmente el sentido de esto? Hay que comenzar.
Aurora Vergara Brunet Académica Terapia Ocupacional Universidad Andrés Bello
Cooperación
La actual pandemia de covid-19 se ha convertido en un llamado de atención para todas las naciones y que no ha discriminado entre estado de desarrollo o ubicación geográfica.
Es claro que cuando la población se enferma, las economías, las sociedades y las naciones se ven afectadas. Ante este tipo de amenazas, las naciones necesitan redefinir sus mecanismos y estrategias de política exterior que definen la cooperación internacional, dado que los problemas de salud mundial requieren de una meticulosa negociación diplomática y política.
Fundamentar las regulaciones sanitarias internacionales a través de la diplomacia sanitaria, aumentar el número de agregados sanitarios en todo el mundo y construir aparatos bilaterales de datos sanitarios más sofisticados entre las naciones, gobiernos, expertos y organizaciones de la sociedad civil, ofrecería nuevas soluciones a los problemas de la salud, demostrando que este tipo de soluciones preventivas pueden anticipar, controlar y contener de mejor manera una amenaza.
Está claro que las enfermedades sanitarias son mortales y en un mundo globalizado, la conectividad se convierte en el principal enemigo, pero es importante saber que esto puede ser evitado si los Estados trabajasen juntos en la creación de nuevos mecanismos de prevención, ya que esta no será la última pandemia que azotará a la sociedad.
Danisa López D.
Acceso a la educación superior
Son muchos los egresados de enseñanza media que cada año ven frustradas sus aspiraciones de ingresar a la universidad. Las causales que coartan esa posibilidad son básicamente las notas de media y la situación económica. Siempre he pensado que cada persona que acredite estar en posesión del certificado de enseñanza media podría entrar a la universidad sin necesidad de otro requisito. En el camino, automáticamente irá funcionando el cedazo y llegaran al final los que demuestren capacidad y responsabilidad. En lo económico, obviamente se debe buscar la forma para que las universidades se financien y entreguen calidad.
Jorge Valenzuela Araya