Elecciones primarias presidenciales
Debido al feriado largo, las vacaciones de invierno y la poca efervescencia popular, una alta participación sería una gran sorpresa. Mientras las últimamente tan falibles encuestas posicionan a Lavín y a Jadue como los cabezas de serie, asoman asimismo varios factores más a tener en cuenta.
Las elecciones primarias de hoy reúnen en una sola papeleta a los cuatro precandidatos presidenciales de Chile Vamos (el exministro de Hacienda Ignacio Briones, de Evópoli; el exdiputado y también exministro de Defensa Mario Desbordes, por Renovación Nacional; el exalcalde y eterno candidato presidencial Joaquín Lavín, por la Unión Demócrata Independiente; y el exDC, exministro de Desarrollo Social y expresidente del BancoEstado, Sebastián Sichel, como independiente); y también a los dos del pacto Apruebo Dignidad (el diputado Gabriel Boric, del Frente Amplio y el alcalde Daniel Jadue, carta del Partido Comunista) en una votación de suyo relevante, pero cuya participación se ve amenazada por la "abstención estructural" que se percibe desde la voluntariedad del voto, el feriado largo, el inicio de las vacaciones de invierno y el ablandamiento de las restricciones por la pandemia del coronavirus.
Mientras las últimamente tan falibles encuestas posicionan a Lavín y a Jadue como los cabezas de serie, asoman asimismo varios factores más a tener en cuenta, entre ellos la impronta de los últimos debates televisivos (en los cuales Sichel parece haber sumado puntos), la inconveniente (para Jadue) crisis cubana, la despolitización del electorado y el supuesto voto en bloque de la derecha contra el candidato del Partido Comunista, esto es, por Boric.
Hoy el gran tema pareciera ser la capacidad de convocatoria, algo cada vez más voluble en los tiempos que corren. Por lo mismo pareciera ser un éxito acercarse al menos a los números de la primaria de la centroderecha de 2013 (808 mil personas, imponiéndose Pablo Longueira sobre Andrés Allamand, aunque pocas semanas más tarde bajaría su candidatura) y ni pensar en los números de la entonces Nueva Mayoría (2.142 mil electores, con Bachelet aplastando a Velasco, Orrego y Gómez).
En 2017, tal como hoy, la ex Concertación tampoco acordó primarias, pero sí el Frente Amplio, con Sánchez derrotando a Mayol en un universo de 327.716 votantes; y Piñera doblegando a Ossandón y Felipe Kast, de acuerdo a la voluntad de 1.418.138 personas.
La realidad de hoy parece distar mucho de la efervescencia y el cénit de votantes que marcó el plebiscito constituyente de abril, por lo que la presencia en las urnas -con muchas mesas fusionadas y vocales reducidos- no se aspecta precisamente como una gran fiesta de la participación democrática.
Por lo pronto, bien cabe recordar un pequeño detalle que puede ofrecer más de alguna diferencia: si bien el voto incluye a los dos conglomerados, el sufragante solo debe marcar una opción. De lo contrario, éste será declarado nulo.