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El pedregoso camino de la predictibilidad de las encuestas

Expertos en estudios de opinión pública aproximan explicaciones sobre lo ocurrido en las primarias presidenciales. Impedimento para publicar resultados en las dos semanas previas a la elección, voto voluntario y cambiante panorama político son algunas de ellas.
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¿Qué pasó con las encuestas que hasta las dos semanas previas a los comicios -no se pueden publicar después- daban como favoritos en las primarias presidenciales a Joaquín Lavín por Chile Vamos y a Daniel Jadue por el pacto Apruebo Dignidad? Fue por eso seguramente que el triunfo de Sebastián Sichel y Gabriel Boric sorprendió a medio mundo, pero no a todos.

El diputado ex PPD y experto electoral, Pepe Auth, fue una de las excepciones. "No creo que las encuestas no hayan tenido la capacidad de predecir, porque hasta el momento en que se pudieron publicar mostraban que crecían tanto Sichel como Boric, pero como la ley les impide dar a conocer resultados cerca de la fecha de la elección, no alcanzaron a medir el impacto de las últimas dos semanas", lapso que en su opinión es fundamental en una elección de la naturaleza de las primarias.

Argumenta que en este tipo de comicios el elector que se mueve de un candidato a otro transita un trecho muy corto, dentro de una sensibilidad política similar, "y por lo tanto la franja, los debates, las posiciones y actitudes que adoptan los candidatos en los últimos días es decisivo", factor que no se alcanza a dimensionar debido a la restricción temporal que impone la ley electoral.

Pepe Auth cuenta que Cadem hizo una encuesta de distribución privada dos días antes de la elección, que él recibió el domingo a las 18 horas, y que daba como ganadores a quienes efectivamente triunfaron. Pero, subraya, "no podemos pedirle a las encuestas que predigan el resultado 15 días antes, porque, por ejemplo, la elección de Boric y Sichel se jugó en la recta final".

Voto voluntario en la mira

"No es primera vez que las encuestas se equivocan, lo hicieron en la elección de convencionales constituyentes, también en buena medida en el plebiscito", señala el cientista político, académico de la Universidad Central y director de Tresquintos.cl, Kenneth Bunker.

"Yo creo que en parte se debe a que Chile y el electorado están cambiando, las personas que están decidiendo ir a votar son distintas. Era muy difícil predecir, en particular en esta elección de primarias, en un escenario donde no solo el voto es voluntario, sino que además son comicios en que no todas las personas están habilitadas para votar. Entonces es muy difícil llegar a las personas con las encuestas que tenemos en Chile. El voto voluntario no ayuda mucho tampoco", agrega el analista.

Fernando Alvarado, director ejecutivo del Programa de Estudios Sociales y Desarrollo -Presode- de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, menciona algunas de las razones que pueden influir, como problemas metodológicos, que el medio utilizado para hacer encuestas o la muestra no hayan sido los adecuados.

"También está el voto voluntario, porque indudablemente el votante va cambiando y es difícil. Nosotros llevamos años haciendo encuestas y con el voto voluntario nos vimos en aprietos", refiere el profesor emérito y académico de la Escuela de Negocios y Economía de la PUCV, quien agrega el factor de la independencia de la encuestadora. "Eso es muy importante, porque siempre hay una presión, ya que a las personas les gusta jugar a ganador y a veces la encuesta se usa como propaganda, eso es lo malo", observa Alvarado.

En lo que respecta a las primarias mismas, se declara sorprendido "no tanto de la votación de Boric, sino la de Sichel, y el bajo apoyo de Lavín; está claro que los partidos tradicionales van a la baja, eso se mostró ya en la elección anterior ".

La tormenta perfecta

"Esto de errar en las predicciones electorales parece una epidemia que se viene repitiendo durante la última década, en especial desde el descrédito que supuso para las grandes empresas dedicadas a este negocio el descalabro por las predicciones sobre el Brexit, en 2016, y la posterior elección de Trump", expone el sociólogo y doctor en Ciencias Políticas y Sociología, Félix Aguirre, académico de la Escuela de Sociología de la Universidad de Valparaíso.

En esa línea, también menciona el referéndum sobre el Acuerdo de Paz de Colombia, cuando ganó el NO pese a que se había pronosticado un triunfo holgado del apruebo, "o la candidatura de Beatriz Sánchez durante 2017, cuando las dos grandes empresas de estudios que operaban en ese momento, y que siguen operando, pronosticaron que la candidata obtendría 12 puntos menos que lo que realmente obtuvo en las urnas".

El académico lo vincula con dos factores: la mayoría de la evidencia indica que en los modelos electorales con inscripción automática y voto voluntario, como Chile, "las encuestas no logran predecir casi nunca el resultado final, y solo aspiran -cuando son rigurosas- a ofrecer una 'fotografía del momento', cuya liquidez impide pronosticar tendencia alguna", a lo que se agregan las restricciones para publicar resultados días antes de los comicios y la volatilidad que involucra la irrupción de nuevos electores jóvenes, "muy reacios a expresar con sinceridad su preferencia electoral", todo lo cual conspira para generar "la tormenta perfecta".

La espiral del silencio

Así como hay electores reacios a expresar sus preferencias, ¿se puede establecer a partir de casos como el de Trump que la gente les miente a las encuestas? "Sí y no, hay distintas razones para eso", dice Kenneth Bunker, también doctor en Ciencia Política.

"Cuando se le pregunta a las personas qué porcentaje de ellas votó en la elección pasada, los números suelen ser distintos. Por ejemplo si votó un 50% es habitual que las personas respondan en un 70% que fueron a votar, entonces no sabemos si tienen mala memoria, si no les importa, si mienten, pero claramente tiende a haber algún tipo de sesgo".

En coincidencia con Félix Aguire, Bunker plantea que "también hay grupos de personas que sienten que es impopular dar a conocer su opción por ciertos candidatos, en Chile eso se ha conocido tradicionalmente como la espiral del silencio. Pero en ese caso, en las primarias, yo creo que fue distinto y que simplemente es muy difícil medir intención de voto cuando todo está cambiando".

Lo mismo vale entonces para las presidenciales de noviembre. "Yo creo que de ahora en adelante empieza realmente la carrera presidencial. Con Boric y Sichel listos, falta todo el resto de los candidatos. Son varios los que estaban esperando el resultado de las primarias para oficializar su participación, y otros que van a decidir si entran o no. Va a haber más candidatos de lo que esperamos".

En eso coincide Pepe Auth. "Yo creo que vamos a tener unos diez candidatos en la papeleta de primera vuelta y por lo tanto las encuestas no nos van a poder decir quién va a ser el ganador. Además, pienso que es muy probable que por primera vez desde el año 70 tengamos más de dos candidatos peleando por pasar a segunda vuelta. Vamos a tener por lo menos, si no más, con opción de pasar a segunda vuelta, y eso es nuevo".

Una aspiración fotográfica

Félix Aguirre retoma el tema de la capacidad predictiva de las encuestas señalando que actualmente éstas "solamente pueden aspirar a ser una fotografía momentánea de lo que está sucediendo con la opinión política de un elector justo en el momento -y solo en ese momento- que se le pregunta por su preferencia. Claro que siempre que se hagan bien las cosas. Y digo esto porque no se están haciendo bien las cosas".

Al fundamentar su crítica plantea que hay cada vez menos estudios que confían en el azar para extraer y renovar sus muestras y menos probabilidad de que se utilice la técnica del "cara a cara" para entrevistar a los potenciales votantes, "una técnica que, por lejos, continúa siendo la más eficaz desde el punto de vista metodológico para dar confiabilidad al instrumento con el que extraemos la información del sujeto encuestado".

Además, sostiene, en sistemas con inscripción automática y voto voluntario, "las empresas están obligadas a estimar el perfil de lo que llaman el 'votante probable", para lo cual "hay que salir de la oficina; no dar por supuesto nada de lo que uno cree que sabe; usar técnicas mucho más sofisticadas que un sentido común reunido a partir de likes y pequeñas declaraciones en redes sociales; hay que volver a explorar las ventajas de trabajar con diseños cualitativos -el grupo de discusión; el grupo focal; etc.- que complementen las hipótesis cuantitativas y permitan ir dando luz sobre ese nuevo perfil de votante que irrumpe en la escena electoral".

"Solemos decir que a la clase política de este último tiempo le falta calle; yo creo que las empresas de estudios electorales también deben estar echando mucho de menos la calle", concluye el académico de la UV. 2

Rosa Zamora Cabrera

rosa.zamora@mercuriovalpo.cl

LOS ESQUIVOS ELECTORES, LOS TIEMPOS DE CAMBIOS Y EL VOTO VOLUNTARIO COMPLEJIZAN LA PREDICTIBILIDAD DE LAS ENCUESTAS.