Semana Santa en modo covid-19
Las autoridades regionales deben ajustar sus proyecciones a una realidad que se empeña en ser más compleja de lo previsto. Toda medida preventiva capaz de reducir la movilidad será necesaria en estos días en que por tradición existe gran aglomeración de personas en zonas como caletas y mercados con productos del mar.
En las horas más críticas de la pandemia, las voces urgentes de los dirigentes de la salud primaria de Valparaíso nos recuerdan que el trabajo diario en la atención de los enfermos enfrenta precariedades inexplicables. El presidente de la Asociación de Funcionarios Profesionales Universitarios del Área de Salud de la Corporación Municipal (Aprusam), Juan Correa, reconoció que enviaron una carta al ministro de Salud, Enrique Paris, en la cual piden la pronta llegada de los recursos extraordinarios comprometidos para enfrentar el aumento de hospitalizaciones y atenciones en los consultorios de la red. "Los servicios están saturados", advierte el dirigente. Carlos Cerda, presidente de la Asociación de Funcionarios de Atención Primaria de Salud Municipal de Valparaíso (Afusam), afirma que ya es posible hablar de un colapso de los centros municipales de salud. "Incluso tenemos funcionarios conectados a ventilador", ejemplifica Cerda, para dar cuenta de las exigencias a las cuales están sometidos los trabajadores de la salud primaria.
Al ponerle números, la Corporación Municipal estima que el esfuerzo adicional al que está sometida la red local de atención requiere la inyección de $ 2.300 millones.
Eso ocurre en Valparaíso, pero es una realidad que puede extenderse a las otras comunas que pasan por situaciones igual de complejas, todas sometidas al esfuerzo extenuante de enfrentar el peak de contagios, hospitalizaciones y fallecimientos. De allí que extraña la decisión del Gobierno de mantener los permisos de movilidad para este fin de semana largo, en el cual tradicionalmente se ven grandes aglomeraciones en caletas y mercados de venta de pescados y mariscos.
El intendente, Jorge Martínez, anunció ayer que iba a existir un control estricto de los aforos en Caleta Portales, un punto central del comercio destinado a las tradiciones del Viernes Santo. Sin embargo, dicho anuncio contrasta con la sensación general de la población de que hoy existen menos fiscalizaciones carreteras y peatonales a las que hubo el año pasado. Varias sociedades médicas han planteado que el duro impacto -económico, emocional y social- que representa un largo confinamiento, hace preferible un sacrificio duro y estricto acotado en el tiempo.
Tal como ocurre con los recursos previstos para el esfuerzo desplegado por la salud primaria, las proyecciones del Ministerio de Salud pueden quedar cortas al calcular cómo se comportará la población enfrentada a tres días de feriado y qué consecuencias podría tener para los ya críticos indicadores regionales. Toda medida preventiva capaz de reducir la movilidad es necesaria, ya que los llamados de la autoridad a quedarse en casa, aunque ayudan a crear consciencia, han demostrado ser insuficientes ante una realidad que es, otra vez, más compleja de lo previsto.