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"El estallido social hizo subir 3,8 puntos el desempleo, y la pandemia incidió en 3,7"

Enfatiza que de la tasa de 6,9% previa al 18-O, la cesantía llegó a 10,7% en marzo, aún sin impacto covid, y que desde esa cifra aumentó al actual 14,4%. Aborda el resultado del plebiscito y sobre su futuro político sólo se declara disponible para estar donde más sirva.
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"Estos dos últimos años y medio han sido los más difíciles que me ha tocado vivir, pero creo que uno debe estar donde le corresponde en el minuto indicado, y si me tocó estar acá fue por algo", declara el intendente regional, Jorge Martínez Durán, en un balance parecido al que hizo el Presidente Piñera. En su caso, tuvo que enfrentar la crisis ambiental de Quintero-Puchuncaví, la revuelta de octubre y luego a la pandemia, sin excluir la sequía, recibiendo dardos de lado y lado.

Tras la contundente victoria de las opciones Apruebo y Convención Constitucional en un plebiscito cuya realización lo llena de orgullo, y cuyo gran mérito lo asigna a la ciudadanía que se expresó "en forma democrática, pacífica y participativa, dando un tremendo respaldo a la democracia republicana", el intendente evalúa ese y otros procesos, incluida la lucha contra una tasa de desempleo en que, afirma cifras en mano, la violencia desatada desde octubre tuvo igual o más incidencia que el coronavirus.

Sostiene que el triunfo del Apruebo "obedece a muchas razones distintas, tiene varios significados", y que en él caben desde los que buscan mejorar su situación económica hasta grupos históricamente afectados por las desigualdades, como las mujeres, que quieren reivindicar sus derechos, sin excluir el voto ideológico duro.

"Pienso que un Apruebo de esta contundencia refleja también un rechazo a la violencia, una reafirmación del sistema democrático y una expresión de que se quieren cambios. El pueblo empleó la democracia con una gran participación y una clara opinión de cómo quiere organizarse", señala Martínez, quien no adelanta si renunciará para optar a otro cargo, pero se manifiesta disponible "para estar donde más sirva al país y particularmente a la región".

En esta entrevista hace un par de revelaciones: Viña del Mar podría haber pasado a Preparación tres semanas antes si no hubiera tenido que ser evaluada en conjunto con Valparaíso. El año pasado estuvimos a días del racionamiento de agua potable, pero ahora el consumo humano y el agua para pequeños agricultores están asegurados al menos hasta mediados del 2021.

Debilitamiento de las instituciones

- ¿Qué lectura debería hacer la clase política local del respaldo a la convención constitucional, que excluye de un plumazo a los parlamentarios de la redacción de la Constitución?

-Para nadie es un secreto el desprestigio de la clase política de nuestro país. En general, durante los últimos diez años ha habido mucho interés en desprestigiar a las instituciones republicanas, al Parlamento, al Gobierno, a la Iglesia, al Poder Judicial, a las policías. Un intento, a mi juicio, en algunos casos planificado, y en otros más bien espontáneo, pero muy peligroso para cualquier país. Todos tenemos que hacer un esfuerzo para mejorar lo que haya que mejorar, en cuanto a la credibilidad, el rigor, la visión que queremos de nuestros políticos. Por otra parte, pienso que nuestros parlamentarios en general -y digo en general, porque hay muy buenos legisladores-, no han estado a la altura de las circunstancias. Lo que la ciudadanía ve, lee y escucha son peleas menores, oportunismos, populismos, ciertos rasgos de demagogia, agresiones, y no espera eso de sus autoridades, de quienes toman decisiones respecto a las leyes. La ciudadanía espera un mejor nivel, más altura de miras, una visión de Estado. Eso los parlamentarios lo tienen muy claro. El Congreso parece más bien un campo de batalla universitario, de eslóganes y de gritos, que una tribuna donde los mejores representantes de las distintas visiones nacionales resuelven los problemas del país. Este tema debe ser analizado y los buenos parlamentarios, que los hay, tienen que primar sobre aquellos que quieren tribuna fácil para consignas sin contenido o para populismos que la población ya no cree.