"Lo que ocurrió en Viña del Mar es terrible para lo que queremos construir"
El joven abogado Tarek Giacaman comenzó su carrera política como presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Adolfo Ibáñez, en Viña del Mar, luego saltó a las grandes ligas como abanderado de Evópoli en las elecciones primarias para alcalde de Concón, donde estuvo a 100 votos de haber sido el candidato de Chile Vamos, y hoy es candidato a diputado por el Distrito 7.
Con una atrofia muscular espinal, enfermedad degenerativa que le impide correr, saltar y lo obliga a caminar cojeando, espera tomar las banderas de la inclusión, pero para él "lo primero es recuperar la confianza y la fe pública en las instituciones, pues el daño que le hemos hecho a la fe pública ha sido tremendo. Con todo lo que está pasando a nivel constituyente, el próximo Congreso no solo va a ser el Congreso más importante de los últimos 30 años, sino el Congreso de los próximos 30 años. Puede ser el Congreso del nuevo orden o del nuevo desorden, y depende de las personas que elijamos para estar ahí, qué es lo que va a suceder con Chile en los años que vienen".
Otro punto importante para el conconino "es el tema de la corrupción, y en la misma línea estamos peleando por devolverle a la ciudadanía la confianza en las instituciones, y para eso lo primero es hacernos cargo del problema que tenemos en corrupción. Eso se hace poniéndole dientes a la institucionalidad; por supuesto, dando más atribuciones a las instituciones fiscalizadoras que tenemos y aumentando las sanciones, pues tenemos un problema de corrupción sistémica, un sistema que no previene la corrupción".
- ¿Qué clase de acciones habría que partir ejecutando?
- Sin ir más lejos, pasamos de Piñera 1 a Bachelet 2 y cambiamos al 80% de los directores de hospitales públicos; pasamos de Bachelet 2 a Piñera 2 y volvimos a hacer lo mismo. ¿Qué tienen que ver los enfermos o la salud de los chilenos con el gobierno de turno? Absolutamente, nada. Hacemos lo mismo con el director del Servicio de Impuestos Internos, con el director del Servel, con el director del Sename, o sea, los niños más vulnerables de Chile se los entregamos a un político en vez de a un experto, y desde esa base tenemos un sistema que permite que existan cuoteos, permite que exista el pituto, y al final de cuentas facilita que existan procesos de corrupción.
- ¿Qué tipo de candidatos tendrían que ganar en las próximas elecciones para conformar ese Congreso del nuevo orden?
- El Congreso del nuevo orden necesita de personajes que sean nuevos, pero la novedad no significa sola y exclusivamente que sean jóvenes o que no hayan participado antes en política, sino personas que están dispuestas a hacerle frente a las viejas prácticas de la corrupción, pero hacerle frente con una propuesta, no sirve sola y exclusivamente personas que salen a la calle y critican lo que existe o que quieran demoler las instituciones o subirse al carro del refundacionismo extremo A ese ánimo de refundacionismo nosotros tenemos que hacerle frente con sentido común, no se trata de partir todo de cero, tenemos 200 años de historia democrática que nos han instalado en el punto en el que estamos hoy día, y tenemos que estar orgullosos también.
- Usted se ha referido a casos de corrupción en Vitacura, Las Condes, Lo Barnechea o Maipú. ¿Qué le parecen casos más cercanos donde se han denunciado irregularidades, como Viña del Mar, por ejemplo?
- Lo que ocurrió en Viña del Mar es terrible para lo que queremos construir hacia adelante, que ocurran este tipo de irregularidades en Viña del Mar, Las Condes, Vitacura, Lo Barnechea o donde sea que vayan apareciendo, cada uno es un golpe a la fe pública, un golpe a la confianza de la ciudadanía en las instituciones, y eso el nuevo Congreso tiene que ser claro en catalogarlo como corrupción, y tiene que ser también muy claro en cuál es el camino que vamos a seguir para que esto no vuelva a ocurrir jamás. Y ahí viene lo que decía antes, de terminar con hechos como que las diferentes instituciones del gobierno sean una bolsa de empleo para los partidos políticos, cómo castigamos a las personas que hayan sido condenadas por corrupción, pero sobre todo, tenemos que hacernos cargo de cómo el sistema permite que exista el cuoteo.
- ¿Qué le parece el caso del constituyente Rojas Vade, que presentó su renuncia, aunque no se sabe bien si va a poder renunciar o no?
- Bueno, hay varias interrogantes que resolver, no solamente si puede o no puede renunciar, sino también cómo se elige su reemplazo si es que no hay un partido político detrás, qué pasa con las remuneraciones que percibió hasta ahora, qué va a pasar con sus remuneraciones a futuro, hay un montón de cosas de las que hacerse cargo, pero lo que yo sí aplaudo en este caso es que haya renunciado. Uno siempre en la vida puede escoger hacerse cargo o no hacerse cargo de los problemas, y él decidió hacerse cargo del problema, eso es algo que hay que valorar, sobre todo porque va en la línea de lo que conversábamos antes, devolverle la confianza a la ciudadanía en nuestras instituciones, y en ese sentido, la Convención Constitucional tiene una carga superior al resto de las instituciones. En esa línea, que haya renunciado Rojas Vade yo lo aplaudo, y la mentira es para reprocharla, para que no vuelva a ocurrir. Yo creo que nos deja una enseñanza poderosa también en esta materia, pero el daño a la fe pública, el daño a la confianza es tremendo.
"El próximo Congreso no solo va a ser el más importante de los últimos 30 años, sino el Congreso de los próximos 30 años. Puede ser el Congreso del nuevo orden o del nuevo desorden".