Salud mental, la crisis asociada a la pandemia
El caso de las dos enfermeras que se quitaron la vida presenta situaciones extremas del agotador trabajo de quienes combaten el covid-19 La contingencia deja a la vista la gravedad de un antiguo problema cultural de relaciones humanas, como lo denuncia Marcela Nieto, enfermera de la Unidad de Pacientes Críticos del Hospital Van Buren.
Al grave problema que ha significado la pandemia se suma una crisis de salud mental que afecta a gran parte de la población, pero que se focaliza en la primera línea de lucha contra el covid-19. El personal de salud, aquel que desafía a la muerte en un ambiente de amenaza para su propia seguridad, debe enfrentar problemas de relaciones humanas que, llevadas a un extremo, significan verdaderos atentados.
Estas situaciones que dañan la salud mental de pronto hacen crisis y llevan a decisiones irreversibles, fatales, como es el suicidio. Es el caso de Vanessa y Florencia, enfermeras del Hospital Clínico de Viña del Mar, que víctimas de presiones, acosos, bullying propio de adolescentes, decidieron quitarse la vida.
Independientemente del clima actual de alta presión que se vive en las unidades de cuidados intensivos (UCI), la contingencia deja a la vista la gravedad de un antiguo problema cultural, como lo denuncia Marcela Nieto, enfermera de la Unidad de Pacientes Críticos del Hospital Van Buren de Valparaíso y presidenta del Capítulo Médico del Colegio de Enfermeras de ese centro asistencial porteño.
"Hay todo un trasfondo histórico cultural de la carrera de Enfermería. Desde que estamos en formación en la universidad, nuestras profesoras siempre nos inculcaban que nos cuidemos de nuestros colegas, porque el peor enemigo es tu colega", sostiene la profesional, por lo que llama a cambiar "un paradigma obsoleto que viene mal desde la formación".
Tenemos, entonces, una situación doblemente grave. Por un lado está la contingencia actual, de alta demanda de entrega, y por otro, ese problema cultural presente como una amenaza permanente en un medio clave como es la salud.
Si la situación es conocida y advertida ya en el nivel de formación, se echa de menos una política para superar esa realidad, especialmente ahora cuando se está llegando a extremos que la convivencia profesional resulta imposible y el desarrollo de una vocación se corta en forma abrupta mediante el suicidio.
Esta realidad, con los dramáticos ejemplos recientes, debe ser enfrentada desde los niveles superiores de los sistemas de salud, tanto públicos como privados. En el ámbito científico se sabe perfectamente y se predica mucho sobre la fragilidad de la salud mental, por lo cual es urgente, insistimos, especialmente ahora, mirar hacia adentro.
Son ineludibles los sumarios sobre las tragedias ya ocurridas y es necesario encontrar responsables directos de los casos conocidos y realizar las reestructuraciones que sean necesarias.
Pero la pandemia va a pasar y entregará una serie de experiencias que no se pueden dejar de lado y una de particular importancia refiere a la salud mental y a las relaciones humanas del personal de salud, materia que, en último término, tiene gran importancia para el funcionamiento de toda la red sanitaria que atiende a la población.