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Las epopeyas que construyen un continente

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El mal absoluto y el mal absoluto imaginario transitaron por el barro de las trincheras del Somme, la batalla más cruenta y absurda de la Primera Guerra Mundial. Guillermo Altares (Madrid, 1968, periodista de la Complutense, nombrado Caballero de las Artes y Letras de Francia) lo describe con precisión en uno de los capítulos de su libro Una lección olvidada, viajes por la historia de Europa (Tusquets Editores, 2018), cuando relata que en el mismo campo sanguinario, aunque en bandos opuestos, coincidieron el soldado alemán Adolf Hitler y el oficial novato inglés John R.R. Tolkien, quien se inspiraría en las atrocidades de esa experiencia para construir su trilogía sobre la Tierra Media en El Señor de los Anillos.

Altares pone al Somme como un ejemplo de los mecanismos psicológicos y culturales capaces de enviar millones de jóvenes a la muerte, pero también como un momento crucial en la construcción de la Europa que conocemos. Si la Primera Guerra Mundial es el estallido en el cual muere el siglo XIX, los acelerados y violentos acontecimientos del siglo XX fueron las semillas del tiempo que hoy vive el continente.

A lo largo de veinte capítulos, cada uno dedicado a momentos o personajes europeos, Guillermo Altares transforma su tesis sobre Europa en una crónica de viajes, con muchos detalles sobre lugares específicos, pueblos y costumbres, al punto que el lector se sentirá parte de la vida cotidiana del Pleistoceno, en las Cuevas de Cauvet, o del Barroco que inauguró Michelangelo Merisi da Caravaggio, en las peligrosas calles de Nápoles, a fines del Siglo XIV. Con esa estrategia, Altares logra transformar el viejo continente en un país más pequeño, más abarcable, más comprensible.

Cada relato se engancha con el siguiente como si fueran sucesos hermanos, aunque a veces hay miles de años de diferencia. Y si bien la historia nunca se repite igual, en eso Altares es explícito, avanza en espiral, como conchas de caracolas, y los movimientos del pasado arrojan luz sobre las sombras del presente.

Muerte y violencia son hilos conductores y están descritos con frecuencia. En la historia de Ötzil, el hombre de los hielos asesinado en la cumbre de los Alpes, hace 5 mil años. En las persecuciones de judíos, que ocurren desde mucho antes que se instalara el Tercer Reich en Alemania. O en la guerra troyana, que inspira La Ilíada de Homero, que el autor español pone como un elemento fundacional de la cultura europea o, al menos, como el relato unificador del cúmulo de culturas que están al inicio del camino. "La paz en Europa es algo extraordinario, ya que la guerra no solo forma parte de nuestra historia y nuestra geografía, sino que de nuestra cultura, de la forma en que vemos el mundo", explica el periodista madrileño, quien ha sido editor jefe de varios suplementos del diario El País y tiene una larga trayectoria como corresponsal en conflictos bélicos.

Pero en el ADN europeo se entrelaza otro elemento vital: la migración constante desde otras partes del mundo. A bordo de mercantes italianos o de caballos criados en las planicies mongolas, el continente es un conjunto de pueblos, idiomas y costumbres, reunidos y mezclados con fuerza histórica. La integración no solo permite entender el concepto de Europa, advierte Guillermo Altares, sino que ayuda a orientar la mirada sobre problemas tan actuales como la xenofobia de los grupos nacionalistas y la intolerancia de los radicales musulmanes, ante publicaciones que cuestionan algunas de sus prácticas. La guerra de los Balcanes es un ejemplo terrible de lo primero; el asesinato del cineasta Theo van Gogh, ocurrido en Amsterdam en noviembre de 2004, es una escena impactante de lo segundo, ambos descritos en el libro con tristeza y preocupación.

Del crisol de países que es hoy el llamado Viejo Mundo, Altares esboza esta descripción: "Los límites desaparecidos de Europa no solo se trazaron entre viejos y nuevos países. La historia ha dejado todo tipo de fronteras. En muchos lugares son todavía cicatrices bien visibles, espacios donde se puede sentir con especial intensidad Europa con toda su ferocidad, con todo el peso de su pasado".

Hay más en Una lección olvidada, viajes por la historia de Europa, porque Guillermo Altares no se fía solo de sus recuerdos y experiencias, sino que usa las voces de más de cien autores para construir su relato.

El detalle de cada uno está al final del libro, como un apéndice que invita a seguir el fascinante recorrido por el viejo continente.

"Esa es la historia que queremos contar. Europa ha sido destruida tantas veces, que resulta indestructible y, sobre todo, indivisible. Sus líneas de ruptura han sido profundas, pero han formado parte siempre de los mismos movimientos, de los mismos anhelos y de las mismas decepciones", concluye el autor en el prólogo.

por shogun