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Es en la cuarta fase donde se inserta el SAE, que no es el único dispositivo para los efectos de alertar a la población -también están el ABC: Ambulancias, Bomberos y Carabineros, las oficinas regionales de la ONEMI y otros mecanismos-, pero por su amplio espectro puede llegar a la mayor cantidad de personas sin intermediarios
"Obviamente este es un sistema que requiere de una gran tecnología para poder llegar a todos los usuarios. Es difícil decir que va a existir un sistema con falla cero, pero sí se puede tratar de buscar métodos que permitan ir respaldándolo y asegurar que pueda llegar a la población de manera correcta. Lo que ocurrió la vez anterior fue justamente que la información no llegó a quienes tenía que llegar y ese es un problema que esperamos que se pueda solucionar prontamente", subraya el investigador.
"no es bueno dormirse en los laureles"
"La experiencia de la alerta fallida del SAE en enero pasado se está tomando en serio por parte de ONEMI", plantea el experto en gestión de desastres y exsubdirector nacional de ese organismo, Víctor Orellana.
"A pesar del correcto funcionamiento que tuvo en las alertas de aluvión en el Cajón del Maipo ocurrido hace unas semanas, la decisión de iniciar un proceso de modernización de esta herramienta es acertada, no tanto por resarcir el error ocurrido, sino por la importancia que se le da a la permanente actualización de las herramientas para alertar de manera temprana a la población sobre el riesgo de un desastre", remarca.
Orellana recuerda que el SAE se empezó a instalar en ONEMI el año 2011, en un contexto muy distinto al actual, ya que sólo un año antes el sistema para la alerta de tsunamis mostró fallas en varios frentes en el devastador terremoto y tsunami del 27F 2010.
"Hoy el escenario es otro. Luego de 10 años de sostenido desarrollo de los organismos de emergencia en el aspecto institucional -incluso con nuevos desastres de por medio- se logró construir un nivel de desempeño del sistema en gran medida aceptado por la población en cuanto a su fiabilidad. Lo ocurrido en enero pasado muestra que no es bueno 'dormirse en los laureles' y que, por el contrario, es una obligación de los organismos de emergencia aspirar a la permanente modernización, sobre todo en escenarios de riesgo de desastres cada vez más complejos y dinámicos. En este sentido la falla del SAE fue un llamado de atención, el cual afortunadamente está siendo atendido", expone.
Mensaje: la importancia del número de caracteres
El exsubdirector de la ONEMI indica que con la exploración de mercado en curso ese servicio busca ponerse al día en cuanto a actualización tecnológica, pero considera que la solución no debe limitarse a esa variable. "Es necesario además repensar y fortalecer el último eslabón del sistema: la comunicación hacia la población", ya que en un contexto de mayor demanda de información por parte de los ciudadanos, "es muy importante hacer más eficiente la comunicación a través de una mayor cantidad de canales, lo cual no es posible de manera sencilla a través de la actual herramienta".
La nueva solución -observa- "debe permitir una eficiente y eficaz transmisión multi-canal (televisión, radio, redes sociales, etc.) para abarcar un número mayor de usuarios potenciales y con ello disminuir el riesgo de fallas, avanzando en cobertura geográfica y redundancia".
En igual sentido se plantea otro actor involucrado en el tema, en su condición de integrante de la comisión de Seguridad Ciudadana de la Cámara, el diputado Luis Pardo. "Personalmente conocí el sistema de alerta temprana que se utiliza en Estados Unidos, el cual integra todas las plataformas de comunicación, tales como telefonía celular, radio y televisión", señala. "En este sentido, y por conocimiento propio, puedo decir que es el sistema que mejor se acomoda a nuestro territorio y a las normas técnicas nacionales de la radio y televisión, las cuales, por ejemplo, son diferentes en Europa y en Japón. Dicho eso, creo que como país debiéramos apuntar a los sistemas que están probados y son efectivos".
Víctor Orellana agrega que es importante mejorar el mensaje final hacia la población, ya que la herramienta actual, como también lo señala el director nacional de la ONEMI, tiene limitaciones en el número de caracteres (90), "lo que en condiciones de emergencia podría presentar serias complicaciones para redactar y emitir información suficiente y clara para alertar a la población sobre un riesgo inminente. Esto, que suena sencillo, puede significar la diferencia entre un acierto o una falla del sistema", puntualiza. 2
Es difícil que exista un sistema con falla cero, pero se puede tratar de buscar métodos que permitan respaldarlo".
La falla del SAE en enero fue un llamado de atención, el cual afortunadamente está siendo atendido".
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