El camino de la remunicipalización
Mientras el director jurídico marea al Concejo con decretos, nos venden la extensión de un contrato de relleno sanitario como la Toma de la Bastilla.
El alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp, esta vez sí estaba preparado. Ante las inquietudes planteadas por los concejales Marianela Antonucci y Dante Iturrieta en el último Concejo Municipal extraordinario para la votación sobre la extensión del contrato con la empresa Veolia Holding Chile S.A. por la administración del relleno sanitario El Molle, el jefe comunal contraatacó con un contundente discurso -leído directamente desde su notebook HP- y dejó más que clara su posición sobre el futuro de Valparaíso.
De acuerdo con sus palabras, desde el inicio la Alcaldía Ciudadana -por allá por el tercer trimestre de 2016- se propuso "recuperar" la ciudad, cediendo el protagonismo a la comunidad organizada. Como la institucionalidad "no daba el ancho" para ello, con el abultado déficit municipal dejado por las anteriores administraciones y la privatización de los recursos estratégicos, la lectura fue una sola: había que "desmontar" el sistema para que todos los recursos, capacidades y riquezas estuvieran bajo el control de la comunidad a través, obviamente, de su gobierno local.
Así, arguye el alcalde, se inició la ruta de la remunicipalización, aun cuando -y siendo justos- en la práctica tal lectura es bastante posterior y coincide más con el arribo de Rodrigo Ruiz y Tania Madriaga al municipio que con los dubitativos pasos que daban Sharp y sus cercanos por aquellos días o las políticas que intentaba llevar a cabo el defenestrado primer secpla Patricio Rozas.
De esta forma, la remunicipalización habría plantado cara al proceso privatizador de la Concertación y la derecha, despejando todos los problemas con una brillante administración que consistiría en la adquisición de una flota de camiones con mantención propia en la maestranza municipal, lo que -dice Sharp- es comprobable solo chequeando el mínimo histórico de déficit que presenta hoy el municipio de $2.500 millones. Nada tendrían que ver el geométrico crecimiento de las platas del Fondo Común Municipal ni tampoco las millonarias deudas y escandaletes escondidos bajo la generosa alfombra de la Cormuval.
Al mismo tiempo, continúa el alcalde, se remunicipalizó la planificación participativa, excluyendo a las endemoniadas consultoras y actualizando así "casi la totalidad de los instrumentos de planificación". Los recursos sobrantes, fueron en beneficio de la comunidad, agrega, olvidando que el puro Pladeco es el más caro del cual se tenga memoria en todo el hemisferio sur.
Por último, advierte Sharp, detectaron un gran negocio en el relleno sanitario de El Molle, de carácter estratégico y donde se produce la disposición final de residuos de doce municipios de la Región de Valparaíso. Con el nuevo contrato, la Municipalidad no pagará por la disposición de residuos, se subirá el canon de arriendo a la empresa y podrá participar fifty/fifty en la "generación de bioenergía y la venta de bonos de carbono" (sic).
Se sube así Sharp al carro verde, promete una nueva Dirección municipal de Medio Ambiente, planes de reciclaje barriales, una compostera municipal, una inédita y potencial mesa intercomunal de sostenibilidad ambiental que "nadie ha logrado" (solo esta semana el gobernador reunió a 34 alcaldes por la crisis hídrica sin parafernalia alguna ) y da por "recuperado" El Molle.
Mañana, finaliza, será el borde costero, el Puerto, la Plaza O'Higgins, los parquímetros, la Escuela Barros Luco y el Parque Pümpin. "¡No bajaremos los brazos!", asegura.
En resumen, y esto ya está para tesis de grado, extender la concesión de El Molle (que sigue en manos privadas), sería el primer "triunfo" de Sharp en cinco años como alcalde. Así, cualquiera.