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"Votaré Rechazo: no creo que haya que refundar Chile ni partir de cero"

La abogada espera que "la mayoría silenciosa pueda expresarse con tranquilidad y ojalá participar masivamente", y cree que si así ocurre la opción que ella apoya "puede dar una sorpresa tremenda" el próximo domingo.
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Defensora de la actual Constitución, que a su juicio ha brindado estabilidad y progreso al país, y detractora de que una posible nueva Carta Fundamental parta de cero, se declara la diputada de Renovación Nacional por el Sexto Distrito, Camila Flores, quien piensa además que si se impone la opción Apruebo se abrirá un periodo de al menos dos años de incertidumbre para una ciudadanía que pasa por esa situación desde octubre de 2019. "Es mucho más ilegítima una Constitución que nace en un contexto de barricadas, saqueos, ataques a cuarteles de Carabineros y quemas simultáneas de estaciones del Metro en Santiago", sostiene.

-¿Por qué considera el Rechazo la mejor opción de cara al plebiscito? ¿Confía en que sea la de mayor votación?

- Votaré Rechazo porque pienso que hay cosas que se tienen que mejorar, cosas que se tienen que modernizar, pero no que haya que refundar Chile ni partir desde cero. También porque creo que la mayoría de los chilenos no está de acuerdo con pasar al menos dos años de incertidumbre, porque no sabemos qué va a terminar definiendo la posible asamblea; pueden cambiar las reglas del juego y ser mucho más tiempo. El país no soporta más incertidumbre después de la que hemos tenido por el estallido de violencia, la pandemia, la crisis económica, el desempleo, y la incerteza jurídica que va a generar el proceso constituyente. Votaré Rechazo porque condeno la violencia, y desgraciadamente hay sectores de la población y parte de la política, como los partidos que son antidemocráticos, que han validado y respaldado la violencia como método para lograr cambios políticos y sociales. Es cosa de recordar las recientes declaraciones del presidente del Partido Comunista, validando la violencia.

- ¿Qué es lo que usted más valora de la actual Constitución, cuya legitimidad cuestionan sus detractores?

- Creo que la razón de fondo de los partidarios de una nueva Constitución es que la actual fue escrita en el Gobierno Militar. A mí me parece una gran Carta Fundamental, que le ha dado estabilidad al país, que ha permitido sacar de la pobreza a miles de familias y a muchos jóvenes llegar a la universidad. Hay que ser claros: según un informe del Tribunal Constitucional, la que nos rige ha sufrido 257 modificaciones. Las más profundas las hizo en 2005 Ricardo Lagos, quien dijo que por fin el país iba a tener una Constitución democrática. Lleva su firma, las de Nicolás Eyzaguirre, Yasna Provoste, Francisco Vidal y otros próceres de la izquierda que hoy al parecer lo olvidan. ¿De qué deslegitimidad me hablan? Es mucho más ilegítima una Constitución que nace en un contexto de barricadas, saqueos, ataques a cuarteles de Carabineros y quemas simultáneas de estaciones del Metro en Santiago. Desde mi punto de vista eso es mucho más ilegítimo que la Constitución que tiene su génesis en el año 80'.

- Recientemente se instaló un debate sobre la legitimidad del proceso ante una eventual baja participación. ¿Carecería de legitimidad si concurre menos del 50% del padrón a votar?

- Uno puede cuestionar la legitimidad del proceso si participan pocas personas en el plebiscito. ¿Y por qué no la baja participación en las presidenciales, municipales o parlamentarias? Porque en ellas los ciudadanos eligen no ir; en cambio, en este proceso muchos no irán porque no podrán o porque temen contagiarse, no porque no quieran. Entonces, por supuesto que sería cuestionable la legitimidad de un proceso donde participe menos de un 50% del padrón. Hablamos de la Carta Magna, el paraguas del resto de las normas.

-¿Cree que la reaparición de protestas violentas puede afectar el ambiente de tranquilidad y seguridad deseable para un plebiscito constitucional?

- La violencia y los actos vandálicos, el lumpen y el terrorismo, son elementos que desde mi punto de vista hacen que el ambiente en el que debiese desarrollarse un plebiscito, se vea cuestionado. Porque la gente probablemente va a ir atemorizada por la pandemia y también quizás porque los delincuentes pueden estar atacando algún local de votación. Yo espero que la mayoría silenciosa que está preocupada por el devenir de la patria pueda expresarse con tranquilidad y ojalá participar masivamente. Si así ocurre, la opción Rechazo puede dar una sorpresa tremenda. Pero es fundamental el orden público. Y en ese sentido creo que el Gobierno debe actuar con firmeza para reprimir con toda su fuerza al lumpen y al terrorismo.

- La Corte de Valparaíso declaró inadmisible un recurso del exdiputado Gonzalo Ibáñez para suspender el plebiscito. ¿Están dadas las condiciones sanitarias para llevarlo a cabo?

- No son las mejores para desarrollar uno de los procesos más importantes de las últimas décadas. Y esa es una condicionante para que las personas, especialmente la tercera edad, vayan a votar o no. Pienso que si este plebiscito se hubiese llevado a cabo en tiempos normales, hubiésemos tenido una gran participación de votantes. No me extraña lo que falló la Corte, porque la decisión de suspender o aplazar un plebiscito no es facultad del Poder Judicial.

- ¿Comparte las observaciones del ministro secretario general de la Presidencia, Cristián Monckeberg, según las cuales "hay ausencia de contenidos en la franja electoral"?

- Pienso que la franja electoral, en términos generales, ha sido bastante mala, especialmente las de los partidos, y que las organizaciones de la sociedad civil han sacado mucho más la cara en cuanto a darle sentido común y contenido a los argumentos. Ahí los partidos han estado al debe, y hemos visto que algunos se han dedicado a poner los rostros añejos que llevan décadas en la política y parece que se resisten a dejar de participar en ella.

- En caso del triunfo del Apruebo, ¿ve en su sector la unidad suficiente para acordar candidatos para la convención y contar con la mayor cantidad de nombres en el proceso?

- Absolutamente. Nuestra coalición ha estado mucho más ordenada y cohesionada, que la oposición, que la izquierda, como quedó de manifiesto al inscribir las primarias municipales. Nosotros no tuvimos contratiempos, a diferencia de una izquierda que hizo un papelón. Chile Vamos va a anteponer los intereses de la patria y llevará a los mejores hombres y mujeres a este proceso constituyente.

- ¿Concuerda con quienes plantean que se han cifrado demasiadas expectativas en torno a una nueva Constitución, como si fuera la solución a todos los problemas?

- Creo que se ha generado una tremenda expectativa por parte de los políticos, principalmente de izquierda, que le han mentido descaradamente a la gente, diciéndole que todos sus problemas se van a solucionar con una nueva Constitución. Al parecer algunos creen que porque la Constitución diga que todos vamos a ser ricos, millonarios y felices, eso se tiene que cumplir. Recordemos que la actual Constitución consagra, por ejemplo, el derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación, y yo invito a quienes están por el apruebo a que les pregunten a los vecinos de Quintero y Puchuncaví si este derecho se cumple a cabalidad por el solo hecho de estar consagrado en la Constitución.

- Si el plebiscito arroja respaldo mayoritario a una nueva Constitución, ¿qué elementos fundamentales debería contener?

- Ojalá contuviese todo lo que tiene la actual. Si nos basamos en ella, haciéndole algunas modificaciones más bien menores, o algunas modernizaciones, tendríamos una gran Constitución. Habría que reforzar algunos principios fundamentales, como el derecho a la vida, el derecho preferente de los padres a educar a sus hijos, la libertad de culto y de expresión, el reforzamiento del sistema democrático y del principio de subsidiariedad; la separación de poderes del Estado, la autonomía del Banco Central y por supuesto el derecho a la propiedad, ya que sobre él quieren ir fuertemente las personas que están por el Apruebo, en particular la izquierda. Son elementos fundamentales para tener una democracia sana y fuerte. 2