"Agradezco a Dios todos los días por estar vivo, esto no es un juego, al contrario, es muy serio"
Luego de estar casi un mes hospitalizado y otro extenso periodo en fase de recuperación por covid-19, hace unas semanas se reincorporó a su trabajo el director regional de Corfo, Juan Fernando Acuña. "Me cuidaba mucho, pero al estar en terreno permanentemente bastó un descuido pequeño y me contagié. El tema es complejo y cuando te agarra fuerte como yo lo viví, es complicado. Estaba tranquilo, pero hay un minuto en que uno piensa hasta aquí no más llegué", recuerda el ingeniero que el 28 de febrero fue diagnosticado con un PCR positivo.
- ¿Cómo fue el proceso que vivió tras ser diagnosticado con el covid-19?
- Estuve hospitalizado hasta fines de marzo, fue como un mes de los cuales ocho días los pasé en la UCI. No me intubaron, sino que probaron una nueva técnica para evitar la conexión al ventilador y fue exitosa. Yo me cuidaba mucho, pero a pesar de eso, por el hecho de trabajar en terreno, me contagié igual.
- ¿Cuál fue el momento más complicado que le tocó vivir?
- Cuando llevaba cinco días en la UCI y los índices iban bajando, pensé que me iba. Llegar a ese momento es muy complicado y esto no es juego. Yo veía que el covid a otros les significaba un resfrío fuerte a los sumo, pero en mi caso fue muy fuerte y yo le agradezco a Dios todos los días por estar vivo.
- Le quedaron secuelas de la enfermedad.
- Algunas, como el ruido en el oído, que se llama tinnitus, y también se me cayó un poco el pelo, pero son secuelas que van quedando y, gracias a Dios, no tengo ninguna importante. Hasta ahora no hay ningún órgano que haya quedado dañado o comprometido. Lo que sí, siempre tengo que ir a control para ver cómo va la evolución tras la enfermedad.
- ¿Y cómo fue el proceso de recuperación?
- Entré con 84 kilos al hospital y salí pesando 67, perdí masa muscular y con el kinesiólogo tuve que empezar a aprender a caminar y con el broncopulmonar a recuperar la capacidad de los pulmones. Me enseñaron a respirar de nuevo y sentarme en la cama a almorzar fue mi primer logro. Destaco al personal del Hospital de la FACh, que se portó muy bien.
- ¿Qué ha sido lo más complejo en el proceso de volver a la normalidad?
- Recuperar la capacidad pulmonar es lo más complicado. Tienes que aprender a respirar, porque como que se chupan los pulmones, yo conversaba y me cansaba. Al comer, también. Caminaba media cuadra y la doctora me decía que si caminaba eso quizás no podría regresar. Es muy paulatino. Recuperar el tema muscular también es importante, no puedo trotar por ahora. Tengo que ir a control de manera permanente y te van chequeando los órganos para ver si hay secuelas, me hacen exámenes como escáner al cerebro. Desde el momento que me contagié hasta hace poco tiempo también, tenía cefaleas todo el día. Eso fue una de las cosas más desagradables. Y lo otro complicado es el ahogo.
- ¿Qué le dejó esta experiencia y, en base a ello, qué mensaje le dejaría a la gente?
- Hay que cuidarse mucho, porque cuando uno lo vive es distinto. Y ponerse las dos vacunas, porque una sola no sirve. Yo me había puesto una cuando me dio. Hay que tomar todas las medidas, lavarse las manos, renovar las mascarillas, guardar las distancias. Y esas fiestas que hemos visto son macabras, porque esos mismos jóvenes contagian a sus cercanos. Conocí un médico que estaba intubando y se le cayó la mascarilla. Llegó a su casa, contagió a su papá y este falleció. Esto no es juego, al contrario, es muy serio.
- ¿Y cómo ha sido su regreso a las actividades?
- En Corfo se portaron muy bien, siempre me apoyaron y cuando me preguntaron dije que no había problema, porque nosotros trabajamos en equipo. Y en ese sentido, el subdirector, Héctor Leiva, siguió trabajando con los coordinadores de área en base a lo planificado y le agradezco mucho.
- Y sobre la ayuda en pandemia, ¿qué balance hace en lo que respecta a la Corfo en la región?
- Una de las cosas importantes son los PAR (Programas de Apoyo a la Reactivación) Impulsa, que han favorecido a sectores muy complicados, como el turismo y las industrias creativas. En turismo fueron más de mil millones, con 500 beneficiarios, y en la industria creativa fueron 500 millones, con cerca de 480 proyectos. Y también quisimos apuntar a las mujeres con un PAR orientado precisamente al sector, con 400 millones, tomando en cuenta que el empleo femenino ha sido uno de los más golpeados en esta pandemia. También tenemos el Conecta y Colabora con 700 millones, con fondos regionales que logramos levantar con el Core para distintos proyectos. Y no solo nos centramos en el Gran Valparaíso, sino que en toda la región, porque uno de los temas era abarcar el territorio, ya que también hay un centralismo regional.
"En la región hay proyectos muy buenos"
Una de las líneas que ha desarrollado Corfo son los llamados retos de innovación y que en la zona han dado buenos resultados. "En esta región tenemos una gran cantidad de universidades y estudiantes y también hay una genialidad creativa. A mí me gustaría tener más recursos porque se presentan proyectos muy buenos", comentó Juan Fernando Acuña, quien señaló que la entidad va a disponer de 500 millones para dos programas que van en línea con eso, como el Semilla Inicia y el Atrévete a Innovar.
"Me cuidaba mucho, pero al estar en terreno permanentemente bastó un descuido pequeño y me contagié".
"Me enseñaron a respirar de nuevo y el hecho de sentarme en la cama a almorzar fue mi primer logro".