La preocupación latente en la zona, a pocos días de un nuevo aniversario del estallido social
Autoridades y representantes del comercio exponen las principales dificultades que debieron sortear tras la revuelta social del 19 de octubre de 2019, afirmando que un evento similar sería "lapidario" para Valparaíso. Académico plantea que, de ocurrir, las nuevas protestas apuntarían al Gobierno.
Era la tarde del sábado 19 de octubre de 2019 cuando aterrizaron en la Región los crispados ánimos que el día anterior, el 18-O, habían cristalizado en Santiago con furia y violencia. Estaciones de Metro quemadas, espacios públicos y privados vandalizados, además de saqueos a supermercados y locales comerciales se repitieron en la zona, dejando un Valparaíso devastado que, entre otros daños, vio cómo la Estación Bellavista quedaba reducida a cenizas y las dependencias del edificio de este Diario, en calle Esmeralda, resultaban atacadas por una turba que rompió cristales, prendió fuego al piso e inutilizó varias oficinas.
Los incidentes continuaron por varias semanas, entrelazados con marchas que intentaban alcanzar el Congreso, convocatorias en distintas comunas y duros enfrentamientos con carabineros. Con el paso de los días, algunas calles de la Ciudad Puerto, como Esmeralda y Condell, se convirtieron en pueblos fantasmas y los pocos comerciantes que seguían en pie tenían los ingresos a sus establecimientos reforzados con planchas de acero.
Pese al pacto que firmaron el 15 de noviembre la mayoría de los partidos con representación en el Congreso, con el nombre de "Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución", las protestas se mantuvieron por semanas e incluso meses en la capital regional, cada vez con grupos más reducidos, aunque igual de violentos. En esta zona, el llamado estallido social solo se vio interrumpido por la crisis sanitaria del covid-19, que comenzó en marzo del 2020.
Han pasado casi dos años de aquellos hechos y los vestigios siguen siendo evidentes al recorrer las principales arterias de la comuna porteña, que sufrió un golpe difícil de olvidar. Y aún cuando no se percibe el mismo nivel de malestar generalizado que fue una de las bases del estallido social, algunos advierten el surgimiento de cierta indignación pública de características similares muy cerca de que se cumplan dos años de la fecha emblemática. La crisis migratoria, la incertidumbre por el cuarto retiro de los fondos previsionales o los posibles vínculos del Presidente Sebastián Piñera por la compraventa de la minera Dominga, podrían ser motivos, alertan, para una nueva ola de protestas. ¿Aguantará Valparaíso otro estallido?
"no hay piso político ni social"
Pese al eventual clima de tensa calma que se pueda percibir, el delegado presidencial para la Región de Valparaíso, Jorge Martínez, ve como algo muy poco probable que se repita un estallido social y mucho menos uno con la intensidad que se evidenció entre octubre y noviembre de 2019. "Creo que es muy difícil que se dé en el corto plazo, que podamos ver un estallido de esas magnitudes, porque está en la retina, en la consciencia de cada ciudadano, las imágenes de los locales quemándose, de los emprendedores cesantes, de las personas que perdieron el empleo, del encierro por el toque de queda, de las manifestaciones y creo que hoy eso no tiene piso, no sólo político, sino que no tiene piso social", puntualiza la autoridad.
si bien existe bastante incertidumbre ante la posibilidad de que exista un nuevo estallido, desde el comercio admiten que hay un "miedo latente" por volver a sufrir con incendios y saqueos.
Equipo Reportajes
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