Los desempleados sin ánimo de luchar
Estudio universitario revela el "desaliento laboral" con una sensación de las personas de que no van a hallar trabajo ni siquiera informalmente. Señala el trabajo que un factor dominante en la realidad laboral local es que "Valparaíso tiene una matriz productiva muy concentrada en el sector turismo y de servicios, que es el más afectado por la emergencia sanitaria".
Una cruda visión de la realidad laboral local presenta un estudio elaborado por el Centro de Economía y Política Regional (CEPR), de la Universidad Adolfo Ibáñez, en conjunto con el Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión social.
El director del CEPR, Esteban López, advierte que "hay una creciente sensación de las personas de que no van a hallar trabajo ni pueden salir a buscarlo y no tienen siquiera la opción de trabajar informalmente". En suma, un ánimo de derrota.
Alerta el académico que la Región de Valparaíso es una donde "más creció el desaliento por buscar empleo, eso es muy complejo porque cuando pasa, la gente se tiende a ir".
Ante la tasa oficial de desempleo regional del 13,8% consignada por el INE, el estudio presenta una nueva dimensión, la Tasa de Desocupación Combinada, que incluye a los inactivos potencialmente activos -aquellos que hoy no buscan trabajo, pero que declaran que estarían inactivos en el futuro-, llegando así a un 32,6%.
Un factor dominante en la realidad laboral local es que "Valparaíso tiene una matriz productiva muy concentrada en el sector turismo y de servicios, que es el más afectado por la emergencia sanitaria" y ante esto López llama a "un plan claro para diversificar nuestra matriz productiva y producir bienes con mayor valor".
El desafío estaría definido: buscar nuevas fuentes productivas, mirando oportunidades en fortalezas propias de la Región que se encuentran en la minería, la agricultura, la industria y la actividad portuaria, que debe ser optimizada considerando, como se ha repetido una y otra vez, el servicio a terceros países, fortaleciendo el corredor bioceánico.
Y ante ese desafío el académico llama a formular un plan integral "a la medida de la región". Recuerda, también, que uno de los sectores más perjudicados son aquellos con bajo nivel educacional.
Este panorama es el que favorece el "desaliento laboral", pues para gran parte de las 210.000 personas que han perdido su trabajo no aparecen oportunidades. Sus fuentes laborales han reducido operaciones o, simplemente, han desaparecido. Y el daño se advierte claramente en el sector del turismo y los servicios, según afirma el estudio. Como una esperanza en medio de la crisis, López señala la disminución en la caída del empleo, lo que "debería darnos una luz al final del túnel".
Esta situación, con cifras reales, con actividades de difícil recuperación y, lo peor, con los afectados sin ganas de luchar, crea un daño social que llega hasta la droga y la delincuencia.
El estudio de la Universidad Adolfo Ibáñez es una severa luz roja que se debe atender junto a la urgencia de la pandemia, evitando que los afanes electorales nos hagan olvidar los problemas reales que significan esas personas sin trabajo, sin ánimo, desalentadas, a las que hay ofrecerles un futuro.