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Hugo Herrera, profesor en la UDP y la UV sobre el Chile que puede surgir tras el Plebiscito en octubre:

"El poder presidencial debe ser acotado y una manera es transferírselo a las regiones

El abogado y Doctor en Filosofía ha sido uno de los críticos más duros con el desempeño del Presidente Piñera en la crisis de octubre. Sin embargo, su visión sobre la centroderecha, un sector del que se siente parte, va más allá de la contingencia y se estira hacia el futuro posible.
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Avanzar hacia una nueva Constitución es un paso necesario, pero no suficiente, piensa Hugo Herrera, profesor en la Facultad de Derecho de la Universidad Diego Portales, en la Escuela de Derecho de la Universidad de Valparaíso y uno de los pensadores de centroderecha que le propone a su sector despercudirse de la influencia neoliberal para adoptar un enfoque más político. Es una idea que trabaja desde el año 2014, cuando publicó su libro "La Derecha en la crisis del Bicentenario", y que refuerza este año con "Octubre en Chile. Acontecimiento y comprensión política: hacia un republicanismo popular".

Nacido en Viña del Mar, estudió en el colegio Sagrados Corazones Padres Franceses y después en la Universidad de Valparaíso. Luego emigró a Alemania para obtener un Doctorado en Filosofía por la Juluis-Maximilians-Universität, de Würzburg. Sin embargo, es desde sus columnas de opinión que Herrera ha disputado las interpretaciones sobre el estallido social y el proceso constituyente, aunque él cree que la historia pudo tener un camino distinto.

- ¿Cree que leyó bien la clase política la pulsión que emanaba del estallido social al abrir la puerta a un proceso constituyente?

- El acuerdo del 15 de noviembre es, en cierto modo, una anomalía. El diseño institucional chileno está pensado para que el impulso provenga de la Presidencia de la República. El Congreso, en cambio, es un órgano destinado eminentemente a la discusión, la discrepancia, la crítica. Ante la crisis de octubre, sin embargo, el Gobierno careció de capacidad de impulsar el proceso político. La salida a la crisis podría haber venido, por ejemplo, de una agenda de reformas económico-sociales robustas, conducidas por el presidente con los principales partidos, de gobierno y oposición. Pero Sebastián Piñera no salió de la agenda de orden público y de vacilar entre llamados a la guerra y la paz. Un general tuvo que venir a sugerirle que se moderara. En ese contexto, quedaba el Congreso y el Congreso no tiene la llave de reformas económico-sociales, pero sí la llave constitucional. El órgano destinado a discrepar se puso de acuerdo. En este sentido, es necesario valorar la capacidad que tuvieron los dirigentes políticos en el Congreso, especialmente Mario Desbordes cuando dijo "de aquí no nos paramos sin acuerdo".

- ¿Qué resolverá un proceso de cambio constitucional?

- La Constitución es un paso necesario, pero no suficiente. En la única crisis parecida que ha tenido el país, la del Centenario, la Constitución fue eso, un paso necesario pero no suficiente. La Constitución de 1925 sentó las bases de un incipiente Estado social y rehabilitó la autoridad de la Presidencia de la República. Hoy la constitución sí tiene capacidad de empezar a resolver la crisis, insisto, no de solucionarla. Primero, en el nivel simbólico. La Constitución debe ser un marco fundamental reconocido por todas las partes. La Constitución del 80, no logra ese objetivo básico. No puede lograrlo. No solo porque fue producida en dictadura, sino poque es el resultado de