Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Opinión
  • Actualidad general
  • Deportes
  • Clasificados
  • Cartelera y Tv
  • Servicios
  • Espectáculos

"La cueca urbana porteña es genuina, libre, alegre y díscola"

No contento con bailarla y difundirla, le siguió la pista y la investigó minuciosamente para su tesis de posgrado. La agrupación que dirige tiene tutorial online para aprenderla.
E-mail Compartir

Jimi Molina Venegas declara su amor por la cueca urbana porteña. No solamente disfruta bailarla entre amigos, con el ambiente festivo y de jolgorio que genera. También este profesor de Educación Física, licenciado en Educación, magíster en Arte mención patrimonio y alumno del diplomado de Historia del Arte de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso le siguió la pista a través del tiempo y la investigó minuciosamente para su tesis de posgrado.

"Me gusta porque es genuina, libre, espontánea, alegre y díscola, porque habita en nosotros y porque nos permite hacer comunidad, porque es un espacio de encuentro, de alegría y de amistad. Me gusta porque sus letras me representan, porque hablan de nosotros, de las cosas que pasan aquí en Valparaíso, porque su ritmo lento nos permite una cadencia que otros estilos no posibilitan", dice Molina, director artístico del Conjunto Folklórico de la PUCV desde 2018.

Ya antes de la crisis desatada por el coronavirus se registraba un creciente interés por la cueca, durante todo el año. Y al parecer la pandemia no ha logrado derrotarla. "Ha pasado por numerosos avatares en sus casi 200 años de historia, adecuándose a cada época y circunstancia, enriqueciendo sus formas y expresando las emociones, sueños y problemas de sus cultores. Hoy, a pesar del complejo momento que vivimos sigue entre nosotros y cada vez que se presenta la oportunidad emerge como poesía, música o danza", afirma el cultor e investigador de la danza.

Jimi Molina cree que la cueca nunca se ha alejado y que siempre ha estado presente, "la mayoría de las veces habitando entre los segmentos populares de la población quienes no tenían acceso a los círculos generadores de conocimiento, por lo que sus manifestaciones culturales no eran mayormente valoradas por esta elite. Pienso que con el correr del tiempo, se ha ampliado la mirada, integrando y valorando expresiones que antes no tenían mayor reconocimiento y que representan a un gran número de personas".

En el caso de la cueca urbana porteña, cree que su revalorización tiene que ver con la libertad que ofrece, con su autenticidad y su sencillez, con que la gente se siente acogida y con que ha generado un sentimiento de identificación con ella.

"La cueca somos todos nosotros, ella da cuenta de nuestra vida en la ciudad, de la forma de relacionarnos y de celebrar en comunidad. La cueca es sincera, noble y transparente, por eso el porteño la ama, porque no le impone estereotipos y nos permite expresarnos tal como somos. Creo que la cueca urbana porteña no se relaciona con un sentimiento de nacionalidad, se relaciona con una forma de hacer comunidad, es una forma de poner en valor a nuestra gente, nuestras familias y a los sujetos comunes que han forjado nuestra historia popular, marginal extra oficial", sostiene.

La cueca en el éxodo campo-ciudad

Pero, ¿qué es en esencia lo que diferencia la cueca campesina de la cueca brava o urbana? Jimi Molina plantea que la cueca es una sola y en cada lugar o contexto donde ha llegado y se ha instalado, ha adoptado las características e influencias propias de ese territorio, que han influido en sus dimensiones de poesía, música y danza.

"Las diferencias entre un estilo y otro están determinadas por los contenidos de su poesía, por el acompañamiento musical propio de cada lugar y por las formas particulares de interpretar la música y la danza de cada comunidad. Nosotros, en el Conjunto Folklórico de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, la hemos estudiado por años, aprendiendo de los cultores de cada lugar su forma de interpretarla y el significado que tiene para ellos, para luego llevar esa esencia a los escenarios difundiendo su rica diversidad".

Expone que las similitudes y diferencias entre la cueca campesina y urbana, se originan en el éxodo masivo del campo a la ciudad a fines del siglo XIX e inicios del XX. "Con la llegada de estos campesinos a ciudades como Valparaíso, la cueca poco a poco deja de hablar del campo y sus paisajes, comienza a narrar los problemas del hombre urbano, sus amores, aventuras y peripecias para sobrevivir".

En el Puerto, añade, "recibe las influencias musicales de los ritmos de moda y comienza a desarrollar un estilo propio en lo musical y dancístico, que obedece a la naturaleza del hombre de la ciudad, de la corporalidad de sus oficios, de la fusión con otras danzas y de la forma de bailar este ritmo más acompasado en sus diversos contextos; cuando está feliz, conquistando o disfrutando con su familia y amigos".

El baile camPESINo EN SU CONTEXTO

Jimi Molina dice que la cueca urbana en general tiene una gran acogida, situación que también acontece con la cueca urbana porteña, en gran medida por el mayor conocimiento que se tiene de ella y por la libertad que ofrece, porque es una expresión propia del sujeto que la baila y vive en la ciudad.

Lo anterior, recalca, "a diferencia de la cueca campesina masificada por los campeonatos de cueca y clubes de huaso, llena de estereotipos y reglas, propios de la competencia", estilo que "queda descontextualizado en la ciudad, simplemente porque no somos campesinos, somos sujetos urbanos y en consecuencia no nos representa".

"La cueca campesina es hermosa -subraya-, pero cuando se presenta en las mismas condiciones de libertad y pertinencia propias de su contexto, como al bailarla en cualquier celebración campesina, en un contexto social o recreativo, ajeno a un espectáculo o calificación". 2

* Si desea aprender cueca urbana porteña, puede visitar el tutorial especialmente preparado por el Conjunto Folklórico de la PUCV en:

https://www.youtube.com/watch?v=qmEliXlEJjw&t=395s

Rosa Zamora Cabrera

rosa.zamora@mercuriovalpo.cl