El homicidio recientemente perpetrado en Laguna Verde, que costó la vida a un mecánico, pone de actualidad el abandono que afecta a ese importante sector de la comuna de Valparaíso. Cometido en la noche del miércoles pasado, el crimen que costó la vida a una persona de 37 años, proveniente de Santiago, revela en primer término premeditación. El atacante disparó desde una motocicleta en forma certera sobre el conductor de un automóvil, quien terminó falleciendo. La víctima perdió el control de su vehículo, embistiendo la parte posterior de un bus. Más allá de lo que significa de la dramática muerte de un ser humano, este hecho aumentó la inquietud de los vecinos del sector, quienes se sienten cada día más afectados por numerosos problemas. Karina Jiles, dirigente social del lugar, denuncia un incremento en la percepción de inseguridad y da cuenta de dos problemas de fondo que se arrastran desde hace años: "Poca preocupación de las autoridades y el tema de los loteos brujos". Agrega que llega gente de Santiago y, si bien afirma que "no se puede meter a todos en el mismo saco, que Laguna Verde se ha transformado en un refugio para los narcotraficantes". Recuerda el caso de un delincuente que la amenazaba tras haber hecho denuncias. El individuo fue detenido, quedó en libertad y, finalmente, relata "lo mataron aquí mismo a balazos". Dentro de ese cuadro delictual se descubrió en el lugar un depósito de automóviles robados en la capital.

Esta suma de situaciones y el reciente homicidio revelan claramente que ese sector de la comuna de Valparaíso está continuamente amenazado por la delincuencia, que no vacila en recurrir a acciones de violencia, como lo ocurrido la semana pasada. El caso mismo es investigado por la Brigada de Homicidios de la PDI, mientras Carabineros asegura que realiza un trabajo preventivo en el sector. Pero la realidad es que la amenaza está presente y hay varios factores de fondo que contribuyen a que el lugar se convierta en el sitio peligroso, según denuncia la dirigente Jiles.

Punto favorable para la presencia delictual es que Laguna Verde es un lugar atractivo, pero aislado, que no tiene una continuidad urbana con la comuna. También son sectores aislados de Valparaíso Placilla y Curauma, pero tienen movimiento y desarrollo regular, pese a presentar varios problemas, al estar situados en el eje de la Ruta 68. Este peligroso aislamiento de Laguna Verde podría resolverse, con beneficio para toda Región, buscando su conectividad hacia el sur con una ruta costera hacia Quintay y Algarrobo, obra costosa que en algún momento tendrá que acometerse. Pero a la espera de esa iniciativa de magnitud se debe atender permanentemente la seguridad de la población, responsabilidad de las policías, y también la regularización de la propiedad, tarea de la Municipalidad y de las autoridades de Vivienda.

Los casos de financiamiento irregular de campañas políticas socavaron de tal manera la confianza de los electores en los partidos y coaliciones políticas, que no es casualidad que en la elección de convencionales constituyentes hayan sido electas personas pertenecientes a listas independientes, a pesar de que nuestro sistema electoral favorece precisamente la inscripción y elección de personas pertenecientes a pactos políticos.

Mensajes asociados a la necesidad de renovar la política y hacer un cambio radical inundaron la franja electoral, presentándonos a los candidatos como integrantes de un nuevo movimiento reformador y refundacional.

Entre otros factores, esto motivó la alta participación de la ciudadanía en una elección tan importante para nuestro país que prometía una nueva forma de hacer política y una nueva democracia más participativa, que fuera integrada por nuevos actores, que nos permitieran renovar la confianza en instituciones desgastadas y carentes de legitimidad.

Sin embargo, a poco andar, hemos visto las mismas viejas prácticas que defraudan a los electores y quebrantan aquella promesa tan esperanzadora. De ahí la importancia que el sistema político posea reglas claras y estrictas que nos permitan a los electores exigir de alguna manera el cumplimiento de las promesas de los candidatos o sancionar a aquellos que, con faltas a la verdad o falseando u ocultando datos relevantes, lleguen a ocupar un cargo de elección popular.

Tradicionalmente se ha sostenido que una persona que ostenta un cargo de elección popular no puede ser destituida de él, salvo por causales graves, en atención a que, de lo contrario, se estaría vulnerando la voluntad ciudadana y podría ser utilizado con fines políticos del rival o adversario en la elección. No obstante, y debido al caso de financiamiento irregular de campañas políticas, se dictó la Ley 20.870, que incorporó el artículo 60 de la Constitución y que permite la remoción de un diputado o senador que haya infringido gravemente las normas sobre transparencia, límites y control del gasto electoral, y el artículo 125 (incisos 2 y 3) que establece la cesación en el cargo de un gobernador regional, alcalde, consejero regional y concejal, por la misma causal. Esta norma es una señal clara sobre la necesidad de establecer límites en política, pero actualmente no es aplicable a los convencionales constituyentes ni a ninguna otra autoridad política.

Esto nos hace pensar que una nueva forma de hacer política requiere de normas que sean exigentes y que nos permitan renovar la confianza en las instituciones y en la democracia.