Por segunda vez en su historia (en el Clausura 2014 se jugó en Santa Laura), el Clásico Porteño saldrá de la Región de Valparaíso para disputarse en Santiago. Debido a que el estadio Elías Figueroa se encuentra ocupado este fin de semana por un torneo sudamericano de rugby seven, Wanderers jugará de local con Everton el domingo en el estadio Nacional.

Desde hace semanas existía incertidumbre respecto al escenario del partido, pues la principal alternativa existente era postergarlo para que se jugara en Playa Ancha. Sin embargo, por diversos motivos esa opción no prosperó.

Todo indica que la dirigencia oro y cielo no aceptó que el duelo cambiara de fecha, presionada en parte por la abierta oposición que manifestó el técnico Javier Torrente a la posibilidad de jugar el clásico otro día que no fuera este domingo. El rosarino argumentó que disputarlo el 23 de diciembre -fecha que se planteaba inicialmente- los complicaba futbolística y humanamente, primero por la sobrecarga de partidos y luego por la celebración de la Navidad.

En el actual escenario del fútbol chileno, con reacomodos del fixture debido a la participación en Copa Sudamericana de Coquimbo y la UC, jugar contra el archirrival otro día tampoco comenzó a ser atractivo para el cuerpo técnico caturro.

El Decano debió suspender su encuentro de este jueves con los cruzados, el que quedaría para el 30 de diciembre (el 23 de este mes se disputaría el clásico universitario, que también fue pospuesto), por lo cual cargar demasiado al equipo en la última semana del año no parecía atractivo para la banca wanderina.

Rugby a sausalito

Una última y desesperada gestión se habría realizado en estos días para lograr recibir a Everton en Playa Ancha, según reveló el mandamás caturro Rafael González.

"La dirigencia del rugby mostró una muy buena disposición para cambiar su evento al estadio Sausalito, lo que habría sido una muy buena solución para todos, pero lamentablemente aquello no tuvo lugar porque el estadio Sausalito se encuentra en mantención", señaló el dirigente.

Esta alternativa, sin embargo, nunca fue oficializada ante el municipio de Viña del Mar, según informan desde la oficina de comunicaciones del gobierno comunal. Solo se habrían realizado contactos informales.

Más allá de eso, el dirigente de la sociedad anónima porteña dice que "tal como lo he señalado en varias ocasiones durante los últimos días, este partido, el Clásico Porteño, es parte del patrimonio de Valparaíso, y por lo mismo esta situación no se puede volver a repetir".

Según el abogado, las autoridades regionales a cargo del estadio Elías Figueroa "entendieron que es un profundo error sacar a Wanderers de su estadio y de la ciudad de Valparaíso, perdiendo su calidad de local".

Finalmente, de acuerdo a la versión de González, el ajustado calendario del fútbol nacional impide reprogramar el clásico porque retrasaría la finalización del campeonato.

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No ha sido un año fácil para los deportistas. La pandemia congeló prácticamente todas las competencias a nivel mundial y el atletismo no es la excepción. Por eso es tan importante el viaje a Uruguay que emprendieron este mes los semifondistas regionales Alejandro Peirano y Juan Ignacio Peña.

En el país atlántico participaron el fin de semana en el Campeonato Nacional de Mayores con muy buenos resultados en los 800 metros planos.

El quillotano Peirano (1.53'64'' ) obtuvo la medalla de oro y el villalemanino Peña (1.54') la de bronce. Hoy, en tanto, participarán en el Gran Premio Estrella Puente y en el Gran Premio Darwin Piñeyrúa.

"Por ahora estoy contento, me alegra mucho volver a competir, a pesar de que la marca no fue buena, cosa totalmente esperable, aunque no me quiero excusar con esto, pude disfrutar de la carrera", dice el ganador de la prueba, quien no competía desde el Sudamericano indoor de Bolivia, que se disputó en febrero.

Poco entrenamiento

La falta de entrenamiento fue un problema para ambos deportistas durante el periodo más duro de la pandemia, de hecho Peña reconoce que estuvo tres meses sin realizar actividad hasta que empezó a correr en senderos apartados de Villa Alemana. "Cuando Valparaíso ingresó a fase 3 pude comenzar a trabajar en pista en el estadio Elías Figueroa", dice.

"Debido a la pandemia estuve cinco meses sin entrenar absolutamente nada, bastante desmotivado ya que en el momento en que entregaron permiso para entrenar a deportistas que tenían proyección internacional, a mí no me lo dieron. Sin embargo, en agosto volví a entrenar y hemos logrado volver a sentirnos bien", dice el atleta quillotano.

Con respecto a las medidas de seguridad sanitaria, el atleta villalemanino relata que antes de viajar debieron realizarse exámenes PCR y que a Uruguay llegaron el 27 de noviembre. "Desde ese día la delegación de doce atletas y dos entrenadores estuvo en cuarentena hasta el 4 de diciembre, solo salíamos a entrenar en una pista a la que teníamos acceso", señala.

Sobre sus próximos desafíos, Alejandro Peirano reconoce que busca "entrenar y competir donde sea necesario para poder juntar puntos para clasificar a los Juegos Olímpicos, ya sea en 800 metros planos o en 400 metros con vallas".

"Creo que es muy viable volver a realizar competencias mientras cada quien sea responsable de su autocuidado".

Alejandro Peirano, Atleta