En Viña, tal como en el poema, nadie dijo nada
El recurso de Reginato, el despiste de la UDI y el FA bailando sobre los despojos de 16 años de administración, mientras la derecha termina por regalar su comuna más emblemática. Ya se comenta la extraña intención de ungir como reemplazante a la directora de desarrollo comunal, Paulina Vidal, para darle continuidad a las políticas.
Llamó la atención, cómo no, el silencioso recurso de protección presentado por un par de abogados santiaguinos a nombre de Virginia Reginato en contra de la presidenta de la UDI, Jacqueline Van Rysselberghe, y el director nacional del Servel, Raúl García, por un supuesto atentado contra sus derechos, al impedirle repostular a la alcaldía de Viña del Mar como le fuera prohibido por ley tras el rechazo del senado al levantamiento de las inhabilidades para que alcaldes, parlamentarios, cores y concejales no se eternicen en sus cargos, todo ello en beneficio de la democracia.
La acción judicial, hecha sin publicidad alguna y que sólo se conoció por un ¿desliz? del secretario general de la UDI, Felipe Salaberry, sería una estrategia de la Asociación de Municipalidades e involucra a otros alcaldes del partido, por lo que se entiende que: a) Reginato no se quiere ir de su cargo por ningún motivo, aunque ello atropelle los intereses de sus colaboradores con aspiraciones alcaldicias y a su propio partido; b) los dirigentes regionales, como Carlos Bannen, se enteraron por la prensa y no tienen ni siquiera opinión al respecto; c) la dirigencia nacional fue completamente pasada a llevar o, bien, se prestó para un tongo al ser destinataria a sabiendas del recurso en cuestión.
Como sea, ya rechazado por la Corte de Apelaciones y a la espera de un nuevo intento ante la Corte Suprema, el mecanismo (válido como en cualquier democracia que se precie de tal, pero política y éticamente impresentable, más aún cuando puede incidir negativamente en el fallo del TER sobre la acusación por notable abandono de deberes) terminó por sepultar todo lo bueno que pudieron haber tenido los 16 años de la alcaldesa al mando de la comuna.
Entre tanto, Viña se quedó sin primarias legales para el oficialismo, los concejales y precandidatos Jaime Varas y Macarena Urenda ya le soltaron definitivamente la mano a Reginato y su jefa de gabinete, María Angélica Maldonado (intocable, como siempre), y ya se comenta la peregrina intención de ambas de ungir como su reemplazante a la directora de desarrollo comunal (Dideco), Paulina Vidal, para dar continuidad a las políticas de contratación a honorarios en los cerros, la Casa del Deporte, el manejo del déficit y otros grandes "éxitos" del último tiempo.
No por nada el senador Francisco Chahuán, con argumentos bastante claros pese a que él mismo ha hecho algo similar con Concón en el pasado, da cuenta del riesgo claro de que la derecha ceda Viña del Mar, pese a que en todas las encuestas internas y ante el rival que sea, gana la exdiputada Andrea Molina, quien, no dispuesta a tener que besar anillos, optaría por San Bernardo.
Acaso por ello, también vemos cómo proliferan figuras como Raúl Celis, Laura Giannici y otras del Frente Amplio como Macarena Ripamonti o el jurídico de Jorge Sharp, Nicolás Guzmán, estos últimos tan llanos a comparar Viña del Mar con Venezuela sin respuesta alguna del Concejo Municipal, de los partidos de la coalición oficialista o de la Fundación Piensa.
Al final, tal como en el poema de Pezoa Véliz, nadie dijo nada.