Informática y dudas sobre la seguridad
El caso de BancoEstado revela la vulnerabilidad de los sistemas digitales utilizados en variadas organizaciones públicas y privadas. Con este episodio también se pone en razonable duda la posibilidad de usar sistemas informáticos en procesos electorales, cuestión que se ha planteado en los últimos tiempos debido a las próximas votaciones.
El hackeo que paralizó el BancoEstado demostró, en forma masiva y en terreno, la vulnerabilidad de los sistemas informáticos. El propio presidente de la institución, Sebastián Sichel, lo confirma al declarar que "en la práctica, este virus Ransomare Sodinokibi es como un covid digital: no es porque no hayamos tenido vacuna, es que la vacuna no existe".
Como ejemplo de la fragilidad de los sistemas citó los casos de cuatro bancos australianos atacados en febrero y a otros cuatro japoneses en diciembre. Defendiendo a la institución, el ejecutivo informó que el banco ha invertido U$20 millones en seguridad.
El hecho es que la agresión digital alcanzó a 12 mil terminales y obligó a cerrar a más de 400 oficinas del banco, paralizando con ello operaciones presenciales o remotas de miles, quizás de millones de personas, usuarias de BancoEstado.
El ataque, por otra parte, llega en un momento especialmente crítico de la economía del país y de la movilidad de las personas debido a la pandemia, todo ello se podría vincular también con el movimiento asociado a movimientos de los fondos previsionales, en buena parte depositados en el banco estatal, descendiente directo de la antigua y muy confiable Caja Nacional de Ahorros.
Este ataque exige una investigación rigurosa para dar con los culpables y sus propósitos y para establecer la consistencia de las medidas de protección del banco. A la vez, es fundamental resolver, caso a caso, posibles daños en las cuentas de cada cliente.
Pero más allá del tema bancario, importante sin duda, la cuestión de fondo refiere a las dudas sobre la seguridad de los sistemas informáticos que son la base de las operaciones de múltiples instituciones públicas y privadas.
Está, en primer lugar, el posible acceso a los datos personales lo que violenta la privacidad con los más variados alcances. ¿Cuál es el nivel de seguridad de la información que maneja el Registro Civil? ¿Qué pasa con la múltiple y pormenorizada información que en los últimos tiempos ha compilado la Comisaría Virtual?
Con el episodio de BancoEstado que es, como se reconoce, la réplica de otras situaciones de alcance nacional e internacional, también se pone en razonable duda la posibilidad de usar sistemas informáticos en los procesos electorales, cuestión planteada en los últimos tiempos debido a las próximas votaciones en medio de una crítica situación de salud. La desconfianza se extiende también, justa o injustamente, sobre los registros electorales mismos.
El episodio de BancoEstado obliga a las instituciones que ofrecen servicios cada vez más novedosos mediante medios informáticos, a sincerar la fragilidad de los sistemas, realidad que también debe ser asumida por los usuarios, adoptando todas las medidas de seguridad que estén a su alcance.