Santa Inés sufre a la sombra del crecimiento viñamarino
Pobladores del emblemático barrio se plantan frente a consecuencias del desarrollo urbano de la Ciudad Jardín, donde el proyecto de saneamiento de Las Salinas y la extensión de calle 6 Oriente aparecen como sus principales preocupaciones.
Ubicado en la zona norte de Viña del Mar, Santa Inés es sin duda uno de los barrios más antiguos de la Ciudad Jardín. Con 111 años de historia, el sector fue el hogar de varias familias obreras, cuyos miembros trabajaban en las fábricas del lugar, siendo la constructora británica S. Pearson and Son Ltd. una de las primeras en asentarse, para que posteriormente llegaran empresas como Ambrosoli y Gratry Ltda.
Poco a poco el barrio comenzó a cobrar vida y empezó un fuerte crecimiento. Quizás la obra más importante de sus primeros años fue el cementerio de Santa Inés, cuya construcción comenzó en 1908, como respuesta a los daños que había sufrido el camposanto de Caleta Abarca en el terremoto de 1906 y luego de que la Sociedad Población Vergara cediera un paño de terreno contiguo al naciente barrio viñamarino.
Años después de la construcción del camposanto, Santa Inés fue tomando la forma que hoy le conocemos, con la conformación de la Población Británica en 1930, la Parroquia de Santa Inés (1937) y la plaza Gabriel Mistral (1945), principal centro cívico del barrio, además del extinto Teatro Prat. Con todo, el sector vio cómo su crecimiento comenzaba a decaer en la década del '50, pero no así el desarrollo del área circundante, lo cual traería problemas a la comunidad varios años después.
La proliferación de proyectos inmobiliarios en las cercanías del conjunto de casa de uno o dos pisos pronto trajo inconvenientes a los pobladores, quienes veían cómo el sector se llenaba de edificios, sin que esto significara una mejoría en su calidad de vida. A tal punto llegó el interés de construir en el lugar, que en 2016 los vecinos recurrieron a tribunales para frenar un edificio de 20 pisos que se ubicaría en calle 11, argumentando vulneraciones al Plan Regulador Comunal y a la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones (OGUC), además de aseverar que el lugar donde se emplazaría la torre, se trataba de un pasaje y no de una vía local, argumentos que fueron respaldados por la Corte de Apelaciones de Valparaíso.
Los flancos de santa inés
Pero ciertamente los problemas para el tradicional barrio no quedan ahí. El proyecto de biorremediación del paño Las Salinas y la probable realización de una iniciativa inmobiliaria en el lugar ha generado aprensiones en la comunidad, que ha cuestionado el impacto ambiental de la misma, además de la congestión que puede producir y la pérdida de uno de los mayores atractivos de Santa Inés, como es su privilegiada vista al mar.
Por si fuera poco, también existe incertidumbre por el proyecto de extensión de 6 Oriente, el cual está presente en el Plan Regulador desde 2002 y que fue retomado en 2018, cuando la municipalidad anunció que postularía a fondos para financiarlo y que tendría un costo total de $ 10.300 millones. El problema es que para llevar a cabo la obra se expropiarán varias viviendas en sectores colindantes de la avenida a intervenir, incluida la emblemática Población Gratry, la parte baja de Santa Inés, entre otros.
"Son los dos grandes problemas que estamos enfrentando", señala Rafael Donoso, presidente de la Agrupación de Juntas de Vecinos de Santa Inés, la cual está conformada por las nueve JJVV del barrio. "Si bien es cierto que en Las Salinas están recién saneando el terreno, sabemos que lo que quieren hacer a futuro es un proyecto inmobiliario; y con respecto a la ampliación de 6 Oriente, nuestra opinión es que esa iniciativa no resuelve para nada el problema que tienen del congestionamiento de 15 Norte, porque la municipalidad, cuando arreglaron la subida Alessandri, se comprometió de que 6 Oriente iba a subir por calle Quillota", puntualiza.
Sobre el último proyecto, Donoso agrega que "la Gratry es una población emblemática. Fue uno de los primeros asentamientos que se hicieron, la gente lleva más de 60 años viviendo aquí y tú sabes que este barrio es histórico, porque fue donde se formó Viña. Entonces, que expropien esas casas no nos parece justo".
El presidente de la junta de vecinos Británica, Juan Trujillo, quien ha vivido por prácticamente seis décadas en el barrio, sostiene que "sin duda, uno de los proyectos emblemáticos que hay para nuestro barrio es Las Salinas, porque ahí no es poca la plata. La iniciativa es de larga data, en el camino tiene muchas dificultades y ya se dieron cuenta que el primer problema vino con la remediación, que todos pensaban que estaba lista, pero ahora resulta que no lo está".
la proliferación de proyectos inmobiliarios y de vialidad, ha causado estragos en el centenario barrio viñamarino. dirigentes preocupados por iniciativas que pasan a llevar a la comunidad.
Nicolás Reyes Acevedo
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