El expresidente boliviano Jorge Quiroga anunció ayer que retira su candidatura para las elecciones generales que se celebrarán este domingo.
En un mensaje difundido en Twitter y Facebook, Quiroga comunicó la decisión de declinar su candidatura tras reconocer que no tiene la posibilidad de llegar a la Presidencia y ante la posibilidad de que el Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales gane en primera vuelta.
"Esa posibilidad es ínfima, pero mayor a mi chance de ser presidente. Por pequeño que sea el riesgo que el MAS acceda al gobierno directamente este 18 de octubre, debo hacer todo lo que esté a mi alcance para evitarlo", sostuvo Quiroga, que gobernó Bolivia entre 2001 y 2002.
También mencionó la importancia de contar "cuanto antes" con un gobierno "legítimo que emane de las urnas" y que atienda problemas como la pandemia de covid-19 y la crisis económica en el país.
"Si podemos derrotar al MAS en primera vuelta, el país se evita una segunda exposición a aglomeraciones electorales, se ahorra 45 días y así arranca un gobierno de cinco años en noviembre, que reactive la economía, sin esperar a una segunda vuelta y una tardía posesión presidencial navideña", afirmó.
"Tomo esta decisión y no me alivia, por el contrario tengo en el alma un profundo dolor y una enorme angustia", agregó Quiroga, que postulaba por la Alianza Libre 21 y siguió los pasos de la mandataria interina Jeanine Áñez, quien a su vez renunció a su candidatura en septiembre para evitar la dispersión del voto contrario al MAS.
Quiénes siguen
Con el anuncio de Quiroga quedan seis candidaturas en la carrera electoral boliviana, incluidas la del exministro Luis Arce, del MAS, y el expresidente Carlos Mesa, de la alianza Comunidad Ciudadana (CC).
Arce aparece como favorito en las encuestas preelectorales, aunque sin la ventaja suficiente por ahora para lograr el triunfo en primera vuelta, seguido por Mesa, con quien podría disputar la Presidencia en una segunda.
Por su parte, Quiroga figuraba en los sondeos con apoyos de entre el 1% y el 2%. La Constitución y la ley electoral bolivianas establecen que para ganar en primera vuelta se debe obtener el 50% más uno de los votos o al menos el 40% con una ventaja de diez puntos porcentuales por encima del segundo más votado.