REVOLUCIÓN INDUSTRIAL 4.0 Y TRANSFORMACIÓN PERSONAL 4.0
ORGANIZACIÓN. Emergen nuevos modelos de negocios y formas de hacer. Y de la mano de ello, nuevos riesgos empiezan a hacerse presentes.
La Revolución Industrial 4.0 es una expresión con sentido para toda naturaleza organizacional, sea ésta de propiedad pública o privada, sea con fin de lucro o sin fin de lucro, y de cualquier tamaño. Esto es una suerte de mínimo esperado para el mejor y debido "funcionamiento de las instituciones". Expresión, esta última, instalada por el Presidente Lagos y muy recurrida, en ocasiones merecidamente, pero en otras tantas, cuando no se tiene respuesta, o más bien se quiere tener una "elusión políticamente correcta", para no pronunciarse frente algo que "popularmente" puede aparecer "poco popular".
Responsabilidad penal de las personas jurídicas
Desde lo jurídico, la Ley 20.393, publicada en diciembre 2009, "establece la responsabilidad penal de las personas jurídicas", para un catálogo de delitos que al día de hoy sigue incrementándose, luego de haber partido con solo tres: cohecho, lavado de activos y financiamiento del terrorismo.
Es la propia legislación la que establece la forma que tienen las Organizaciones para prevenir eventuales responsabilidades, que la afecten a ella, fruto de la acción de personas de la misma entidad, desarrollando para ello un real y activo "Sistema de Prevención de Delitos", el que además debe permitir a sus responsables la necesaria independencia, como forma de objetivar sus procederes, entre otras exigencias jurídicas, además de estar actualizado a lo propio del giro organizacional y certificado por un tercero competente, que también se espera, sea lo suficientemente independiente para evitar cualquier tipo de conflicto de interés.
Esta aseveración tiene un fuerte, sólido y consolidado constructo conceptual, especialmente para quienes profesionalmente se dedican, y nos dedicamos, a la Administración de Organizaciones, además de lo que la práctica misma indica, lo que permite, y nos permite, saber -y en consecuencia sostener- que las organizaciones son lo que son sus personas. La organización, en definitiva, es un conjunto de personas que, trabajando subsidiaria, solidaria y colaborativamente, con otro conjunto de personas, elabora productos y/o servicios para procurar atender y satisfacer requerimiento y necesidades de otro tercer conjunto de personas.
Cabe recordar que no son pocas las ocasiones en que se procura esconder y/o disimular acciones y actuaciones individuales en el velo organizacional, orientadas pseudo-interesadamente, a servir y/o atender alguna consigna o causa.
Incertidumbre de la incertidumbre
La sociedad ha cambiado, y muy aceleradamente, sino mírese qué ha sucedido a propósito de la pandemia que está asolando al mundo, en plena época de la Revolución Industrial 4.0. Hablábamos de la "Transformación Digital", que ésta, no obstante ser un proceso presente, su desarrollo para implementarse sería "largo".
Cabe preguntarse: ¿cuánto tiempo medió para que las empresas, universidades, colegios, servicios públicos y tantos emprendimientos -sin embargo, personas, sí, siempre personas- nos transformásemos? Fuimos las personas quienes debimos súbitamente subirnos en la "Ola de la Revolución Industrial 4.0" y, efectivamente, vivir un proceso acelerado de Transformación a las nuevas formas de hacer organización.
Nuevos modelos de negocios surgen -y seguirán surgiendo-, nuevas formas de hacer emergen; y así, muy de la mano de ello, nuevos riesgos empiezan a hacerse presentes. ¿Y por qué estos últimos? Porque la naturaleza humana, en su constante contradicción de origen, entre ser un "ser humano" trascedente, como efectivamente lo es, y ser un "ser humano" individualista, egoísta y narcisista, tiene además, ahora, una muy alta imprevisibilidad regulatoria, normativa y conductual. Así, las personas tienen, al día de hoy, total "incertidumbre de la incertidumbre". En la prepandemia vivíamos una total "certidumbre de la incertidumbre".
La real transformación no es la digital, ni la regulatoria y/o normativa, ni el crowdfunding, ni las blank check companies (SPAC: Special Purpose Acquisition Company), ni las criptomonedas, cybersecurity, ni tantos otros conceptos y tantas otras formas de hacer organización, que por descontadas existen y coexisten con nosotros. La real transformación la esperamos en el "ser persona". Lo necesario es una "Trasformación Personal 4.0", que reponga la "Dignidad de la Persona Humana", que "Reponga el Sentido Humanista de la Vida". Y fíjese, hoy -y aquí- no obstante hablar de futuro, se hace con sentido de historia, parafraseando el dicho: "El pasado es historia, el futuro es un misterio, el hoy es un regalo y, precisamente por ello, lo llamamos "presente".