Proyecto sobre eutanasia ad portas de nueva votación
La comisión de Salud de la Cámara debería pronunciarse en marzo sobre la debatida iniciativa, que fue aprobada en general por la sala en diciembre último. Representantes del mundo político, médico, filosófico y religioso se plantean sobre sus alcances.
Canadá, Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo, Colombia, y prontamente Nueva Zelanda son los seis países en el mundo que han legalizado la eutanasia, con variados grados de restricciones y condicionales.
En Chile quedó para el próximo mes la votación del proyecto de ley sobre muerte digna y cuidados paliativos en la comisión de Salud de la Cámara de Diputados, luego de que fuera aprobado en general por la sala el 17 de diciembre de 2020, por 79 votos a favor, 54 en contra y 5 abstenciones.
La iniciativa impulsada por el diputado del Partido Liberal Vlado Mirosevic busca regular la asistencia médica para morir, concepto que engloba dos acciones, la eutanasia y el suicidio médicamente asistido. La diferencia está en que en la primera es un profesional de salud el que administra los medicamentos que van a provocar la muerte; en la segunda, el facultativo suministra el producto, pero es auto administrado por el afectado.
Mientras se acerca la fecha de la votación del proyecto en la comisión de Salud, actores políticos, religiosos y académicos se plantean frente al tema, uno de los más debatidos en los últimos meses.
¿derecho a la vida y a la muerte?
A favor de la iniciativa se declara el senador del Frente Amplio Juan Ignacio Latorre (RD) quien expresa que, independientemente de su fe católica, "mi posición es favorable. Yo creo que hay que legislar, se debe producir el debate, (y) también mirar la experiencia comparada en otros países".
A esta postura se suma la del abogado y Premio Nacional de Humanidades, Agustín Squella, quien fundamenta su apoyo al proyecto apelando a la libertad de las personas. "La vida es un bien, el bien de los bienes, puesto que sin ella ningún otro bien es posible. La muerte es un mal, la gran aguafiestas, pero puede devenir en un bien cuando alguien padece ya sin esperanza una enfermedad incurable o una situación irrecuperable y dolorosa y que lesiona de manera grave y persistente su dignidad. Una enfermedad, una situación, un dolor, a los que quien los padece no puede dar ningún sentido ni inmanente ni trascendente. Vivir, que es un derecho, no puede ser en tales casos una obligación", sostiene.
El presidente del Departamento de Ética del Colegio Médico de Valparaíso, doctor Julio González Pardo, señala que la orden profesional a nivel nacional respalda la eutanasia, determinación adoptada en un seminario que se desarrolló en marzo del 2019 en Santiago. Además, menciona la encuesta hecha a los médicos afiliados en abril del mismo año, la cual resultó con un 77% de aprobación por parte de los facultativos afiliados al organismo.
Discrepa de esa posición el abogado y exdiputado Gonzalo Ibáñez, quien expresa que siempre han existido casos extremos en donde el tema entra en discusión, pero opina que la posibilidad de la eutanasia se apruebe abre la puerta a que personas adultas mayores o con enfermedades sean presionadas a que tomen la medida.
"Frente a casos de personas que se encuentren en esta situación le corresponde al Estado solidarizar con ellas, de modo de hacerles llevadera su situación y así apoyar a las familias que pueden verse enfrentadas a gastos muy elevados. El gatillar la muerte de esas personas es un fracaso para toda la sociedad", plantea.
¿es factible decidir el fin de la propia vida cuando se está expuesto a enfermedades terminales, irrecuperables o que provocan dolor extremo? es un debate que está lejos de concluir.
Diego Olguín Bustamante
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