Réquiem para Ronald
Fin de semana amargo para los wanderinos. Y es que en Chile nadie premia la regularidad. Wanderers consiguió una marca histórica de seis partidos perdidos de forma consecutiva. Si la sub-14, sub-12 e incluso la sub-10 hubiese representado al club, llevaría los mismos puntos, es decir, cero. Esa es la triste realidad. Terrible.Producto de este desastre, Ronald Fuentes se inscribió este año como el primer entrenador que no sigue en el cargo en el campeonato nacional 2021. Dicen que renunció y que llegó a un acuerdo con el club. Si fue así, habría que reconocer esos gestos en un ambiente donde prima la indecencia.
Así acabó el sueño de los dirigentes caturros que querían un equipo competitivo, que luciera a sus jóvenes promesas, pero, como siempre, gastando poco. Era demasiado bueno para ser verdad. Y si hay que agregar otra culpa a "Chilenita" Fuentes, además de la deportiva, fue haber aceptado estas condiciones.
En esta ingrata película, los jugadores logran camuflarse para ser actores de reparto. Al final del partido, lucen amargados, parecen conmovidos y a más de alguno le brota una lágrimilla... de cocodrilo. Luego se van a sus casas, postean un mensaje sentido para calmar a las barras y, después, a esperar el inicio de la "dura" semana. Seguramente, lunes a viernes desde las 10 de la mañana hasta las 12. ¿Y el resto del tiempo? Peluquería, tatuajes, Tik-Tok y Play Station. Frente al micrófono: elogios y agradecimientos para el que se fue, palabras de buena crianza para el que llega. "Profe, por aquí", "profe, por allá", "que se den los resultados", "de menos a más" y una que otra frase sacada del manual del futbolista chileno.
Esa indiferencia, disfrazada de congoja, tarde o temprano se paga. Algunos condenados a la banca de suplentes y otros luego, como el mismo Ronald, sufriendo años más tarde en la banca como director técnico. Algunos le llaman karma.
¿Y los dirigentes? Escondidos, gracias a la pandemia, se pueden dar el lujo de no asumir su responsabilidad en este desastre. Demasiadas veces los mismos errores, llevando a los hinchas hasta la exasperación.
Finalmente, una última reflexión. La jugada de la chilena en fútbol, tristemente llamada chalaca por los peruanos, es una contorsión antinatural increíble. Para ejecutarla se requiere, además de una excelente condición física, coordinación y, sobre todo, valentía. No porque uno puede quebrarse el coxis en la caída, sino porque si el jugador no logra conectar el balón en el aire, además de caer estrepitosamente, se transforma en el hazmerreír del público. Eso le pasó varias veces a Fuentes cuando era jugador, de ahí su apodo. Lo que trató de hacer en Wanderers con muchas ganas y poco presupuesto, fue como una chilenita, pero fallida. Hay que ver cómo se reponen los wanderinos de este golpe. A Fuentes, en tanto, no le queda otra que apelar a la amnesia colectiva y/o a la magia de los representantes para volver a reinsertarse en este circo.
por WINSTON
LEONARDO RUBILAR CHANDIA/AGENCIAUNO