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El completo del Marco Polo

Con una franqueza pocas veces vista, el ministro Briones dio en el clavo en su visita a Valparaíso: la Región turística a la cual estábamos acostumbrados lo dejará de ser por un buen tiempo. La añosa incapacidad local de diversificar la matriz productiva terminó por lapidar la economía de la zona, obligando a los unos y los otros a asumir costos y riesgos incumplibles.
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Dice el ministro de Hacienda, Ignacio Briones, en entrevista de hoy con este Diario que "si bien creo que lo peor ya pasó, es importante entender que el sector turismo y el gastronómico no van a operar a su plena capacidad por un tiempo más".

Esto, en un escenario imposiblemente más porteño que comiéndose un completo en el restaurante Marco Polo del Parque Italia, acaso uno de los sectores más golpeados por el estallido social de octubre del año pasado y el posterior descampado que significó la cuarentena de más de cuatro meses por la pandemia del coronavirus.

Su diagnóstico es duro, pero realista y certero. No es aventurado afirmar que las pymes fueron las más dañadas en el último año, primero vandalizadas, impedidas de vender y luego, cuando iniciaban una costosa e incipiente recuperación, cerradas por disposiciones sanitarias.

Ello provocó que unas cincuenta mil personas vieran suspendidos sus empleos, en tanto la cesantía bordea el 14%, por lo que el ministro convocó a las empresas a postular al subsidio al empleo, que hoy cuenta con un fondo de 2 mil millones de dólares, y que está enfocado precisamente en los sectores antes mencionados, hoy tremendamente vulnerables por el límite de los aforos, las restricciones sanitarias y la dramática suspensión de viajes por parte de los turistas.

Y así, mientras muchos emblemáticos locales resisten quién sabe cómo, otros como el Cinzano -como nos informa la edición de hoy de El Mercurio de Valparaíso- cierran definitivamente sus puertas por quiebra, en pleno corazón de Valparaíso y la Plaza Aníbal Pinto, acaso uno de los puntos cero de las manifestaciones y desmanes que arrasaron con todo el comercio de las calles Condell y Esmeralda.

El problema regional hoy no es sólo Valparaíso, ya lo saben bien los comerciantes de Viña del Mar, Quillota o Marga Marga. La añosa incapacidad local de diversificar la matriz productiva terminó por lapidar la economía de la zona, obligando a los unos y los otros a asumir costos y riesgos que sencillamente no son factibles de cumplir.

El dilema, entonces, es cómo salir de este laberinto de la soledad en el cual estamos abandonados. Como bien explica el ministro Briones, el Gobierno intentará ir en auxilio de muchos, pero no es capaz de salvarlos a todos y, menos, de reactivar la ralentizada economía local, que depende de múltiples factores en los cuales el Estado sencillamente no puede intervenir.

¿Será el minuto de abrirse a las inversiones energéticas, portuarias, inmobiliarias de todo tipo? ¿Por qué no? ¿Cómo se explican las vallas que se les ha puesto a proyectos de cualquier clase en la zona, sin ideas alternativas?

Aunque, sin pecar de pesimistas, quizás ya sea un poco tarde.

Aprobemos como país

"El país tiene unas desigualdades que ofenden la condición humana de millones de personas, las cuales debemos corregir; necesitamos de un nuevo orden constitucional y mayor redistribución de la riqueza que el país produce y debe seguir produciendo". Aldo Valle, Abogado
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No todos los días votamos en ejercicio del poder constituyente originario, esto es, emitiendo un voto para dar paso a la redacción de una nueva constitución. Eso implica votar apruebo. Lo contrario, el rechazo, es ratificar el origen autoritario y no democrático de la constitución que nos rige. Será la primera vez en la historia de Chile que elegimos por sufragio universal una convención constitucional con paridad de género, incluida la experiencia constituyente comparada. Ni más ni menos que todo esto puede ocurrir el próximo 25 de octubre.

El título de la columna sugiere más de un sentido. También quiero destacar que nos hemos convocado mediante un procedimiento institucional que busca garantías de igualdad, respeto y seguridad para todas y todos, que nuestra cultura y virtud cívica ese día nos dará un indicador de desarrollo social y normativo urgente y necesario. Este juicio parte de la evidencia compartida de que no basta a los países con el crecimiento económico, especialmente si este se acumula en un porcentaje menor de la sociedad, como es el caso de Chile. En este otro sentido de "aprobar" debemos estar empeñados como país, independientemente de nuestras legítimas diferencias. No renunciemos al debate plural e institucional porque este es el mejor camino a la paz y la estabilidad que todos necesitamos.

Ese día podremos dar inicio a una deliberación pública más representativa de nuestra diversidad, es decir, a un encuentro sin exclusiones y sin ventajas de facto. Por la misma razón, ese día el país en su conjunto podrá dar paso a un diálogo que puede conducirnos a nuevos acuerdos de largo plazo. Tan evidente es esta afirmación que incluso quienes llaman a rechazar, dicen a la vez, que lo hacen para reformar o modificar la constitución. Desde luego, ello se entiende menos, pero esta salvedad en todo caso revela no sólo un matiz político, sino un cierto pudor cívico.

Formo parte de quienes creen que el país tiene unas desigualdades que ofenden la condición humana de millones de personas, las cuales podemos y debemos corregir, que necesitamos de un nuevo orden constitucional y de una mayor redistribución de la riqueza que el país produce y debe seguir produciendo. Del mismo modo, me anima la convicción de que tales cambios deben llevarse a cabo por vías institucionales y garantizando derechos y equilibrios fundamentales. Por lo mismo, creo que lo que estará en juego en unos días más para todo Chile será -nada menos- que el sentido y los fundamentos del Estado de Derecho, que la respuesta que seamos capaces de construir nos puede llevar a agravar o a evitar un antagonismo irreductible, que luego demoremos mucho más en resolver.

Todos quienes estamos en la acción política deberíamos comprometernos siempre a poner en discusión nuestras propias ideas acerca del bien y estar dispuestos a concordar una concepción pública de la justicia, es decir, sin integrismos ni ortodoxias, aceptable y válida para sociedades plurales. La manifestación más concreta, desde ya, de ese compromiso, la que además debe ser explícita y anticipada, es la declaración de que conocido el resultado todos lo reconoceremos como legítimo, independientemente de su contenido o de quienes resulten victoriosos.

Colaboración, clave para reactivar la economía

Pier-Paolo Zaccarelli , Presidente de la Cámara Regional del Comercio de Valparaíso "Este 2020, hemos querido identificar al Encuentro con el concepto de "Colabora", que esperamos se transforme en un estilo para hacer que las cosas pasen, que logre la generación de sinergias entre los incumbentes".
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Estamos viviendo tiempos de incertidumbre. Las manifestaciones sociales que se vienen desarrollando desde el 18-O, la pandemia de covid-19 y las próximas elecciones para decidir el futuro de nuestra Constitución generan un ambiente volátil, incierto, complejo y ambiguo -internacionalmente denominado "VUCA", por sus siglas en inglés- que nos ubica, como país y región, frente a uno de los desafíos más grandes de los últimos años. Por lo mismo, es necesario redefinir el rol de las empresas, adecuando sus estrategias, implementando políticas y prácticas operacionales que aumenten su competitividad, mientras, simultáneamente, mejoran las condiciones sociales y ambientales. A partir de ello, se puede lograr un triple impacto que favorezca la diferenciación y la resiliencia, mediante el trabajo colaborativo con sus efectos en el potencianientos del desarrollo.

Para lograr que se produzca un círculo virtuoso entre la empresa, la sociedad y el medioambiente se requiere de líderes que desarrollen competencias y nuevas formas de conocimiento y empaticen con las necesidades de sus clientes, sociedad y medioambiente, para buscar, mediante la innovación, la solución de los desafíos que la empresa defina abordar de forma rentable, social y ambiental.

Del mismo modo, debemos utilizar y saber aprovechar las tecnologías que esta Cuarta Revolución Industrial nos facilita. La pandemia y el confinamiento aceleraron la digitalización que venía avanzando lento, pero que es primordial para enfrentar el nuevo escenario, especialmente con la utilización de datos masivos en rubros fuertemente afectados como el comercio y el turismo.

Sin duda, son temas primordiales al momento de reconocer esta nueva realidad y, por lo mismo, serán abordados en el 24° Encuentro Empresarial "Colabora", que se desarrollará el 27 y 28 de octubre en un formato completamente digital, a través de la implementación de una plataforma que permitirá la transmisión de contenidos en vivo. Así, también, contará con seminarios, charlas magistrales, expositores nacionales e internacionales, la rueda de negocios más grande que se haya realizado hasta el momento, un gran showroom virtual y la posibilidad de generar networking interactivo entre los participantes.

Este 2020, hemos querido identificar al Encuentro con el concepto de "Colabora", que esperamos se transforme en un estilo para hacer que las cosas pasen, que logre la generación de sinergias entre los incumbentes, para maximizar la competitividad, fomentar la innovación y alcanzar los objetivos.

Se trata de un camino que busca obtener el máximo potencial derivado del talento y la interacción de las personas a través del uso frecuente de tecnologías. Los invitamos a participar y a colaborar generando redes que nos pertmitan construir una mejor región y país. Las inscripciones para el Encuentro ya están abiertas en www.24ee.cl.