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Larga espera por la reapertura con espacio recién remozado

Tras casi un año sin que el recinto pueda funcionar, reflexiona sobre los problemas por los que ha pasado y los esfuerzos que se han hecho para poder sobrellevar la pandemia. "Vinimos a la sala cuando todavía era un cine porno, a mirar el espacio y ver qué se podía hacer, y encontramos un lugar con un potencial fantástico. Conocimos a Guillermo Hinzpeter, quien estaba fundando el Círculo de Amigos del teatro Condell, y teníamos la misma visión de cómo sitios como este estaban perdidos".
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Hace casi un año, el teatro Condell se encontraba en uno de sus mejores momentos. Tras la compra de un proyector de alta resolución, y de la remodelación tanto de sus pisos como de sus butacas, estaba generando un gran incremento de espectadores. Este aumento alcanzó su punto más álgido la noche de los premios Oscar, donde las funciones de Parasite, la película que ganaría el mayor galardón, no dieron abasto para tantos espectadores y se tuvieron que habilitar asientos adicionales para las más de doscientas personas que llegaron a cada una de ellas.

Pero eso fue hace un año, y las cosas han cambiado radicalmente. Es enero, y desde mediados de marzo del año pasado Leonardo Torres, administrador del cine, no ha podido presentar una nueva película en la sala. "Si no fuera por un fondo de emergencia del Ministerio de las Culturas, que nos permitió pagar el arriendo y las deudas, no hubiésemos estado tranquilos".

EL ORIGEN de un proyecto ganador

La historia del centenario teatro Condell es una de muchas vueltas, así como de muchas administraciones e identidades. Aún existen personas que lo identifican erróneamente con un cine pornográfico. Sin embargo, Insomnia, una agrupación formada por egresados de la Universidad de Valparaíso y socios del Círculo de Amigos del teatro Condell, quienes buscaban formar un espacio de apreciación cinematográfica permanente en la ciudad, tomó las riendas del recinto a mediados de la década pasada y se ha planteado los objetivos de modernizar las instalaciones, promover ciclos y charlas con realizadores de cine chileno, y de proyectar películas a la población porteña con el fin de restaurar el antiguo prestigio del lugar.

"Vinimos al teatro Condell cuando todavía era un cine porno a mirar el espacio y ver qué se podía hacer, y encontramos un lugar con un potencial fantástico (…). Después del terremoto del 2010, cuando la municipalidad lo toma para recuperarlo, conocimos a Guillermo Hinzpeter, quien estaba fundando el Círculo de Amigos del teatro Condell, y cuando conversamos por primera vez fue como amor a primera vista, porque teníamos la misma visión de cómo sitios como este estaban perdidos", relata.

El peso de la pandemia

Sin embargo, el brote masivo del coronavirus puso en pausa el funcionamiento del teatro, deteniendo toda la atención que el espacio fue generando durante el verano, así como también de sus ganancias. Fue gracias a un fondo de emergencia adjudicado por el Ministerio de las Culturas que ha podido mantenerse en pie.

"Nosotros cerramos el 16 de marzo. Empezamos a acumular una deuda porque las ganancias de la taquilla iban directamente para pagar el arriendo, entonces, al no contar con ese ingreso, tuvimos que postular a este fondo que nos permitió pagarlo por un par de meses y tener un poco de tranquilidad".

Sin embargo, Leonardo resalta que no todas las salas independientes de cine han podido tener la misma suerte: "Todos los días hablamos con la red de salas, con nuestros compañeros y se escuchan las palabras cierre y quiebra, porque en realidad hay espacios que, o no han obtenido estos fondos, o se están enfrentando a una realidad en donde no pueden pagar por un espacio que no se está ocupando o no se puede ocupar".

¿Qué es lo que impide poder abrir? Actualmente, según el plan Paso a Paso, las salas de cine solo podrán abrir con aforos limitados una vez que la comuna haya avanzado a fase 4. Este punto es el que más controvierte Torres, quien hace ver la contradicción entre permitir que las grandes cadenas de retail funcionen mientras que los cines, ya preparados para recibir personas, no lo puedan hacer.

"Una tienda de mall en Viña tiene un aforo para 200 personas. El parque cultural, con casi dos hectáreas, llega a 100. Es un absurdo pensar que una tienda comercial donde tú estás encerrado comprando, tiene más aforo que un parque al aire libre o una sala en donde puedo tener 200 personas en un piso. Con tal que pudiera tener un 25 por ciento, 50 personas adentro, puedo funcionar. (…) Necesitamos abrir, y pudimos haberlo hecho en diciembre cuando estábamos en fase 3", sostiene.

El show debe continuar

No obstante, el Condell no se ha detenido por completo. Leonardo, en conjunto con el resto del equipo de Insomnia, ha continuado con la renovación de la sala a través de fondos concursables del Estado. Además de las inversiones mencionadas, se han implementado más butacas para tener el segundo piso de la sala habilitado, además de reemplazar la pantalla de proyección por una considerablemente más amplia que la que se tenía.

Por otra parte, también Insomnia ha trabajado en conjunto con otras organizaciones, como la Red de Salas de Cine de Chile, para poder realizar funciones virtuales a través de Video On-Demand, así como realizar conversatorios y clases magistrales con invitados tanto nacionales como internacionales, todas promocionadas a través de sus redes sociales.

Pero el mayor problema persiste. Las restricciones de funcionamiento, así como el toque de queda, que descartan por completo la posibilidad de realizar funciones especiales al aire libre, mantienen a organizaciones como Insomnia sin su mayor fuente de ingresos, y como el fondo de emergencia adjudicado termina en mayo de este año, temen la posibilidad que quedar sin recursos para sostenerse.

No obstante, ante los rumores de una posible habilitación del funcionamiento de los cines en fase 2, queda esperar a que la población deje de lado los servicios de streaming y vuelva a encantarse con ver el séptimo arte en la pantalla grande no solo del Condell, sino también de todos los cines, tanto grandes como pequeños, de nuestro país.

"(Necesitamos) abrir, aunque sea un poco para poder pagar el arriendo, vamos a perder toda una inversión pública. Este espacio se ha construido con plata de todos. Es aquí donde uno baja la guardia y dice, ¡Qué país!". 2

Diego Olguín Bustamante

reportajes@mercuriovalpo.cl

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