Desertificación amenaza a las zonas costeras de la región, advierte investigador de USM
MEDIO AMBIENTE. Científico expuso que el fenómeno se intensifica en condiciones de cambio climático, por lo que recomienda crear barreras de bosque esclerófilo.
Inquietantes conclusiones sobre el avance de la desertificación planteó un estudio liderado por eldirector del Centro de Tecnologías Ambientales y profesor del Departamento de Química de la Universidad Técnica Federico Santa María, Francisco Cereceda -experto en el estudio de la química de la nieve y su impacto en el retroceso de los glaciares, en especial de aquellos de la zona centro del país-, quien expuso que la falta de precipitaciones en los últimos años ha contribuido a una extensión de la desertificación hacia la zona central, donde las zonas costeras de la Región de Valparaíso son las que podrían verse más afectadas.
"El 2019 sigue siendo hasta ahora el año más seco de las últimas décadas y el 2021 hasta ahora se está pareciendo mucho a julio del 2019. Si no se hace nada respecto al cambio climático, o si se sigue haciendo lo mínimo como hasta ahora, las predicciones indican, claramente, que vamos a pasar sobre los 1,5 grados, que es el límite que se ha puesto el IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático), de aumento de temperatura donde los cambios son irreversibles", advirtió Cereceda.
Peor que lo previsto
Según el experto, el régimen de precipitaciones de la zona central está cambiando y eso implica un cambio en la intensidad, la durabilidad y la concentración de las precipitaciones. De hecho, hace 10 años, con los antecedentes que se disponía en esa época, señaló que al 2050 la población de Santiago aumentaría en 1,8 millones de habitantes y el embalse El Yeso disminuiría a la mitad en su volumen histórico. "Lamentablemente mis predicciones fueron al parecer optimistas en ese entonces, ya que el año 2020 el volumen histórico de este embalse ya ha disminuido a la mitad. Es decir, esta predicción se cumplió 30 años antes", sostuvo.
"La distribución de las precipitaciones en Chile está variando de manera importante, entonces, la desertificación se está desplazando, el desierto viene avanzando hacia la Quinta Región y la Región Metropolitana, por lo tanto, las zonas climáticas que nosotros habitualmente conocemos como zonas climáticas mediterráneas se van a ir desertificando y el patrón de lluvia se irá corriendo. Eso significa, de acuerdo a esta línea de análisis, que hay una disminución de las precipitaciones y del régimen de aquellas (líquidas y sólidas), no solamente en la intensidad, sino también en la cantidad y la durabilidad", agregó.
Según explicó el investigador, "el proceso de desertificación normalmente va avanzando desde la costa, y en definitiva, vemos los campos dunares, que son la manifestación más cercana, más directa del proceso de desertificación. Ahí actúan dos mecanismos, el primero es la acción erosiva del viento, y en segundo lugar, la salinización de las zonas que tenían agua, es decir, en las zonas costeras tenemos lo que se denomina intrusión marina, pozos que tenían agua dulce, acuíferos subterráneos, y por el drenaje, la succión del agua en sectores costeros por parte de resorts o conjuntos inmobiliarios que empiezan a drenar el agua, estos pozos comienzan a contaminarse con agua salada".
Uno de los efectos es que "eso empieza a complicar el riego artificial, y si es natural, la vegetación que se alimenta de estas napas subterráneas que están siendo entrenadas -por así decirlo- para consumo de agua potable, termina contaminándose con agua de mar, el acuífero termina volviéndose salobre y eso termina produciendo una contaminación que finalmente termina con la vegetación, y la vegetación es la que sustenta el suelo. Y una vez que el sustrato vegetal desaparece, después ya la acción erosiva es inminente y eso lentamente se va transformando en un campo dunar".
Barreras naturales
El fenómeno se intensifica en condiciones de cambio climático, advirtió el experto, aunque destacó que existen medidas para mitigar o retardar estos efectos: "En la medida en que ponemos barreras de vegetales o bosques esclerófilos, que pueden resistir con mayor robustez estas condiciones adversas, entonces vamos frenando el avance del desierto hacia el interior".
Actualmente, la medida que se utiliza en casos de emergencia hídrica es el Decreto de Escasez Hídrica, emitido por la Dirección General de Aguas (DGA), el que tiene una vigencia de seis meses y entrega varias herramientas a la autoridad para disminuir los efectos ocasionados por la sequía, focalizadas especialmente en sectores rurales. Actualmente ha seis regiones del país afectas a la declaración de Emergencia Hídrica, entre ellas laRegión de Valparaíso.
Factor inmobiliario
Uno de los factores concomitantes de la desertificación es la intrusión marina, la que es ocasionada por las edificaciones en el borde costero, y en la región hay ejemplos, como un conjunto inmobiliario que se construyó sobre un sector de un humedal, en Los Molles. Al respecto, Cereceda planteó que "las presiones ambientales de todo tipo, inmobiliarias, industriales, del uso del suelo, van a estar siempre, porque son terrenos muy apetecidos y de interés comercial. Eso se regula en función del uso de suelo, a través de los planes reguladores, que son fundamentales para preservar aquellos lugares que prestan lo que se denomina técnicamente servicios ecosistémicos".
Dichos lugares claves son, fundamentalmente, "humedales, bofedales de altura, bosques esclerófilos, etcétera, son servicios ecosistémicos que permiten que la vida se mantenga como la conocemos, y si los destruimos vamos a perder biodiversidad, vamos a perder seguridad alimentaria, vamos a perder capacidad de mitigación frente a los fenómenos de riesgos naturales como los de incendio, o los de remoción en masa, como aluviones".
"La distribución de las precipitaciones en Chile está variando de manera importante, entonces, la desertificación se está desplazando, el desierto viene avanzando hacia la región".
Francisco Cereceda, Investigador de la USM