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La vocación de leer, mirar y escribir libros para los niños

Con 51 títulos publicados y otros cuatro en imprenta en México, la galardonada autora temuquense presenta Espantamiedos, para que los más pequeños duerman tranquilos.
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Acompañar a los niños durante la etapa en que intentan comprender los misterios de la vida. Ese es en síntesis el gran desafío que se ha fijado la escritora y periodista María José Ferrada Lefenda (Temuco, 1977), quien tras la publicación de dos novelas -Kramp y El hombre del cartel- presenta Espantamiedos, un libro con ilustraciones de Karina Letelier que enseña a los más pequeños a perder el miedo y dormir tranquilos.

Editado por el sello Escrito con tiza, este nuevo título trata sobre los miedos que acechan a niños y niñas, especialmente por las noches, desde los monstruos que pueden aparecer al lado de la cama hasta los fantasmas que se esconden tras las cortinas y que los asustan en medio de la oscuridad, los cuales pueden ser neutralizados con un truco genial que los hará olvidar los temores.

La dupla Ferrada Letelier persiste en la tarea de realizar libros infantiles quince años después de su primer trabajo en conjunto, 12 historias minúsculas de la tierra, el cielo y el mar, que publicaron ellas mismas luego de que todas las editoriales a las que lo mostraron lo rechazaron, sin sospechar que la obra de María José aparecería en Chile, España, Argentina, Colombia, Brasil, México, Italia, Dinamarca, Estados Unidos, Japón e India, ni que a poco andar la autora obtendría importantes galardones en el país y el extranjero.

Los premios Academia Chilena de la Lengua, Municipal de Literatura de Santiago, Mejores Obras del Ministerio de las Culturas, Marta Brunet del Consejo Nacional del Libro y la Lectura, Fundación Cuatrogatos y Ragazzi Awards de la Feria Internacional del libro infantil y juvenil de Bolonia, forman parte de esas distinciones, como también el Premio Círculo de Críticos de Arte que obtuvo su novela Kramp (2017), que relata la historia de una niña que acompaña en el trabajo a su padre vendedor viajero.

Al igual que en ese libro, la voz infantil -en este caso del sobrino del protagonista- devela las muchas aristas de la novela El hombre del cartel, donde Ramón es un obrero cuyo trabajo consiste en cuidar un letrero de Coca-Cola a un costado de una carretera.

Los niños como narradores

Después de esas dos novelas, Espantamiedos no es un paréntesis ni un regreso a las raíces para esta prolífica escritora, quien trabaja paralelamente los libros para niños y las novelas para adultos, y espera seguir haciéndolo porque disfruta por igual de ambas escrituras.

"Comencé con los primeros, escribiéndolos para mi hermano menor, y sigue siendo la forma de escribir que más disfruto. Tal vez porque me lleva a mi propia infancia o porque voy recordando las conversaciones que tengo con los niños que conozco en las escuelas que visito, y que siempre son interesantes e iluminadoras", detalla.

Los niños como narradores, agrega, son interesantes, "porque no tienen tantas herramientas discursivas para mostrar cómo perciben lo que está pasando a su alrededor. Los adultos podemos darnos más vueltas, hablar mucho y no necesariamente decir algo. Un narrador niño no te da esa posibilidad de enredarte con las palabras. Además, no sabe lo que es conveniente o no decir, en ese sentido es un narrador que se expone, sin darse cuenta, que habla más de lo que se espera o deja vacíos porque hay cosas que aún no comprende".

El momento más esperado

En cuanto al género, refiere que le gusta mucho leer, mirar y escribir libros para niños. "Creo que hay una cosa esencial en ellos, una simpleza que disfruto sobre todo como lectora", dice, y recuerda que el primer cuento que leyó de un tirón, ella sola, fue El cururo incomprendido, de Alicia Morel.

"Mis primeras lecturas fueron junto a mi madre, ella me leía antes de dormir, o en la tarde, cuando llegaba del trabajo y yo esperaba mucho que llegara ese momento, porque era el momento de las dos", relata.

"Cuando escribo para niños recuerdo eso -agrega-, que tal vez mis palabras estarán acompañando a un adulto y un niño en ese momento que es importante y esperado por ambos, porque es un momento de cariño, por lo mismo pongo mucho esfuerzo, que el texto ojalá tenga la ternura y la profundidad que ese momento merece".

51 libros que serán 55

Un total de 51 libros y una docena de los más importante premios de Chile e Hispanoamérica describen a María José Ferrada como una exitosa y productiva autora, a lo que se agregan otros cuatro libros en imprenta en México, por lo que 2021 terminaría con 55 obras.

"Suena mucho, pero desde los cuentos que le hacía a mi hermano hasta ahora han pasado más de quince años en los que he escrito de manera constante. Al principio no fue fácil, el primer libro, ilustrado por Karina, fue una autoedición" por el rechazo que experimentó en las editoriales.

"Era prosa poética, pero nos dieron razones tan absurdas como que si era poesía para niños tenía que rimar. Hoy creo que no escuchas argumentos así. Digo, ya nadie generaliza, creo, de manera tan radical. Habrá niños a los que le gusta la rima, habrá niños a los que no, pero no es llegar y decir: los niños son así o esto es lo que le gusta a los niños, porque los niños y las niñas son seres complejos, con su luz pero también con sus oscuridades, con sus preguntas y su necesidad de encontrar sentido, tan profunda o tal vez más de o lo que puede ser la de un adulto", complementa.

En la infancia es cuando se intenta comprender "de qué se trata la vida, cómo funciona la existencia y eso no es una tarea fácil. Entonces, sueño con hacer una literatura que acompañe a los niños en eso, libros que sean buenos compañeros en esa tarea y que manifiesten respeto a su condición de niños, entendidos como seres que cuestionan, experimentan, observan y construyen un conocimiento acorde a sus necesidades. Eso espero de mi trabajo, poder acompañar a los niños en eso".

Máster en Estudios de Asia y Pacífico por la Universidad de Barcelona, la escritora además está trabajando en un diario de lectura de escritores japoneses, otro de los intereses que la ha acompañado por muchos años. "Así que estoy releyendo, ordenando archivos, mirando fotografías, revisando recuerdos, en resumen, cosa que también me gusta mucho". 2

Rosa Zamora Cabrera

rosa.zamora@mercuriovalpo.cl