Gerente de Esval advierte que aún no se puede descartar
REGIÓN. Pese a inversiones, José Luis Murillo, es cauto. "Tenemos que acumular 23 millones de metros cúbicos en Los Aromos y hoy todavía no llegamos a 10".
Por uno de los episodios más duros de la sequía, que ya se asienta por más de una década, atraviesa la región que al mes de julio arrojó cifras críticas. Con un déficit de precipitaciones cercano al 80% y prácticamente nada de nieve en la cordillera, el panorama es desolador.
Y aunque recientemente se inauguró una tubería de conducción reversible que conecta directamente el embalse Los Aromos con la planta de Esval en Concón, permitiendo un uso óptimo de las aguas del Río Aconcagua para el consumo humano, la situación no está controlada.
"Creo que en este momento no podemos pecar de optimismo y decir que se puede garantizar. Para garantizar la próxima temporada tenemos que acumular en el embalse de Los Aromos 23 millones de metros cúbicos y hoy todavía no llegamos a 10 millones. Tenemos las herramientas, la colaboración y la sensibilidad para llegar a esa cifra, y yo creo que lo vamos a hacer, pero hasta que eso no ocurra no saldrá de mi boca decir que está totalmente garantizado, que no habrá racionamiento. Tenemos que llegar a esa cifra", comentó el gerente general de Esval, José Luis Murillo.
"Hasta que no esté esa agua en el embalse Los Aromos no podemos estar cien por ciento seguros", insistió el ejecutivo, quien remarcó la importancia de las inversiones; pero que, al mismo tiempo, destacó que el escenario hídrico parece cada año peor, lo que obliga a estar en una alerta constante.
"Lo que nos dan las inversiones que hemos hecho es tener una infraestructura capaz de absorber todos los esfuerzos que hagamos en la cuenca. Todas las secciones ponen agua en la desembocadura del Río Aconcagua y ahora tenemos la capacidad suficiente para bombear esa agua al embalse Los Aromos. Lo que pasa es que en el momento que se concibió esta infraestructura, a pesar de que la situación era de sequía crítica, siempre había dos o tres meses de agua en la desembocadura del Aconcagua y la llevábamos al embalse", subrayó Murillo, quien enfatizó que la situación en este momento es diferente.
"El problema es que hoy sin un esfuerzo muy grande por parte de los regantes no tendríamos agua ningún día en la cuarta sección del río. Entonces para poder utilizar esa infraestructura necesitamos un esfuerzo permanente de los agricultores para que llegue algo de agua a la desembocadura (...). El río, a la altura de la cuarta sección, no existe y se puede cruzar por allí durante todo el año", explicó, remarcando el empeoramiento de un fenómeno que para algunos es irreversible.
"Estas inversiones y las que hemos hecho en los últimos años por supuesto que nos da un espacio, porque sin ellas estaríamos ahora mismo sin una sola gota de agua. Lo que nos permite esta última inversión es que nos da la posibilidad de, con una gestión dura, colaborativa y sensible de la gente con la priorización del consumo humano, poder salvar la situación. La dificultad es que en la Región de Valparaíso ha llovido menos que en el desierto del Sahara", advirtió Murillo, dando cuenta de una situación que ha ido agravándose con los años.
Otras alternativas
"Nosotros en el año 2017 podríamos sobrevivir sin la cuarta sección del río por dos días y no más. Y si eso se daba habríamos tenido cortes selectivos de suministro. Hoy estamos viviendo con entre 200 a 250 días al año sin río", añadió, haciendo una analogía deportiva para ahondar en la situación. "Este partido salimos a empatarlo, porque no le ganamos ni por casualidad. Tenemos equipo para empatar y punto", indicó.
En esa línea no descarta explorar otros caminos si la situación empeora. "Quiero pensar que en los próximos años tendremos algún año normal o con algún déficit de agua, pero del 50% o del 40% porque si nos mantenemos en un déficit muy alto es que nos hemos convertido en Antofagasta. En la región hay proyectos en desarrollo de desalación que no los realizamos nosotros, pero donde podríamos ser eventualmente un cliente si la situación sigue como está. Podríamos comprar agua a la desalación para suplir lo que a nosotros nos falte en el futuro, pero nuestro proyecto de la tubería reversible en años normales o con déficit no estratosféricos está pensada para tener agua suficiente hasta el 2040".
la amenaza del racionamiento
$ 100.000 millones ha invertido la sanitaria en la última década para enfrentar la sequía que recrudece en la zona.
76% alcanzó el déficit promedio de precipitaciones en la región al mes de julio de este año.