Correo
Labor legislativa
Hace solo unos días, la Cámara de Diputados aprobó la acusación constitucional contra el ahora exministro del Interior, Víctor Pérez, y la oposición ya prepara una nueva, esta vez en contra del ministro de Hacienda, Ignacio Briones.
¿Será que apoyar una acusación constitucional les trae mayores réditos personales y político-partidistas para futuras contiendas electorales que encargarse de buscar soluciones a problemas y escollos que deben enfrentar la "señora Juanita" y el "tío Rorro"?
Independiente de si corresponde impulsar una acusación, está muy claro que si los mismos integrantes de la citada Cámara tuvieran la misma impronta para fiscalizar tantas otras materias que día a día van en detrimento de la ya paupérrima calidad de vida de millones de chilenos, definitivamente desde hace mucho tiempo otro gallo cantaría.
Luis Enrique Soler Milla
Convención Constitucional I
La Convención Constitucional no está facultada para ejercer funciones propias de otros órganos.
No obstante, diversas figuras políticas pretenden "correr el cerco" y conseguir que dicha Convención funcione como asamblea constituyente, postulando ideas tales como: "Se puede dar el fenómeno de que, dada la capacidad de movilización, los constituyentes se constituyan en la primera reunión y se autodeclaren soberanos; y se acaba todo. Se cierra el Congreso inmediatamente".
La materialización de tal aspiración va a depender de las manos en las que esté el verdadero poder: si en las autoridades que lo poseen legítimamente o en "la calle" (poder de jure o poder de facto). Si los gobernantes del Estado (ya sea por lenidad, por el "discurso de los derechos humanos" -usado para quitar legitimidad al uso de la fuerza- u otras razones) renuncian a usar la violencia física legítima del Estado -que por deber de autoridad están obligados en justicia a aplicar para imponer el orden público- el Estado queda indefenso y el verdadero poder lo tendrá "la calle".
Adolfo Paúl Latorre Abogado
Convención Constitucional II
Hace un par de semanas me referí a tres palabras para comentar del plebiscito: indiferencia, ignorancia e ingenuidad. Hoy, con el reposo y la reflexión natural posevento, son dos palabras las que deseo presentar.
Esperanza: sin duda alguna, fue la ganadora del plebiscito. ¿Cuál esperanza? La del cambio, la de un país mejor, la de una nación feliz y con un futuro próspero para todos sus habitantes. Bien por Chile y roguemos que así sea y que sobre todo trabajemos para aquello.
Desilusión: después de este contundente plebiscito que, según analistas fue un claro rechazo a la clase política, existe consenso en que los políticos son parte del problema en que estamos y la gran mayoría los desea fuera de este proceso. ¿Y qué hace hoy nuestro Congreso? Intenta cambiar las reglas del juego y pretende modificar la composición de la Convención Constitucional, agregando 24 convencionales constituyentes en representación de los pueblos originarios. Bien que se incorpore a nuestros pueblos originarios, pero dentro del esquema de los 155, que por lo demás es lo que nuestro sistema electoral tiene definido como representación de todos los chilenos, incluidos los pueblos originarios.
Juan Enrique Olguín
Productos no reutilizables
En la industria gastronómica estamos preocupados ante la posible aprobación del proyecto de ley que limita la generación de productos desechables y regula los plásticos, inquietudes que como gremio hemos expuestos ante la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Diputados.
Estamos de acuerdo con el espíritu que plantea la ley de disminuir la mayor cantidad de generación de basura con el fin de cuidar el medioambiente. Sin embargo, consideramos que los artículos 3° y 4° de esta no son oportunos para una industria que está totalmente disminuida, cerrada por orden de autoridad en gran parte del país o con una operación reducida.
El artículo 3º establece la prohibición de servir en cualquier producto que no sea reutilizable, tales como vasos, tazas, tazones, cubiertos, palillos, pocillos, platos, copas, sachets e individuales, entre otros, para consumo dentro de un establecimiento (independiente del material del que esté compuesto), y es un obstáculo que va en desmedro directo de nuestro sector, el cual atraviesa desde hace un año la peor crisis de su historia.
Además, en un contexto de pandemia y seguridad sanitaria, cada vez más locales se ven en la necesidad de incorporar elementos no reutilizables. No obstante, de aprobarse la ley como hoy está planteada, diversos negocios pequeños tendrían que cerrar sus puertas.
Esta normativa deja fuera el uso de lo reciclable o compostable, que es una alternativa indispensable y real para la industria, que necesita reemplazar algunos elementos para poder operar, según el tipo de establecimiento gastronómico. Al prohibir el uso de esos elementos, se perjudica a muchos restaurantes y fuentes de soda, especialmente los de menor tamaño, ya que varios basan su atención en comida al paso o para llevar.
Máximo Picallo Presidente Asociación Chilena de Gastronomía