Pese a la pandemia, empresas locales han logrado diversificar sus exportaciones, ganando nuevos mercados. Destaca el rubro de alimentos y también el de los servicios. En alimentos, la empresa Valley Way, de San Felipe, ha logrado entrar en el mercado de España, ampliando así su presencia en Europa, ya que cuenta con clientes en Holanda y Polonia.

La gerenta de Comercio Exterior de la empresa, Denisse Bejares, destaca el apoyo de Pro Chile en la expansión como "una gran ayuda que nos ha abierto puertas y nos ha permitido entrar en esos mercados, la competencia es fuerte no solo a nivel nacional, sino que ámbito internacional". El tema de la competencia es importante, pues es necesario mantener niveles de calidad en mercados muy exigentes y así como se ganan, se pueden perder con facilidad.

Eckart Alimentos, de Casablanca, ha explorado diversos destinos continentales y logró entrar en Ecuador. Esta empresa opera una línea de productos saludables, para los que hay crecientes oportunidades, aspecto que debe ser asumido con atención en el rubro alimentario. El gerente de ventas de la firma, Alexander Wenzel, confía en consolidar la presencia en Ecuador, para luego expandirse a otros mercados regionales.

En diversificación de exportaciones, en el rubro servicios destaca Staff Chile, empresa surgidas en Villa Alemana que atiende en el país el rubro del endeudamiento y que con la experiencia lograda tras 18 años de trabajo ha decidido incursionar en Perú, donde hay una "realidad muy similar a la nuestra", afirma el socio abogado de la entidad, Raimundo Bravo.

En este mismo rubro de los servicios aparece la startup nacional Houm, dedicada al arriendo de propiedades, que con su experticia ya opera en Colombia y ahora incursiona en el mercado mexicano.

Esta diversificación de exportaciones, la venta de productos regionales con algún valor agregado y la venta también de servicios basada en exitosas experiencias locales, abre nuevos horizontes a la economía nacional duramente afectada por la pandemia y por la alta pérdida de puestos de trabajo.

El director regional de Pro Chile, Vicente Alti, destaca el avance logrado en destinos no tradicionales de nuestra oferta, como son España y Ecuador, mercados que se pueden ampliar.

Un elemento clave en el proceso de exportador y en la busca de nuevos mercados está en la agilidad de los sistemas de comunicaciones, que permiten contactos en tiempo real entre productores y sus clientes internacionales, logrando atender observaciones sobre calidad y preferencias de los consumidores locales.

Este aspecto se une a la condición de Valparaíso con sus puertos marítimos y terrestres, condición que debe ser profundizada en busca de nuevos mercados con nuevos productos, desafíos para la creatividad regional.

Solón (638 A.C.-558 A.C.), estadista ateniense, considerado uno de los siete sabios de Grecia, gobernó Atenas en una época de graves conflictos sociales, producto de una extrema concentración de la riqueza y poder político en manos de la aristocracia terrateniente. Tenía fama de hombre justo, prudente y honesto e inspiraba un gran respeto entre los atenienses ricos y pobres.

En el año 594 a.C., la sociedad ateniense, al borde de la guerra civil, confió a Solón la redacción de una nueva constitución. Éste introdujo una gran cantidad de reformas dirigidas a aliviar la situación del campesinado empobrecido por las deudas, los que quedaban sujetos a un verdadero estado de esclavitud en manos de los terratenientes. Solón, que pensaba que cualquier acto de injusticia contra un individuo era un acto de injusticia contra la Polis, derogó la ley vigente según la cual era posible cobrar deudas mediante la esclavitud del deudor y sus familiares y anuló también las excesivas deudas contraídas por los campesinos, permitiendo que éstos recuperaran sus tierras embargadas.

Pero más allá de estas medidas, el mayor éxito de Solón fue crear un nuevo orden político, económico y social, que tanto ricos como pobres consideraban justo y legítimo. Las reformas de Solón trajeron paz a Atenas y sentaron las bases de la futura democracia que forjaría años después Clístenes. De este nuevo orden surgiría una época de esplendor sin precedentes y que hoy conocemos como "la Edad de Oro."

En lo personal, abrigo la esperanza que nuestros constituyentes, al igual que Solón, sean hombres y mujeres justos, prudentes y honestos, dispuestos al diálogo, y que, motivados por el propósito de servir al bien común, sean capaces de redactar una nueva Constitución Política que sea reconocida como justa y legítima por todos los sectores del país.

Chile hizo grandes progresos en los últimos 30 años. Nadie, en su sano juicio, podría desconocerlo. Pero también es cierto que nuestro sistema político no supo resolver las crecientes demandas de la sociedad en materia de salud, educación y pensiones, así como otras problemáticas que se arrastran desde la época colonial, como el trato discriminatorio hacia los pueblos originarios o la excesiva concentración del poder político, económico y social. Aprendamos, entonces, de las lecciones del pasado. Conservemos aquellas instituciones de progreso que las generaciones que nos antecedieron lograron forjar con grandes sacrificios. Perfeccionemos aquello que haya que mejorar. Chile tiene una rica tradición constitucional en la que inspirarse. La historia, afirmaba Cicerón, el gran jurista romano, es "luz de la verdad, la vida de la memoria, maestra de la vida".