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todos. Hoy día un sacerdote que tenga un comportamiento de esa naturaleza, además la sentencia fatal de expulsión del estado clerical, pasa inmediatamente a la justicia civil. Estamos todos avisados, el que se involucra en una de estas situaciones la verdad es que tiene un dedo de frente no más. Si hubiera más mujeres en los ambientes clericales, esto no pasaría, porque todas las mujeres son madres por naturaleza, tienen una capacidad de protección que no tenemos nosotros. Por eso yo creo que una de las necesidades es incorporar a las mujeres en lugares fundamentales, porque ellas tienen una visión distinta, una sensibilidad que ayuda mucho a tomar decisiones, y yo espero que en la Diócesis de Valparaíso sí lo hagamos. Esta parroquia funciona fundamentalmente por las mujeres que se han comprometido, fueron formadas por los padres capuchinos, y siguen funcionando perfectamente bien sin necesidad de que el cura esté presente.

- ¿Y son necesarias las mujeres en el sacerdocio?

- Creo que con las futuras generaciones esto va a cambiar, pero hay cosas que podrían hacer las mujeres perfectamente, podrían ser diáconos por ejemplo. Las diaconisas existieron en un momento en la vida de la Iglesia, perfectamente ellas podrían hacerse cargo también de la actividad pastoral del templo. Pero el sacerdocio de la mujer es una materia difícil, por un tema de dos mil años de Iglesia fundada por Jesucristo, es cierto que en contextos distintos, pero para eso yo pienso que falta un poco. Sí creo más en el tema del celibato. ¿En el siglo XXI es posible tener una vida clerical sin celibato? Mi respuesta es sí. Los ortodoxos, que son católicos, tienen un clero casado y un clero célibe. El celibato no es una imposición, es una petición que hacemos nosotros al obispo, que nos ordene célibes para servir a la Iglesia. Yo no me cierro a eso, hoy día la iglesia tiene que ser mucho más flexible en aquellas cosas que son flexibles.

El constituyente que no fue

- El domingo es la sesión de apertura de la Convención Constitucional, de la que usted en un momento quiso ser parte. ¿El obispo no lo dejó ser candidato?

- No es que no me haya dejado, me dio argumentos bastantes importantes, entendí que era así, yo no pataleé. Creo que en las reuniones como la que va a haber hoy sería importante que hubiera un cura, uno por lo menos, que levante la voz, que grite, que pelee. Yo soy peleador, no tengo problemas en aceptar perder, porque la democracia es eso, pero tenemos que permitirnos luchar, dejar constancia de los argumentos y abrazar ciertamente a los que ganaron. Qué le vamos a hacer, nosotros como Iglesia ya no somos los que legislamos para todo el mundo, nosotros tenemos una legislación de la Iglesia para la Iglesia con gente de Iglesia, y eso sí que el que es católico, el que es miembro de una Iglesia, claramente tiene que acatar lo que ella pide para que pueda entrar.

- Si hubiera sido convencional constituyente su bandera habría sido no al aborto.

- ¡Pero clarísimamente!

- ¿No al matrimonio igualitario?

- Como Iglesia Católica tenemos un sacramento que es entre un hombre y una mujer y eso jamás podremos cambiarlo porque no nos corresponde a nosotros, es igual que el valor de la vida del que está por nacer. Un principio fundamental de lo que es la iglesia. Aquí se está hablando de un matrimonio igualitario desde la perspectiva civil no desde la perspectiva religiosa, nosotros no podríamos aceptarlos nomás, qué le vamos a hacer. Pero es distinto que uno pueda bendecir a una pareja del mismo sexo, así como nos piden la bendición para una guagua, para un niño, para un anciano. ¿Por qué no vamos a poder bendecir a dos jóvenes que quieren seguir juntos en la vida? Nosotros no podemos inmiscuirnos en eso. Yo soy súper liberal, creo que cada uno debe acomodarse en su vida de la manera más libre posible sin hacerle daño a terceros. Lo que se está legislando es aumentar un poco lo que fue la ley de convivencia entre dos hombres o dos mujeres, y que se llame matrimonio, eso ya existe. Pero nosotros tenemos que ser claros en que en la Iglesia, el matrimonio es entre un hombre y una mujer, lo que no significa que estamos deplorando lo demás, que lo estamos mandando al infierno.

- Y no estaría a favor de la eutanasia

- No, es lo mismo. Son principios. El principio de la vida y su término es un don de Dios. Así lo creemos, así lo predicamos, así lo vivimos. Por lo demás, hoy día el avance de la ciencia permite que una persona llegue con enfermedades muy tremendas al término de su vida, pero con paliativos que le permiten seguir acompañando a su familia sin sufrir grandes dolores. ¿Por qué yo voy a decretar que ese señor se tiene que morir?

- ¿Qué espera usted del proceso y como sacerdote qué les pide a los constituyentes?

- Pienso que estamos en la primera parte, que es la pasión; las pasiones están exacerbadas, hemos tenido tantas elecciones, ha habido tantos problemas. Creo que tiene que comenzar a bajar la temperatura y que debemos tomar conciencia de que nosotros hemos votado constituyentes para que escriban una Constitución -no para que se hagan cargo de Chile- y se la presenten al pueblo, que decidirá si la acepta o no. Cuando se prendan las luces del lugar de la Convención y uno ve la arquitectura, la limpieza, lo hermoso que es esto, bueno, tendremos que darnos cuenta de que aquí venimos a trabajar juntos y todos los que participan deberían decir "yo voy a ganar algo y a perder algo, pero Chile va a ganar". No podemos estar amenazando de rodear a Convención ni que vamos a vacunar a Pedro, Juan y Diego. Eso se va a acabar, Dios quiera y me escuche, en las primeras sesiones, cuando empiecen a trabajar. Si esto no funciona así, líbranos Señor. Pero yo he visto tanta gente cuerda que está ahí esperando poder poner paños fríos cuando sea necesario, así que tengo mucha esperanza en una nueva Constitución que Chile necesita claramente. 2

Pandemia: niños del refugio de cristo sin contagios y en actividad permanente

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Con seis residencias donde viven casi 200 niños derivados por los tribunales de Familia y dos liceos técnico profesionales, a los que se sumó recientemente un hogar de adultos mayores, el Refugio de Cristo es seguramente la mayor responsabilidad del párroco de San Miguel, quien dirige desde 2015 esta fundación.

Creada en 1952 por el padre René Pienovi, su objetivo es acoger a niños, niñas y adolescentes en riesgo social, otorgándoles cariño, amor y protección en sus residencias, procurando la recuperación de sus secuelas psicológicas y entregándoles oportunidades concretas a través de la educación y una sólida formación en valores.

- ¿Cómo ha sobrellevado la pandemia el Refugio de Cristo?

- El Señor nos ha bendecido de una manera impresionante. No hemos tenido contagios con los niños, salvo uno que otro trabajador que no saben que están contagiados y finalmente contagian. La gran necesidad que tienen los niños es volver al colegio, quieren estar con sus amigos y retomar la rutina. Pero los equipos que se han armado en los hogares, sobre todo con los terapeutas ocupacionales, tienen a los niños el día entero con actividades de todo tipo, todo el día están en movimiento, y eso ha sido una de las grandes ganancias que hemos tenido en nuestros hogares, que además son espaciosos, tienen grandes patios, de modo que también tienen donde correr y donde jugar, que es otro beneficio que tiene la Fundación.

- Muchos niños y adolescentes vulnerados en sus derechos tienen problemas de salud mental. ¿Esa situación se ha agravado durante la crisis sanitaria?

- La crisis sanitaria ha revelado ya un problema de salud mental de una manera increíble. La verdad es que necesitamos claramente entrar a trabajar en esta materia. Mire lo que pasa en Chile, cómo ha subido el porcentaje de suicidios en jóvenes. Tenemos que tomar en serio que aquí hay una situación muy preocupante y que la vivimos también en el Refugio de Cristo, los niños vienen muy vulnerados y tienen grandes crisis, pero claramente tenemos que acompañarlos en esto. 2