Cartas
"La liebre y la tortuga"
Cuando era pequeño, disfrutaba mucho de un buen cuento antes de dormir. Entre mis favoritos estaba, sin duda, "La liebre y la tortuga". Me costaba entender cómo la tortuga era capaz de vencer en una carrera a un animal que era más rápido.
Hoy día, y luego de los miles de casos covid que se reportan a diario, me hace mucho más sentido el cuento. Parece que como sociedad no estamos muy distantes de aquella liebre que, confiada luego de un prometedor inicio de la campaña de vacunación, decidió dormirse entre los laureles, relajar algunas medidas del plan Paso a Paso y aflojar las medidas preventivas de autocuidado.
Esperemos que esta versión actualizada del cuento tenga otro final.
Eduardo Morales
BancoEstado en Puchuncaví
Es muy importante que las empresas del Estado, que cumplen un rol social, se preocupen en mejorar su capacidad de gestión. Lo anterior tiene que ver, específicamente, con la sucursal del BancoEstado en la comuna de Puchuncaví. Si bien el trabajo y compromiso permanente de sus trabajadores se mantiene firme, pese al actual momento que vivimos, existe un problema no menor: todos los días se producen largas e interminables filas que, claramente, pueden significar un foco de contagio de covid-19.
Es cosa de ver diariamente a los clientes que llegan a realizar un trámite bancario, quienes muchas veces son personas de la tercera edad, pescadores, emprendedores, almaceneros, mundo del agro o puchuncavinos de esfuerzo que día a día esperan horas en el frontis de la sucursal.
Según el Censo de 2017, Puchuncaví tiene 18.546 habitantes; sin embargo, con la pandemia esta cifra aumentó, debido a la llegada de miles de personas producto del confinamiento. Así, hago un llamado a que BancoEstado trabaje en una pronta solución para ampliar su sucursal, o bien estudiar la posibilidad de abrir una nueva, pues la actual ya no da abasto. Nobleza obliga.
Felipe Ugarte Jordana
Registro Social de Hogares
En estos momentos, el peor enemigo de la clase media es el Registro Social de Hogares. Ese instrumento público, creado para medir la situación socioeconómica de las personas es, en estos momentos, un cero a la izquierda. Es como ir a reclamar al Sernac.
Jorge Valenzuela
Sin respuesta
Tengo dos multas cargadas a un mismo expediente en el Primer Juzgado de Policía Local de Viña del Mar, una de las cuales está de más, por error de ellos.
La Oficina de Ayuda para sacar permiso de circulación de la municipalidad me informa que yo debo comunicarme con el juzgado, para que ellos corrijan la información. Lo intento telefónicamente cuatro días consecutivos, antes de las 13 horas, y no contestan llamadas.
Informo el resultado a la primera oficina y me responden que ellos "no pueden comunicarse con ese organismo para solucionar el problema". Ambas son dependencias administrativas de la Municipalidad de Viña del Mar.
¡Increíble! Aún no puedo pagar el permiso de circulación por la ineficiencia de un servicio público.
Guido Crino Tassara
Sobre el derecho de los padres
El señor Francisco Bartolucci, en su carta "El rol de los padres", indica que nadie mejor que los padres pueden medir la progresión de la autonomía de los niños y que, en ese "derecho", nadie puede pretender sustituirlos y el Estado solo debe intervenir cuando se trata de niños en situación de vulnerabilidad.
Efectivamente, los padres y madres tienen un derecho deber preferente en la educación y formación de sus hijos e hijas, lo cual está reconocido expresamente en la Convención de los Derechos del Niño y en nuestra Constitución. En lo que se equivoca rotundamente es en relegar la función estatal solo cuando ocurren vulneraciones de derechos. Ello se conoce como "doctrina de la situación irregular" y nuestro país se comprometió a abandonarla en el año 1990, con la firma de la Convención. Por lo tanto, su tarea no solo es entregar prestaciones cuando ocurren vulneraciones, sino, también, garantizar los derechos universales de niños, niñas y adolescentes.
Ello de ninguna manera significa excluir a los padres y madres, sino ejercer un rol de garante, comprendiendo que la protección de los derechos de la infancia no son un asunto privado que obliga solo a las familias. Ejemplo de esto es el deber de proporcionar una oferta pública educacional a todos los niños y niñas, establecer un plan de vacunación entre los 0 y 2 años, etc.; políticas públicas fundadas en el reconocimiento de la infancia como titular de derechos, respecto de lo cual el Estado tiene obligaciones.
Tanto la acción de padres y madres como la del Estado deben orientarse a la máxima satisfacción de los derechos de la niñez. En ello, nadie sobra.
Camila de la Maza Abogada de la Corporación Opción
Llamado a denunciar
La comunidad AIEP enfrenta nuevamente un hecho de violencia que enluta a nuestra institución, a raíz del femicidio de una estudiante en San Felipe. Manifestamos el más enérgico repudio a todo acto de violencia que atente contra la vida, la integridad y la dignidad de las personas y hacemos un llamado urgente a toda la comunidad a prevenir, denunciar y buscar ayuda ante cualquier indicio de que alguien este enfrentando este tipo de situaciones.
Valeria, nuestra estudiante, tenía 22 años y era mamá de dos niños. Lamentamos que su nombre se sume a la lista de más de 130 femicidios en nuestro país entre 2018 y 2020. Expresamos nuestro inmenso dolor por su partida. Seguiremos firmes en el compromiso de luchar por una sociedad en la que el respeto sea el pilar de todas las relaciones. Como vicerrectoras, continuaremos trabajando por las miles de mujeres que sueñan y luchan por una vida mejor. #NiUnaMenos.
Marcela Vaccaro R. Vicerrectora de Vinculación con el Medio y Comunicaciones AIEP Magdalena Silva D. Vicerrectora de Apoyo al Estudiante AIEP
Desigualdad
Solo el raspado de la olla queda en Chile. De todas las riquezas que dan nuestro suelo y mar, solo el concho queda dentro del país. Con todo este dinero que se escapa no debería haber pobreza en Chile; sin embargo, la hay. Las poblaciones están pidiendo a gritos que alguien se ocupe de ellas. La inopia abunda cada día más. La educación no existe para muchos. Los bonos otorgados son insuficientes para palear el desnivel que existe. ¿Podrá la nueva Constitución solucionar este cruel problema?
Renato Norero V.