(viene de la página anterior)
Piensa que "el país enfrenta una oportunidad para conversar sobre la forma en que queremos relacionarnos y creo que es crucial que el modelo que construyamos asegure que cada individuo pueda tener una educación de calidad para desarrollar sus talentos, salud para crecer y desarrollarse en un ambiente seguro que le permita alcanzar su máximo desarrollo y la felicidad. En este escenario debemos diseñar un sistema de previsión social que nos permita asistir a los más vulnerados y proteger con una pensión que supere la línea de la pobreza a los jubilados. Con esas preocupaciones en el centro, seremos capaces de construir un mejor país, que será motivo de orgullo para nosotros y para las generaciones venideras".
Mercado del suelo e integración social
"En general se han evidenciado las grandes diferencias socioeconómicas en la región. Esto ha propiciado por un lado un despertar intelectual y por otro, un aumento de la autogestión y hacer ciudadano. Esto se sumó a los procesos de confinamientos comunales e incluso barriales desde la aparición de la pandemia. Se observa el deseo de una mayor territorialización de la participación ciudadana, así como de la profundización de la regionalización en la toma de decisiones", plantea el presidente regional del Colegio de Arquitectos, Claudio Carrasco, quien indica que esa demanda se da no sólo en el acceso a los servicios cotidianos que la ciudad debe ofrecer, sino también en la gobernanza local, incluso en la escala del barrio.
"Los fenómenos asociados a la autoproducción y al autoconsumo se suman en este sentido dando otro orden a las relaciones sociales en los espacios urbanos. Ahora se habla con mayor propiedad de que somos ciudadanos prosumidores, que estamos en la línea del consumir y también del producir localmente", expone y enfatiza que eso se traduce en el surgimiento de nuevos ámbitos para la integración social y en la economía local, lo que "obliga también a repensar el marco de los planes reguladores".
Esos instrumentos deben ser desarrollados "con una amplia y profunda participación ciudadana y donde el mercado del suelo debe ser restringido lo más posible para una mayor integración social y urbana. La ley de integración social y urbana, tal cual se plantea hoy, desvirtúa esta posibilidad".
En esa línea, "vemos que las ciudades de la región ofrecen servicios, pero no siempre herramientas ni accesibilidad a ellas para toda la población. Esto ha favorecido en este último tiempo, un aumento muy importante de los campamentos especialmente en las grandes ciudades, lo que sumado a que ya van casi 10 años que no se licita en el AMV el transporte público, evidencia las grandes diferencias socioeconómicas en el Gran Valparaíso. Creemos que las políticas territoriales de vivienda requieren rápidamente una descentralización y por tanto abogamos por una regionalización de las decisiones habitacionales". A raíz del estallido social y de la aparición de la pandemia, "los procesos de cambios de paradigmas de cómo ha de ser la ciudad han cambiado", observa Carrasco. "Desde el teletrabajo, la teleducación, hasta los nuevos desafíos en movilidad y la valoración de los espacios naturales y la búsqueda de ciudades más saludables para todas y todos, ponen nuevas reglas para nuevas ciudades y nuevas arquitecturas", concluye.
La hora del enfoque de desarrollo sostenible
La prolongada pandemia que golpea al mundo también tiene consecuencias sociales y económicas sin precedentes, en un contexto en que ya enfrentábamos las consecuencias de la crisis social que estalló en octubre de 2019, la que está lejos de ser resuelta y que el coronavirus sólo puede profundizar, expresa el presidente de la Asociación de Empresas de la V Región, Asiva, Ricardo Guerra.
El directivo puntualiza que como organización "entendemos y compartimos muchas de las demandas ciudadanas y el descontento de ciertos sectores de nuestra sociedad que se sienten postergados, temas de los cuales debemos hacernos cargo todos. Sin embargo, condenamos la violencia y todos aquellos llamados a destruir nuestra democracia y orden social, a través de las vulneraciones al derecho de los ciudadanos a vivir en paz, en forma digna y segura, a manifestarse en paz, así como a trabajar y circular libremente".
Expone asimismo que la magnitud de la respuesta económica desplegada por los países para enfrentar la emergencia sanitaria y reactivar la economía post-crisis no tiene precedentes, y remarca que "a los esfuerzos desplegados para reforzar los sistemas de salud, sostener el ingreso de las familias e intentar proteger el empleo, se suman políticas de estímulo e incentivos a la inversión pública y privada con el fin de impulsar la reactivación".
Ricardo Guerra plantea que de la adecuada implementación de esas medidas dependerá el ritmo de la reactivación y la consecución de un mejor futuro, por lo cual "esta es la oportunidad de alcanzar una recuperación económica bajo un enfoque de desarrollo sostenible y resiliente, y para ello resulta fundamental vincular las agendas económica, social y ambiental, privilegiando la inversión en innovación, ciudades resilientes, educación inclusiva adecuada al siglo XXI, además de empleos dignos, movilidad social y estímulo a las pequeñas y medianas empresas, entre otros". Y se declara seguro de que con el esfuerzo serio y comprometido de trabajadores, autoridades públicas y políticas, empresarios, emprendedores, estudiantes, jóvenes y adultos, y de todos los habitantes, saldremos de esta crisis.
Los cambios que llegaron para quedarse
"Sin duda hemos tenido que enfrentar situaciones muy difíciles que han modificado la forma en que vivimos, nos relacionamos y hacemos negocios. Hace casi un año fuimos testigos de manifestaciones históricas que nos obligaron a una escucha activa y que motivaron un importante y profundo cambio social, lo que nos hizo replantearnos nuestro futuro como país. Lamentablemente durante ese período, muchas empresas, trabajadores y comunidades se vieron afectados por una violencia inaceptable y una destrucción innecesaria e injusta. Luego, cuando recién comenzábamos el camino de la reconstrucción y recuperación de los negocios, vino la pandemia del Covid-19", expone el presidente de la Cámara Regional del Comercio, Pier-Paolo Zaccarelli
Ambas circunstancias han acelerado una serie de cambios disruptivos que motivan transformaciones en los modelos de vida y negocios, como el trabajo virtual, la educación online, la telemedicina, entre muchos otros que han llegado para quedarse, refiere. "Estamos viviendo en un mundo más volátil, incierto, complejo y ambiguo que nos ubica frente a uno de los desafíos más grandes de los últimos años y que ha impactado fuertemente a la Región de Valparaíso", con una tasa de desocupación del 14%; baja real anual de ventas presenciales minoristas del 34,1% en julio, y una drástica caída de la ocupación hotelera.
Por eso plantea la necesidad de reconocer esta nueva realidad, para lo cual es necesario "motivar a las empresas a reinventarse, a mantener una actitud propensa al cambio, a redefinir su rol y modificar nuestros hábitos, para generar una mayor consciencia ambiental, motivar la resiliencia y adecuar el modelo capitalista, no para detener el desarrollo, sino para que las empresas continúen persiguiendo beneficios económicos, pero contribuyan con soluciones sociales y ambientales".
El dirigente empresarial sostiene que "enfrentamos grandes desafíos regionales, por lo que como CRCP hemos decidido tomar un rol activo para generar un pronto desarrollo económico local, mediante la generación de competencias, la participación en estrategias de desarrollo y la colaboración en la gestación e implementación de políticas públicas, porque estamos conscientes de la importancia y el valor que adquiere nuestro trabajo para sobreponernos en un escenario complejo". 2
más de mil denuncias por violaciones a los dd.hh. recibió el indh valparaíso entre octubre de 2019 y marzo de 2020.