Armenia y Azerbaiyán se reúnen en Moscú y combates recrudecen
NAGORNO KARABAJ. Los ataques se intensificaron cerca de la frontera con Irán, mientras ministros de ambos países en conflicto buscaban una salida pacífica.
Efe
Los combates se recrudecieron ayer en el flanco sur de Nagorno Karabaj, donde Bakú dijo haber tomado una ciudad estratégica, mientras armenios y azerbaiyanos mantenían en Moscú sus primeras negociaciones para un alto el fuego reclamado insistentemente por Rusia y Occidente.
"He dado un vuelco al statu quo en el campo de batalla. No existe. ¿Línea de separación? No la hay. La hemos superado y destruido", dijo el presidente de Azerbaiyán, Ilham Alíev, en cadena nacional.
Ambos bandos reconocen que las hostilidades se han trasladado en los últimos días a la zona cercana a Irán, donde el Ejército azerbaiyano habría cosechado importantes éxitos.
Alíev clama victorias
Alíev precisó que las tropas azerbaiyanas habían tomado la localidad estratégica de Hadrut, además de otra decena de pequeñas aldeas ocupadas por los armenios durante los últimos 30 años.
"Cada día tenemos buenas noticias del frente", aseguró y subrayó que sus tropas avanzan imparablemente en dirección a la capital karabají, Stepanakert, debido a que "el Ejército azerbaiyano, tanto desde el punto de vista de equipamiento técnico como de preparación militar, domina claramente el campo de batalla. Ahora el conflicto se decide por la vía militar, después ya se hará por la vía política", proclamó.
Con todo, al igual que ocurriera hace días en Dzhabraíl, el ministerio de Defensa armenio refutó inmediatamente la declaración del líder azerbaiyano.
"Me encuentro en estos momentos en Hadrut y, por alguna razón, no veo a nadie, sólo armenios", dijo el portavoz castrense Artsrun Ovannisián.
Stepanakert
Además, los bombardeos continuaron sobre la capital karabají, Stepanakert, cuyos habitantes han sido evacuados en su mayoría a Armenia.
El defensor del Pueblo local, Artak Beglarián, denunció que la artillería y aviación azerbaiyanas siguen apuntando a objetivos civiles, incluido iglesias, lo que ha sido negado por Bakú.
Azerbaiyán respondió acusando a Armenia de disparar contra zonas pobladas en las regiones de Goranbói, Terter y Agdam, y de herir a tres civiles en Fizuli.
Alíev también volvió a negar que cazabombarderos F-16 turcos estén incursionando sobre territorio karabají, como denuncian los armenios. "Los F-16 vinieron a Azerbaiyán para participar en maniobras militares. Los F-16 están en tierra. No están volando y de ninguna manera están tomando parte en combates", señaló.
En total, el Karabaj reconoce una veintena de muertos civiles y Bakú informó de 31 decesos, cifra que a Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) elevó a 53, incluidos niños. En cuanto a las bajas entre los combatientes, las autoridades karabajíes reconocieron 376 soldados fallecidos tras la muerte de otros 26 en el campo de batalla.
Bakú nunca ha informado sobre el número de muertos en su Ejército, aunque Ereván habla de miles de muertos.
Reunión en rusia
Mientras tanto, los ministros de Exteriores de Armenia, Zohrab Mnatsakanián, y Azerbaiyán, Jeihun Bayrámov, se reunieron ayer en Moscú por primera vez desde que el pasado 27 de septiembre estallaron los combates en el enclave.
La reunión está presidida por el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, cuyo país llamó a las partes a declarar cuanto antes un alto el fuego. Los ministros fueron invitados por el presidente ruso, Vladímir Putin, quien junto a sus pares de Francia y Estados Unidos ha llamado a un cese al fuego que ha sido desoído.