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"Si bien durante los últimos años habíamos sido testigos de avances en materia de equidad de género, producto de la pandemia hoy vemos que muchas mujeres han debido ausentarse de la fuerza laboral para hacerse cargo del cuidado de sus hijos y familias", plantea y menciona los efectos de esta situación en términos de pérdida de autonomía económica, dificultades para la reinserción laboral y su impacto en el crecimiento económico del país y la región.

"Es clave visibilizar y hacerse cargo del trabajo doméstico no remunerado, ejercido principalmente por mujeres, puesto que restringe notoriamente sus posibilidades de contar con ingresos propios, dificulta sus opciones para insertarse en el mundo laboral y las relega de la protección social que les permita satisfacer autónomamente sus necesidades", sostiene la ejecutiva. "Debemos avanzar hacia una corresponsabilidad social en materia de cuidado doméstico así como políticas que favorezcan una mayor participación de los hombres en esta área, permitiéndole a las mujeres ampliar sus libertades y fomentando la recuperación de sus empleos".

Claudia Acevedo, presidenta de la Mesa Mujer-Empresa CRCP, pone el acento en la importancia de las mujeres en la generación de valor económico a nuestro país. "¡Es un cuarto de PIB y sólo en trabajo no remunerado! Esto me lleva a pensar en cómo la sociedad chilena en sus diversos niveles socioeconómicos han invisibilizado este aporte, el cual en la mayoría de los casos no tiene ningún tipo de reconocimiento ni valoración, cayendo en la premisa cultural de 'es lo que les toca hacer', que está sumamente arraigada, tanto que no merece siquiera una reflexión país al respecto". Eso se demuestra en que "a esta altura de la historia, en pleno 2021, estamos conversando de esto y lejos de mover la aguja para mejorar esta situación, ésta empeora y no es tema".

Urge cambio cultural en chile

¿Cuál es la solución para millones de mujeres que a causa de la invisibilización de su trabajo a lo más que pueden aspirar es a una pensión asistencial hacia el fin de sus días?

Marcela Pastenes: "El sistema de roles que encasilla a las mujeres a hacerse cargo de las tareas del hogar y, en otro ámbito, la falta de leyes que promuevan una corresponsabilidad real, termina por establecer barreras a su inserción en la esfera productiva".

Por eso, dice, la mejor manera de avanzar es trabajar colaborativamente. "Necesitamos generar un cambio cultural y, como cualquier cambio, requiere de esfuerzo y compromiso por parte de todas y todos. Sabemos que aún existe el prejuicio hacia la productividad de la mujer con hijos y eso pasa porque la responsabilidad todavía se delega 100% en nosotras, a pesar de que cada vez más hombres y mujeres asumen las mismas labores. Así también, debemos avanzar en políticas de flexibilidad laboral que permitan compatibilizar el trabajo con la familia."

La gerente general de la CRCP indica también que "como gremio estamos muy comprometidos para generar las condiciones que permitan a las mujeres, no solo mantenerse en el mundo del trabajo, sino también incorporarse cada vez más. Este es un desafío de todos que, sabemos, no se alcanzará en el corto plazo, pero es urgente hacerse cargo ahora".

A juicio de Claudia Acevedo, no existe "la solución", por tratarse de un tema que involucra un sinnúmero de variables y que debe ser resuelto desde múltiples ámbitos. Enumera: "Comenzar a visibilizar el problema, generar conversaciones al respecto, educar en el hogar y en los colegios, asumir que necesitamos una transformación cultural que implique abandonar paradigmas que arrastramos por siglos y abrazar nuevos que empoderen desde pequeñas a las mujeres y que reestructuren el pensamiento de muchos hombres; políticas de Estado que incentiven la formación, el emprendimiento y el seguimiento de proyectos; campañas comunicacionales que ayuden a generar conciencia; propiciar y apoyar la creación de redes desde nos podamos sostener emocional y profesionalmente".

Pedro Fierro expone que algunos actores sugieren la necesidad de implementar políticas que reduzcan la carga de las labores del hogar para posibilitar una mayor inclusión laboral de las personas excluidas. Pero "países que han apostado a la automatización de los cuidados o a la promoción de una mayor intervención del Estado también han presentado otro tipo de problemas, asociados, por ejemplo, a la falta de afecto y al detrimento de la cohesión familiar".

Visto desde esa perspectiva, agrega, "tiendo a pensar que el problema no sería en sí mismo la carga de labores del hogar, sino que la poca valoración social y la sorprendente desigualdad en la distribución entre sexos. Sin ir más lejos, el mismo estudio ya referido de Comunidad Mujer estimaba que de los 44 mil millones de pesos que significaba el trabajo no remunerado en 2015, el 67% era aportado por mujeres".

Una tarea que será de largo aliento

En este contexto, a la hora de plantearse acerca de si es suficiente la reforma constitucional en tramitación, que busca incluir el reconocimiento al trabajo doméstico y al cuidado de personas, se impone más bien el planteamiento del cambio cultural para una efectiva transformación.

"Que algo esté escrito en la Constitución, si bien es un avance, no implica un cambio de conducta social arraigada por siglos. De ser así, todos nuestros problemas se solucionarían con una ley, lo cual sólo nos lleva a un Estado legalista y no a convertirnos en seres humanos conscientes, cuidadosos y respetuosos de las condiciones del entorno", sostiene la presidenta de la Mesa Mujer- Empresa CRCP.

"La actual Constitución ya garantiza en su artículo 1° que las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos y esto claramente no se respeta ni penaliza. Aquí se trata de una transformación cultural, en donde cada una y cada uno de nosotros esté dispuesta y dispuesto a hacer un cambio de mentalidad y conducta, teniendo como propósito principal una sociedad más justa, más inclusiva, más evolucionada. No es una solución fácil, ni rápida, pero sí definitiva", agrega Claudia Acevedo.

Pedro Fierro: "Existen distintas medidas que han buscado -quizás implícitamente- enfrentar esta situación. Las pocas cosas empujadas por el Presidente Piñera en materia de 'familia', tienen que ver esencialmente con esto. La ampliación del postnatal en su primer gobierno (junto a la posibilidad de asignarlo a padres) y la creación de un subsidio de dependencia severa en su segundo mandato (a propósito de la ampliación del Pilar Solidario en materia de pensiones) son un buen ejemplo de iniciativas que han buscado enfrentar la problemática desde la valoración y redistribución. Sin embargo, nada de esto dará buenos frutos si no trabajamos en un cambio cultural que nos permita construir una sociedad más justa entre hombres y mujeres. Esa tarea, al menos, será de largo aliento".

Para la gerente general de la CRCP, "la reforma constitucional que busca reconocer expresamente el trabajo doméstico y de cuidados como una actividad económica, es una iniciativa que va en línea con las recomendaciones que han realizado organismos internacionales como la CEPAL y la OIT, por lo tanto, valoramos que esta temática esté siendo abordada por los legisladores".

No obstante, agrega Marcela Pastenes, "creemos que debe complementarse también con el fomento de la corresponsabilidad parental, que permita a las mujeres insertarse al mundo laboral con condiciones equitativas y flexibles, implementando buenas prácticas, generando cambios en los procesos educativos que derriben estereotipos y comprometiéndonos con políticas de inclusión".

Y señala que el gremio "ha querido tomar un rol activo en la inclusión de la mujer en el mundo del trabajo, disminuyendo la brecha en la participación social, económica, política y cultural en nuestra sociedad. Ha sido por muchos años una prioridad para la CRCP hacer visible esta realidad y contagiar a las empresas a asumir el desafío y sumarse a este propósito. Por eso, a través de nuestra Mesa Mujer-Empresa, trabajamos constantemente para aumentar la participación de la mujer en la economía regional". 2

Un estudio del FMI concluyó que una mejor distribución de las labores del hogar podía significar un incremento de entre 4 a 11 puntos del PIB".

Es clave visibilizar y hacerse cargo del trabajo doméstico no remunerado, ejercido principalmente por mujeres".

Que algo esté escrito en la Constitución no implica un cambio de una conducta social arraigada por siglos".

Claudia Acevedo Pdta. Mujer-Empresa

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Carga laboral femenina y distribución del trabajo entre mujeres y hombres

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En primer trámite constitucional, en la Cámara de Diputados, se encuentra el proyecto que modifica la Carta Fundamental para incluir, dentro de las garantías constitucionales, el reconocimiento al trabajo doméstico y a la labor consistente en el cuidado de personas, originado en una moción de las diputadas Gael Yeomans, Karol Cariola, Natalia Castillo, Maya Fernández, Maite Orsini y Camila Rojas, y los diputados Gabriel Boric y Gonzalo Winter.

En relación al proyecto, la Comisión de Mujeres y Equidad de Género de la Cámara conoció a fines de 2020 la opinión de diversas organizaciones que estudian el impacto social y económico de dicha labor, y de las que se dedican al cuidado de personas.

Entre las invitadas estuvo la directora de Comunidad Mujer, Paula Poblete, quien explicó que las mujeres tiene una carga global de trabajo que supera las 55 horas a la semana, lo que excede el máximo para una salud aceptable, considerando que a la jornada laboral se agrega el trabajo doméstico pre y post jornada.

En lo que respecta a la distribución del trabajo entre hombres y mujeres, señaló que los hombres realizan 2/3 de trabajo remunerado; mientras que las mujeres realizan más de 2/3 de trabajo no remunerado (68,1%). En cuanto a horas destinadas al trabajo no remunerado de parte de las mujeres, este alcanza a 72%, lo que se traduce a 67% si se valora en pesos.

A su vez, la hoy constituyente electa por el Distrito 6, Mariela Serey, de la Asociación Yo Cuido -organización de cuidadoras informales de familiares con distintos grados de dependencia producto de discapacidad, enfermedad y condición diferente- indicó que la labor de las cuidadoras se mantiene en el ámbito privado y se realiza a quienes son dependientes 24 horas.

Añadió que muchas veces las familias se rompen y la mujer queda sola. "Hay que visibilizar el abandono de parte del Estado, que no se preocupa de la postergación de la mujer en todos el resto de roles. No somos cuidadoras por opción, sino por obligación", enfatizó la dirigente a las integrantes de la Comisión. 2