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Problemas del aumento del trabajo informal en la crisis

Entre julio y diciembre, cerca de 844 mil personas encontraron fuente de trabajo, aunque más de la mitad en base a labores sin contrato o por cuenta propia. Académicos de la zona analizan las implicancias de este crecimiento y dan luces del complejo 2021 que se avecina en términos económicos, marcado por la pandemia y el extenso año electoral.
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Las cifras de 2020 en materia económica, ciertamente, no han sido de los mejores. Producto, primero, del estallido social, pero principalmente por la pandemia, en el país se perdieron cerca 1,8 millones de puestos de trabajos en 12 meses, provocando que Chile llegara cifras históricas en desocupación, igualando registros de hace 16 años, con cerca una cesantía que llegaba al 11,2% a nivel nacional.

Varios meses han pasado desde entonces y pese a los tropezones en las reaperturas del comercio y el rubro turístico, el escenario económico se ve menos complejo que a mediados de 2020. Una de las últimas y principales noticias positivas tiene que ver con el Índice Mensual de Actividad Económica (Imacec) correspondiente al mes de noviembre, el cual creció 0,3% en comparación con el mismo mes de 2019. Pese a lo bajo que pueda parecer el indicador, se trata de la primera alza en ocho meses, más aun considerando los desplomes que vivió en abril y mayo. Con 14,1% y 15,3%, respectivamente.

En materia de empleo, también se evidencian buenas noticias. La última Encuesta Nacional de Empleo (ENE) del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), para el trimestre móvil septiembre-noviembre, muestra un ascenso de 3,8% puntos porcentuales en la tasa de desocupación (10,8%), lo que significa una leve mejoría si lo comparamos con el periodo junio-agosto, donde el indicador llegó al 11,6%. En total, en la terrible caída del trimestre terminado en agosto y noviembre del año pasado, se crearon alrededor de 844 mil empleos. El problema radica en la calidad del mismo.

De acuerdo a un desglose realizado por El Mercurio el 1 de enero, un 64,3% del total de los puestos de trabajo creados desde el peak de la crisis sanitaria, corresponde a empleos informales (535 mil), con lo cual la tasa de ocupación informal llegó al 26,7%, que si bien es una disminución de 1,5 p.p. respecto de 2019, representa un incremento de 1,6 p.p. comparándolo con el trimestre móvil anterior. Del empleo informal, 277 mil son trabajos cuenta propia y 189 mil son asalariados privados informales, es decir, aquellos que cumplen una labor subordinada a un empleador que es remunerado, pero no cuentan con cotizaciones previsionales.

Crecimiento ligado a la informalidad

Piero Moltedo, ingeniero comercial y director académico de la Universidad Santo Tomás (UST) sede Viña del Mar, asegura que "es normal que la recuperación económica considere un fuerte aumento de la ocupación informal, es natural frente a la búsqueda de un ingreso urgente recurrir a trabajos esporádicos, pequeños comercios, emprendimientos, etc.". "El problema es que nuestra economía ya venía con una fuerte carga de informalidad, a la que se le sumaron las diversas circunstancias 2020: hoy una de cada cuatro personas tiene una ocupación informal", advierte.

Respecto de los motivos que pueden llevar a las personas a optar a estos puestos de trabajo, Moltedo explica que "sin contratos, ni pensión o salud, son ocupaciones que pueden servir para salir del problema, o bien para complementar una ocupación formal, pero cuando se extienden en el tiempo es una señal de precariedad laboral. Además tampoco generan algún tipo de impuesto que contribuya con el todo. Por lo mismo, las políticas públicas siempre deben ir diseñadas para generar puestos de trabajo de calidad, con mayor valor agregado y productivo y en paralelo políticas que permitan generar un capital humano que sirva de base. Los chilenos somos pocos productivos y en crisis los trabajos emigran a sectores menos productivos aún".

De todas formas, el máster en Administración de Empresas de la Universidad Carlos III de Madrid, España, advierte que "si uno revisa los grandes números de la economía chilena, podría concluir que el país ha resistido económicamente bastante bien el contexto, con mermas en algunos sectores industriales específicos, unos bastante castigados, pero corresponden a un porcentaje menor. Esta relativamente tranquila posición se debe en parte importante al buen precio del cobre y a una serie de políticas económicas tomadas durante las últimas décadas que permiten esa solidez".

Incertidumbre en la recuperación

El director de la Escuela de Administración Pública de la Universidad de Valparaíso (UV), Diego del Barrio, apunta a que producto de la disminución de la fuerza de trabajo en los últimos doce meses, pasando de 14,8% a 10,5%, "mucho de este porcentaje de personas que perdió su empleo, se van a buscar empleo informal asalariado. ¿Qué pasa con esto? Esto genera mayor incertidumbre en la recuperación económica porque no muchas veces estos empleos cuentan con las leyes sociales asociadas a un empleo tradicional".

En la misma línea, Del Barrio, titulado de administrador público en la Universidad de Chile y como ingeniero comercial en la Universidad Arturo Prat, asevera que "uno de los motivos por los que aumentaron los empleos informales, es que muchos vieron que en el retiro del 10% de las AFP de trabajadores asalariados, trataron de hacer una inversión en algún emprendimiento, lo que no necesariamente, por estar hechos por personas que no tienen conocimiento específico del área, pueden tener un buen resultado".

"Si bien pueden recuperar el dinero -continúa-, no necesariamente será una fuente laboral estable. Hemos visto un crecimiento de estos comercios de plataforma, de venta informal de artículos, por el hecho de no poder salir las personas a hacer las compras de manera normal, sobre todo cuando estamos en época de cuarentena, y además en la Región de Valparaíso, en donde sigue aumentando el número de casos diarios y la restricción para hacer compras el fin de semana son mayores. Por lo tanto, estos comercios informales han ido creciendo en nuestra región".

Frente a esta situación, el académico de la UV explica que "si bien las perspectivas sobre el futuro económico se incrementaron, es decir, la perspectiva de crecimiento de Chile aumentó en 5% del PIB y también hay un optimismo por una recuperación económica, estamos dentro de un contexto político de mucha incertidumbre por el tema de la Convención Constitucional, lo que hace que muchas inversiones de empresas se vean y estén analizando el escenario macroeconómico del país".

En tanto, el académico de la Escuela de Comercio de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), Jonathan Hermosilla, asevera que "esta tasa de ocupación informal es una respuesta clara que se condice con el nivel de desempleo. La gente que se ha quedado sin empleo ha comenzado a hacer trabajos informales. Ahora bien, este indicador implica que si hay trabajo informal, se van a agendar ingresos para las familias más vulnerables, que van a tener la posibilidad de consumir".

"Como es empleo informal, normalmente trabajan como intermediarios, y ello conllevaría una adquisición de bienes o servicios mayor. Podría aportar, pero el efecto en la recuperación económica no es tan fuerte. Al aumentar el ingreso de personas sin trabajo y que hoy están haciendo trabajo informal, esos recursos entrarán a la economía a través de consumo, lo que contribuye a mejorar los índices de crecimiento económico", agrega el doctor en Ciencias Económicas y de Gestión.

Lento repunte en la zona

Aun cuando a nivel país se observa una leve disminución en las tasas de desempleo, en la Región de Valparaíso los números siguen siendo preocupantes. De acuerdo con las cifras del INE, la zona presenta una tasa de desocupación de 11,8%, que no solamente es mayor que la media nacional (10,8%), sino que además es la segunda más alta de Chile, siendo superada solamente por Coquimbo (12,4%). Por si fuera poco, la Cuarta y Quinta Región tienen importantes aumentos en sus indicadores de desocupación, con 6,4 p.p. y 5 p.p., respectivamente.

Sobre este escenario, Jonathan Hermosilla sostiene que "si se ve la relación entre las regiones de Coquimbo y la de Valparaíso, una buena parte de su economía está asociada al turismo y a los servicios. No es sorprendente que sean dos zonas que tienen la mayor tasa de desocupación. La reactivación ha demorado porque los sectores que más pesan en la región son el comercio, la restauración, el turismo. Y si la pandemia se mantiene en el nivel que está, indudablemente la recuperación será más lenta".

"Si vemos y veremos en el trimestre móvil, que quizás en diciembre o enero tengamos algunas señales positivas, pequeñas, ha sido porque el paso a la fase 3 de preparación nos llevó a que el comercio, al menos en la región y con el tema de la restauración, haya podido relanzarse. Pero hoy en fase 2, estamos volviendo a cerrar comercios, todo lo que es restaurant. Si está el tema económico indexado a estos sectores, indudablemente la reactivación será más lenta", advierte el académico de la PUCV.

Diego del Barrio, por su parte, entrega otra visión e indica que se trata de "dos regiones con una actividad portuaria. Y lo que no se ha podido hacer, y es el problema de Valparaíso, es la reconversión de los trabajadores portuarios al momento de tecnificar las faenas del Puerto. Cuando empezó a tecnificar la labor portuaria, muchos de los trabajos que se hacían manualmente, empezaron a desaparecer, y esas personas que el Puerto absorbía como mano de obra, quedaron fuera de las competencias y necesidades que tiene actualmente el movimiento portuario. Ahí es donde se empezó a causar un gran problema en la región".

Otro de los rubros donde a juicio de Del Barrio se ha visto una importante baja en la cantidad de empleos, es en el turismo, sobre todo en las ciudades de Valparaíso y Viña del Mar: "Al no estar el sector hotelero y gastronómico, la capacidad de absorber mano de obra por parte de este rubro, ha disminuido. Los aforos, los turistas han mermado desde octubre de 2019, por lo tanto, el que era un sector que movía mucho dinero, y absorbía mucha mano de obra, tampoco lo ha podido hacer. Por lo tanto esos dos factores, uno más estructural como el cambio de tecnificación de las labores en el Puerto, más el tema coyuntural del turismo con la crisis sociopolítica y la sociosanitaria, hacen que nuestra región sea uno de los lugares del país que están con esta mayor cifra de desempleo".

Piero Moltedo señala que "muchos de los sectores industriales altamente perjudicados corresponden a servicios y comercio minorista, servicios turísticos, restaurantes, hoteles, sectores que contratan muchas personas y muy propios de nuestra región, y eso trae consigo el aumento en la informalidad. Es cosa de ver nuestras calles o nuestras redes sociales. Turismo y todos los servicios que lo rodean, sectores tan propios de nuestras ciudades sumados a otros afectados a nivel nacional como la construcción generan déficit de empleos. Un punto importante es destacar que los niveles de riesgo elevado restringen inversiones y planes de desarrollo y expansión, lo que implica además decisiones prudenciales a la hora de adicionar personas".

¿qué esperar del 2021?

Consultado por su visión del panorama económico para los próximos meses tanto a nivel local como nacional, Diego del Barrio manifiesta que "si nos ponemos en el escenario positivo de que las vacunas van a empezar a hacer efecto, lo único que podría hacer cambiar esta posición es el tema de la vacunación. Si es efectivo, las proyecciones de crecimiento serán positivas".

Sobre el mismo tema, el profesor de la UV es más bien cauto, haciendo énfasis en que "estamos bajo una incertidumbre sobre cómo va a afectar, de la rapidez de la vacunación, de la efectividad que tenga la vacuna. Recientemente se publicó que la vacuna china tiene un 60% de efectividad, la cepa covid ha ido variando y mutando, entonces todo eso genera incertidumbre que nadie podría hacer una proyección sin considerar estos factores. Es difícil proyectar todo, porque estamos en un momento de alta incertidumbre. Al estar así y al no haber contratación directa por parte de fuentes formales de empleo, siguen aumentando los empleos informales".

Piero Moltedo, en tanto, asume que "pese a que me caracterizo por ser algo pesimista en mis proyecciones, tiendo a ser bastante optimista para los próximos años, la economía se va a levantar fuertemente tras la pandemia, salvo que exista algún hecho puntual político y/o social, la economía debería de retomar su curso previo al 2020. Eso sí, a río revuelto ganancia de los pescadores, es ahora el momento de aprovechar oportunidades".

Por su parte, Jonathan Hermosilla, tomando en cuenta las proyecciones que hizo recientemente el Banco Central sobre el crecimiento del país, las cuales oscilan entre un 5,5% y un 6,5%, prefiere poner los pies sobre la tierra, mantener la calma y apunta un alza económica que no debiera superar el 4,5%. 2

Mucho de este porcentaje de personas que perdió su empleo se va a buscar empleo informal asalariado".


efecto plebiscito y leve alza en empleo

Jonathan repara frente a sus proyecciones que "el crecimiento económico hoy día, debe hacerse mirando lo que está ocurriendo, y que es lo que va a ocurrir. En abril hay elección de constituyentes, luego municipales, de gobernadores, y la presidencial. Entonces, hay un tema político que plantea una incertidumbre sobre el tema".

A la incidencia del escenario electoral, Hermosilla insiste en que hay que considerar "una mirada de lo que podría ocurrir en el primer semestre con el tema de la pandemia y la vacuna. Si los contagios disminuyen y evolucionamos de fase, en la región se va a relanzar el turismo, el comercio detallista, y el tema de los restoranes".

"El problema es que estamos viendo un rebrote grande en el país, más de 3 mil casos en el último tiempo es demasiado. Ahora, con esa restricción, indudablemente que yo estoy más pesimista, y quizás me alinearía un poco con lo que ha planteado el Banco Mundial respecto al crecimiento en América Latina y Chile en particular. El Banco Mundial plantea que Chile podría crecer un 4,2% este año", agrega el académico.

Sobre el empleo en la región, afirma que "siendo optimista, debería bajar un poco la tasa de desocupación en la región. No sé si bajo la media nacional, pero creo que si hay un relanzamiento de la economía y de los sectores más afectados, podríamos seguir manteniendo la baja. Pero soy pesimista respecto a que podríamos quizás bajar a niveles de un dígito. No creo que bajemos durante el 2021 a tasas menores al 10% de desempleo. Recuperar el empleo en una incertidumbre tal es complicado".

Por lo mismo, advierte que "gran parte del empleo en Chile y la región lo dan las pymes, que más efectos negativos han tenido con la pandemia y la incertidumbre sociopolítica en el país. Así que creo que pueden seguir disminuyendo, pero está todo muy influenciado por lo que ocurra con la pandemia y con la responsabilidad de todos nosotros". 2

Tiendo a ser bastante optimista para los próximos años, la economía se va a levantar tras la pandemia".

Podría aportar (el trabajo informal), pero el efecto en la recuperación económica no es tan fuerte".

Nicolás Reyes Acevedo

reportajes@mercuriovalpo.cl