Lapidario fallo contra Virginia Reginato
La caída final de la exalcaldesa aún no responde muchas de las interrogantes que se hace la población. ¿Qué pasa con su séquito? Seguramente también será para ella la hora de las desilusiones, los teléfonos que no suenan y las palmadas en la espalda que, triste y cobardemente, ya no llegarán.
Un duro y definitivo revés sufrió la exalcaldesa de Viña del Mar, Virginia Reginato, tras el fallo del Tribunal Calificador de Elecciones (Tricel) que -revirtiendo una anterior decisión del Tribunal Electoral Regional (TER) que la suspendió de sus funciones por un mes y el 50% de su sueldo- le atribuyó un "notable abandono de deberes" y la sancionó con cinco años de inhabilidad para ejercer cargos políticos, por lo que deberá dejar su flamante cargo de concejala en la administración de Macarena Ripamonti.
De esta forma, y con la firma de los ministros Ricardo Blanco, Jorge Dahm, Jaime Gazmuri, Rosa del Carmen Egnem y Juan Fuentes, estos dos últimos con una advertencia, llega a su fin la carrera política de quien quizás haya sido la jefa comunal con mayor poder en la historia reciente de Viña del Mar, quedando aún pendientes las distintas aristas penales que se siguen en su contra por parte del Ministerio Público.
Los titulares del Tricel estimaron que las acusaciones de los concejales por las "conductas y omisiones" de Reginato entre los años 2012 y 2017 se sostenían principalmente en el déficit de más de $ 17.500 millones informado por la Contraloría General de la República en la ejecución presupuestaria al 31 de diciembre de 2017 y la polémica cuenta pública de ese mismo año, en la cual "se dio a conocer una información que no se ajustaba a la realidad presupuestaria y financiera de la Municipalidad de Viña del Mar (...)", información de la cual ella, al menos, debió estar al tanto.
Lo más grave de este fallo pareciera ser precisamente aquello que no incluye y que seguramente sí debiera estar en el cauce penal: ¿Quién ordenó "maquillar" las cifras de la cuenta pública? ¿Cuál fue la verdadera intención de ocultar tales números y dónde fueron a parar esos dineros? ¿Qué pasó con su jefa de gabinete, quien renunció tranquilamente y hoy ni siquiera está siendo investigada por nada? Queda la sensación de un ligero tufillo a que Reginato terminó siendo la cabeza de turco de los todopoderosos asesores a los cuales, torpemente claro está, les cedió la administración de uno de los municipios más ricos del país e hizo oídos sordos cuando diversos medios -incluido El Mercurio de Valparaíso- dieron espacio a las acusaciones en su contra.
La UDI, en tanto, cuyo trabajo político en la ciudad siempre se basó más en el carisma de la exalcaldesa que en otra cosa, hoy incluso debiera agradecerle la inclusión de dos ediles en el Concejo Municipal (Antonia Scarella y quien reemplace a Reginato, seguramente Jorge Martínez junior), antes de caer en teorías de conspiraciones e injusticias que, dicho sea de paso, ya no vienen al caso.
Finalmente, y más allá de la mácula que esto arroja sobre la figura de la jefa comunal de la Ciudad Jardín durante casi 17 años, seguramente también será para ella la hora de las desilusiones, los teléfonos que no suenan y las palmadas en la espalda que, triste y cobardemente, ya no llegarán.