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Con una dispersión brutal y el escenario muy líquido, el reto en común de los abanderados será cómo montar un relato y una narrativa que motiven y convenzan a una ciudadanía en extremo desconfiada del mundo político, donde además no hay cartas echadas ni carreras ganadas".

"Va dividida la izquierda, va dividida la centroizquierda y va dividida la derecha", puntualizaba a inicios de esta semana el exministro Francisco Vidal, a propósito del triunfo de Yasna Provoste en las primarias de Unidad Constituyente y haciendo alusión al líquido escenario que se prevé para las elecciones de noviembre.

Así, a partir de la inscripción formal de las candidaturas ante el Servicio Electoral el lunes 23, el mapa político se visibilizó en su totalidad, logrando cerrar el registro con siete postulantes instalados en la carrera: José Antonio Kast (PR), Sebastián Sichel (UDI, RN, Evopoli y PRI), Yasna Provoste (DC, PS, PPD, PR, PL y Nuevo Trato), Marco Enríquez-Ominami (PRO), Gabriel Boric (FA y PC), Franco Parisi (Partido de la Gente) y Eduardo Artés (Unión Patriótica). Y aquello sin considerar a unos 20 más que -según puntualiza la prensa- no lograron el cometido.

Con una dispersión brutal y el escenario muy líquido, el reto en común de los abanderados será cómo montar un relato y una narrativa que motiven y convenzan a una ciudadanía en extremo desconfiada del mundo político, donde además no hay cartas echadas ni carreras ganadas, pero sí varios desafíos:

Nuevo Pacto Social. El cambio de nombre -ex Unidad Constituyente- no será suficiente para convencer a los votantes de que no son una receta añeja y además en gran medida culpables de los males que estallaron el 18O. El difícil reto estará precisamente en buscar un relato que les permita sobresalir frente a una izquierda fragmentada en múltiples opciones. ¿Cuál será el eje diferenciador de Provoste en contraposición a Boric y Marco Enríquez-Ominami? ¿Cómo se planteará ante el FA y el PC, mientras se disputa el centro con Sichel y arriesga perder, de paso, al votante socialista? ¿Será capaz de pasar a segunda vuelta?

FA y PC. Si para Provoste su lugar en el mapa político es más parecido a un pozo de arenas movedizas que a otra cosa, para Gabriel Boric el panorama no se ve mucho más despejado. Aun cuando en las encuestas figura en la pole position de la izquierda, hay que ver qué sucede ahora que Provoste está derechamente en el horizonte. Para la primaria, Boric se vistió de centroizquierda, pero está por verse qué ropajes se pondrá en esta ocasión. Ahora que dejaron de ser "la novedad" de 2017, ¿será el pacto con los comunistas la tabla que les permita superar el 20% y pasar a segunda vuelta?

Chile Podemos más. Al igual que la ex Concertación, el cambio de nombre -para diferenciarse del actual gobierno- no será suficiente para convencer a los votantes. Queda en el aire cuál será la estrategia para que Sebastián Sichel genere una apuesta de valor frente a José Antonio Kast que le permita convocar a la UDI, de manera de evitar la fuga de votos hacia el Partido Republicano. Está por verse también cómo le resultará a Sichel su apuesta por mostrar liderazgo en su coalición, con este primer intento que pretende ordenar a sus parlamentarios en torno al rechazo de un nuevo retiro del 10%. El paso a segunda vuelta en este caso parece más o menos despejado, la duda es si logrará superar el 36% de los votos obtenidos por Piñera en 2017 o José Antonio Kast le restará más respaldo.

Los outsiders. Aunque Diego Ancalao y Gino Lorenzini quedaron fuera de carrera -el primero tras la vergonzosa y repudiable presentación de 23 mil firmas avaladas por un notario fallecido desde febrero y el segundo, por no cumplir con los requisitos de la Ley Antidíscolos-, los outsiders marcarán la primera vuelta de noviembre. En una repetición ya trillada, Marco Enríquez-Ominami no podrá mostrarse como la renovación de la política, mientras José Antonio Kast está en una posición cómoda, en la que -si genera una campaña potente- podría restarle votos a Sichel a partir del votante UDI, superando el 8% obtenido en 2017. Más lejos, Franco Parisi y su "Partido de la Gente", utilizará el descontento ciudadano y el estallido del 18O para intentar posicionarse y superar su 10% de votación de 2013. Mientras, Eduardo Artés repetirá la fórmula de 2017 con su posición de izquierda ultra y algo caricaturesca.

Independiente del sector político, lo cierto es que la volatilidad y lo líquido de la campaña electoral para estas presidenciales 2021 darán un toque de nerviosismo y expectación a esta elección, en la que quienes quieran hacerse del sillón presidencial deberán demostrar no solo creatividad, sino, sobre todo, un bien en extremo escaso en estos días de candidaturas independientes y rechazo a los partidos: gobernabilidad. 2

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La Covadonga y el Huáscar

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No hay que ver bajo el agua' para darse cuenta de que detrás de la idea del ministro de Cultura de Perú de reflotar la Covadonga, estaba el interés de usar esta embarcación como moneda de cambio para recuperar el Huáscar".

Si hay algo que reconocer al ministro de Cultura del flamante presidente de Perú, Pedro Castillo, es su entusiasmo y originalidad. A diferencia de sus predecesores, candidatos a la presidencia o populistas del norte, esta vez la propuesta del ministro Ciro Gálvez ya no consistía, como se ha hecho otras veces, en apuntar a recuperar al Huáscar, sino a reflotar la Covadonga.

Haciendo un breve resumen, hay que recordar que la Covadonga era un barco español capturado por las fuerzas chileno-peruanas durante la Guerra contra España. Años más tarde, le tocó ser parte del bloqueo a Iquique durante la Guerra del Pacífico. Esto, hasta el 21 de mayo de 1879, cuando se escribió una de las páginas más notables de nuestra historia. Mientras la Esmeralda terminó siendo hundida por el Huáscar, la Covadonga logró zafar del combate y consiguió que el buque peruano Independencia encallara.

Tiempo después, con el Huáscar capturado por las fuerzas chilenas, los buques se dedicaron a cumplir funciones de apoyo para el ejército que se desplegaba en el norte. Frente a la playa de Chancay, la antigua barca española fue víctima de un atentado que la hundió, acabando con la vida de su comandante, Pablo de Ferrari, y 31 tripulantes.

De ahí en adelante, han existido distintas propuestas para recuperar la Covadonga, pero sin mayor éxito. La más importante, recuerda el diario El Comercio de Perú, sucedió en 1987, a partir de una propuesta de la Cámara de Diputados de ese país. No obstante, luego de una serie de estudios de factibilidad, se llegó a la conclusión de que era imposible: "La superestructura de la nave era inexistente, así como la cubierta principal, los compartimentos, el forro del casco y las estructuras en ambas bandas. Solo permanecía la quilla y algunos maderos de la parte inferior del casco, bastante débiles", apunta El Comercio. A lo que agrega el historiador Héctor López Martínez en el mismo diario: "No hay nada que reflotar. Si se mueve lo poco que queda del casco, éste se terminará de destruir".

En la mente del ministro Gálvez, debe figurar, como un modelo a seguir, lo que se hizo con el Huáscar, sin embargo, se desconoce todo el camino que hubo que recorrer para terminar transformándolo en uno de los museos marítimos más importantes del mundo.

Hay que recordar que después de su captura en 1879, la embarcación tuvo que ser reparada para ser reincorporada al servicio durante la guerra. En abril de 1880, formó parte de los buques que bloquearon el puerto de Callao y a inicios del siguiente año apoyó con su bombardeo la toma de Chorrillos. Durante 1884, fue sometido a reparaciones y modernización de sus cañones. También formó parte de la división que fue a rescatar los restos de los héroes de Iquique en 1888. En la revolución de 1891, fue utilizado en favor de los congresistas, resguardando los buques de transportes y bombardeando Iquique. Fue retirado del servicio en 1897, a raíz de la explosión de una caldera. En 1905, hubo que tomar la decisión de mantenerlo en servicio, haciendo modificaciones sustanciales o dejarlo como estaba. Se optó por esto último y el tiempo no transcurrió en vano. El Monitor permaneció durante muchos años deteriorándose, anclado en Talcahuano y se intentó, sin éxito, hacer una colecta para restaurarlo en 1924. Recién en 1935, fue pintado y arreglado para recibir público.

Tuvieron que pasar casi dos décadas para tomar la decisión de remozarlo y dejarlo en un estado similar a como era en 1878. Para eso, hubo que contar con el apoyo de distintas partes que colaboraron en su reacondicionamiento, lo que permitió que se transformarse en santuario que venera las glorias navales de Chile y Perú. A inicios de la década del setenta, se hizo la restauración más importante, que permite disfrutar al Huáscar tal como lo conocemos hoy día.

A modo de conclusión, "no hay que ver bajo el agua" para darse cuenta de que detrás de la idea del ministro de Cultura de Perú de reflotar la Covadonga, estaba el interés de usar esta embarcación como moneda de cambio para recuperar el Huáscar. Lamentablemente, está demostrado que por ahora no es posible. Además, hay que dejar claro que para llegar a tener al Huáscar como está, hubo un largo camino que comenzó con su incorporación como buque de la Escuadra hasta su transformación en museo. Uno de los pocos museos flotantes del mundo, donde podemos admirar el heroísmo de los peruanos y chilenos durante la guerra. 2

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